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Mundo José Alfredo Calderón | situación política |

Democracias restringidas

Guatemala: un escenario político altamente incierto 

Todo lo que necesitas saber acerca del contexto político en Guatemala lo puedes conocer en la más reciente emisión de Último Bondi.

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José Alfredo Calderón, historiador, analista político, profesor universitario e investigador en derechos humanos, ofreció una extensa y detallada intervención sobre la situación política de Guatemala en el programa "Último Bondi", conducido por el sociólogo Juan Pablo Labat y transmitido por los canales de Caras y Caretas.

Calderón comenzó su análisis proporcionando un contexto histórico de Guatemala desde su independencia en 1821 hasta la actualidad.

Calderón destacó que Guatemala ha experimentado una historia marcada por una sucesión de dictaduras, intercaladas con breves periodos de democracia restringida. Enumeró varios períodos dictatoriales, incluyendo el de Rafael Carrera en el siglo XIX, Manuel Estrada Cabrera, Jorge Ubico, y otros. También mencionó el breve período de reformas y gobiernos revolucionarios en la década de 1940, que luego fueron reemplazados por regímenes dictatoriales.

El analista político hizo hincapié en que la historia política de Guatemala estuvo fuertemente influenciada por los intereses estadounidenses, especialmente de empresas como la United Fruit Company (UFCO) y la International Railways Central America (IRUCA). Señaló que Estados Unidos intervino en Guatemala en 1954, derrocando al presidente Jacobo Árbenz, bajo la premisa de la lucha contra el comunismo. Esta intervención se realizó con la colaboración de la CIA y el Departamento de Estado, y se considera un retroceso en la historia del país.

Calderón también mencionó la creación de la Asociación de Cámaras Empresariales (CASIF) en 1957, que representó los intereses corporativos de los empresarios en Guatemala y contribuyó a consolidar lo que él describió como una "dictadura corporativa". En este régimen, se celebraban elecciones, pero el poder real seguía en manos de las élites y los militares.

El analista político continuó describiendo eventos clave en la historia política guatemalteca, como el asesinato de Carlos Castillo Armas en 1957, el retorno de los militares al poder en 1982, y la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, que pusieron fin a la larga guerra civil en el país. Sin embargo, Calderón señaló que, a pesar de los acuerdos, Guatemala continuó siendo un país donde la democracia era restringida y las élites mantenían un fuerte control.

Calderón también mencionó la aparición de movimientos populares, como "La Plaza", que surgieron en respuesta a la corrupción y la falta de representación política, pero que también fueron influenciados por la embajada de Estados Unidos y las élites.

Contexto actual

El invitado continuó destacando la similitud entre la situación en Guatemala y la de otros países de América del Sur. Hizo referencia a conversaciones que mantuvo con militares sudamericanos, específicamente argentinos y chilenos, quienes le señalaron que lo que ocurrió en Guatemala durante el conflicto armado interno también se vivió en otras partes de la región. La magnitud de la violencia, con aproximadamente 200,000 muertos y 45,000 desaparecidos, dejó una huella indeleble en la sociedad guatemalteca, especialmente en las generaciones más jóvenes que no vivieron la guerra.

Calderón subrayó cómo este legado de miedo y desconfianza hacia la política ha desmovilizado a la población. La percepción de que hacer política es equivalente a corrupción y manipulación ha llevado a la apatía y al distanciamiento de los jóvenes y la sociedad en general respecto a los asuntos políticos. Esta apatía, según él, ha beneficiado a quienes han mantenido el control político durante décadas.

También analizó la evolución de las protestas en Guatemala, desde la Plaza de la Constitución en 2015 hasta la más reciente en 2017. Señaló que la última fue más autónoma y planteó demandas de cambios estructurales y la identificación de las élites como responsables de la crisis. Sin embargo, esta movilización se desvaneció en parte debido a la falta de apoyo de la embajada extranjera y al temor de las élites.

Calderón hizo hincapié en que la exclusión de la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) y el comisionado colombiano Iván Velásquez debilitaron aún más el movimiento social y dejaron un grupo de dirigentes de la sociedad civil en su lugar.

En cuanto a la situación actual, Calderón lamentó la falta de claridad política, liderazgo y movilización. Señaló que la sociedad guatemalteca está experimentando una precariedad política y social, y que la gente confunde a los líderes con las dirigencias políticas. Además, expresó su decepción por la falta de acción del presidente en funciones para movilizar a la población y defender los resultados electorales.

El invitado también abordó la estrategia de “lawfare” (golpe) utilizada en Guatemala, que implica la judicialización de la política y la politización de la justicia para destituir a líderes políticos o impedir su participación en futuras elecciones. Esta estrategia, según él, ha sido generalizada y profundizada en los últimos tiempos.

Calderón identificó a las élites económicas como actores clave detrás de los intentos de golpe y destacó que un pequeño grupo de empresarios está involucrado en esta estrategia. Estos empresarios están motivados por mantener sus privilegios y monopolios, que datan del siglo XIX.

Guatemala a futuro

Calderón destacó que desde 1954, Guatemala no ha tenido ningún gobierno de izquierda, y que incluso los gobiernos que se autodenominan progresistas, como el de Vinicio Cerezo y Álvaro Colom, no pueden considerarse verdaderamente progresistas. Mencionó que la imagen de izquierda de algunos líderes políticos, como Sandra Torres, es en realidad una fachada, ya que están vinculados a intereses de derecha.

El analista político también señaló que existen varios escenarios en juego, algunos de los cuales buscan debilitar a los gobiernos entrantes para hacer que la gobernabilidad sea casi imposible, lo que podría llevar a concesiones por parte de los líderes electos. Calderón mencionó la posibilidad de presionar para influir en la composición del gabinete y en las decisiones generales del gobierno.

Además está la posibilidad de que se intenten cancelar otros partidos políticos que no estén alineados con lo que él denominó el "pacto de corrupción". Esto, según él, podría aislar al presidente electo y dificultar su capacidad para formar comisiones de trabajo y participar en la política de manera efectiva.

El analista subrayó la importancia de comprender que los operadores políticos, incluso los de alto rango, responden a las élites económicas y que sin su respaldo político y económico, no se atreverían a tomar ciertas acciones.

Calderón hizo hincapié en la influencia de Estados Unidos en la situación política de Guatemala y que podría utilizar sanciones económicas como una forma de presión.

En cuanto a la falta de iniciativas públicas por parte del partido Semilla del presidente electo Fernando Arévalo para convocar a otros grupos, Calderón admitió que no se conoce una estrategia pública clara, pero afirmó que sí están teniendo diálogos intensos con diversos actores, incluidos empresarios y pueblos indígenas.

Finalmente, Calderón concluyó que el escenario político guatemalteco es altamente incierto y que después del 31 de octubre, fecha oficial de finalización del proceso electoral, es probable que se produzcan cambios significativos en la situación política del país.

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