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Según la entidad, en menos de una semana las ocurrencias de la nueva enfermedad que amenaza con propagarse a niveles de pandemia subieron un 55,9%. Teniendo en cuenta solo las infecciones confirmadas por laboratorio, hay 5.322 pacientes.
El jueves pasado (30), el balance apuntaba a 3.413 infectados. Al mismo tiempo, la ciencia se apresura a comprender el comportamiento del virus.
Números
Europa sigue siendo el continente con mayor número de casos, con el 85% de ellos. Al menos 53 países ya han notificado pacientes con viruela del simio en sus territorios.
En Brasil, un informe del Ministerio de Salud reporta 76 casos.
“La OMS sigue pidiendo a los países que presten especial atención a los casos de viruela del simio, para tratar de limitar la contaminación”, dijo la portavoz de la organización, Fadela Chaib, en una rueda de prensa en Ginebra.
La realidad de la viruela del simio puede ser aún más grave. Un sondeo de la iniciativa Global Health, que reúne esfuerzos de universidades de todo el mundo, como Harvard (EE.UU.) y Oxford (Inglaterra), suman unos 7 mil infectados.
El 23 de junio, la OMS realizó una reunión de emergencia para analizar los riesgos de que la enfermedad se convierta en un problema más grave, como lo sigue siendo el covid-19. Sin embargo, los científicos decidieron que no había pruebas suficientes para clasificar el brote como una emergencia de salud pública de importancia internacional.
¿De transmisión sexual?
La viruela del mono se transmite a través de fluidos corporales. Conocido desde la década de 1970, el virus nunca siguió un patrón de contagio acelerado, estando siempre restringido a localidades centroafricanas en pequeños brotes. Sin embargo, ahora parece que el virus ha encontrado un “nuevo medio”, o “un nuevo nicho” de transmisión, tal y como apunta un estudio publicado el mes pasado en la revista Science.
“Este virus no se ha propagado bien en el pasado entre los humanos, pero parece haber encontrado un nuevo nicho, que puede estar fuertemente relacionado con las redes sexuales”, dice el biomédico y periodista especializado en ciencia y enfermedades de transmisión sexual Kai Kupferschmidt.
La comunicadora científica y microbióloga Atila Iamarino llama a la perspectiva de Kai "interesante y preocupante". "Si los esfuerzos de contención no se movilizan ahora, estamos presenciando el establecimiento de una nueva infección de transmisión sexual", dijo.
Todavía no hay confirmación científica de transmisión específica a través de fluidos sexuales. Sin embargo, las autoridades de países como Reino Unido recomiendan que las personas infectadas refuercen cuidados como el uso del preservativo durante ocho semanas después de la infección, aunque ya se haya curado.