Hoy, a pesar de que la inversión per cápita es mucho mayor que en otros países, seguimos siendo la única de las naciones desarrolladas que no garantiza asistencia sanitaria a todo el mundo como derecho humano, y pagamos, de lejos, los precios más altos del mundo por los medicamentos que nos recetan. De entre los países más poderosos, somos el único que ni siquiera es capaz de cubrir las bajas por motivos familiares o de salud.
Hoy, a pesar de la fuerte oposición de una mayoría de estadounidenses, continuamos gastando miles de millones en subvencionar la guerra total del gobierno extremista de Netanyahu contra el pueblo palestino que ha llevado a un espantoso desastre humanitario de desnutrición masiva y muerte por inanición para miles de niños.
¿Aprenderán los grandes intereses monetarios y los bien pagados consultores que controlan el Partido Demócrata alguna lección real de esta desastrosa campaña? ¿Entenderán el dolor y la alienación política que están experimentando decenas de millones de estadounidenses? ¿Tienen alguna idea sobre cómo enfrentarse a una oligarquía cada vez más poderosa y con tanto poder económico y político? Probablemente no.
En las semanas y los meses por venir, quienes estamos preocupados por las bases de la democracia y por la justicia económica necesitamos mantener algunas discusiones políticas muy serias.
Permanezcan atentos.
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Traducción de Lola Díez.
FUENTE: Bernie Sanders, Ctxt (España)