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ASOCIARMEA un sistema electoral complejo, la carrera electoral en EEUU le suma una peculiar competencia entre Harris y Trump por llegar a la Casa Blanca.
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Este lunes comenzó la Convención Nacional del Partido Demócrata en Estados Unidos: un día clave para un proceso electoral intrincado, cargado de tensiones, que en el mes de noviembre culminará con un nombre para ocupar la oficina principal de la Casa Blanca.
Ya he dicho que 2024 es el año de las elecciones, y no solo en Uruguay. No se recuerda otro año con mayor cantidad de elecciones en la historia. Desde la India hasta el parlamento europeo y, por supuesto, las presidenciales en Estados Unidos.
En el “gigante del norte” el sistema electoral es tan complejo que me llevaría varios artículos explicarlo. Pero aquí intentaré analizar algunos puntos clave.
¿Qué se vota en Estados Unidos: el Poder Ejecutivo, el Legislativo? En realidad, un poco de cada cosa.
Los cargos en las dos ramas del parlamento tienen distintos plazos de duración. El senado (dos por Estado), seis años; los diputados, uno por distrito y por dos años; el Presidente, por cuatro. O sea, que en noviembre se elegirá un Presidente, todos los diputados (436) y un tercio del Senado (33 de 100). Raro, ¿no?
¿Quién gana? ¿El candidato a Presidente que saca más votos? No. Aunque se dice poco, en EEUU las elecciones son indirectas.
Se vota por Estado miembros de un colegio elector que en enero votará al Presidente. Y las reglas varían de estado en estado. En algunos, los delegados van con mandato obligatorio. En otros, tienen libertad de acción.
En algunos se eligen los electores proporcionalmente a los votos obtenidos. En otros, el que gana se lleva todos. Y el número de delegados ante el Colegio no siempre corresponde a la población de cada Estado.
Más raro aún cómo se escogen los candidatos. Las elecciones comienzan casi un año antes. La fecha varía estado a estado así como el método de elección.
En algunos se vota y en otros se elige una convención local que los designará y en muchos hay el llamado “caucus”, que es una asamblea local deliberante que consensúa sus nombres, incluso el del candidato a la Presidencia.
En definitiva, el presidenciable saldrá la Convención partidaria, a veces con mandato, a aveces con convencionales con libertad de acción.
Todo muy raro para nosotros. Y eso es sólo el sombrero.
Estas elecciones en Estados Unidos, además, han sufrido embates que las hacen muy diferentes a las anteriores. Es cierto que ya hubo una candidata a presidente (Hillary Clinton), pero en muchas cosas esta elección es única en la historia.
Kamala Harris, además, es la primera candidata negra, hija de hawaianos y con grandes posibilidades de llegar al sillón presidencial.
Ella aterriza en la carrera de una forma casi inesperada. Esto, entre otras cosas, ha obligado al expresidente Donald Trump a cambiar su posicionamiento varias veces, y quizás demasiadas.
Trump no es el primer residente en no lograr la reelección. Pero sí es el primero en internar ganar una elección cuatro años después. Se posicionó para enfrentar a Biden. La debilidad y algunas consecuencias del impacto de su estado en exhibir un liderazgo fuerte fue objeto de presiones para dejar la candidatura.
Dos días antes de la Convención Republicana Trump se salvó de un intento de magnicidio. Eso lo victimizó. Rehizo su discurso para su Convención tres días después. Hasta entonces solo tenía que explicar dos veredictos de culpabilidad (falta la sentencia) en los 9 juicios que se le siguen.
Pocos días después de ser nominado, le cambiaron el contrincante. Apareció nueva energía en los demócratas con la candidatura de Kamala Harris, en quien depositó su confianza el excandidato y todavía presidente, Joe Biden. Ella, tras el desconcierto causado porque la negativa de renunciar a la nominación del Presidente parecía definitiva, en 48 horas tomó el control de la situación. Se echó el Partido Demócrata al hombro y lo energizó.
Rápidamente, Kamala Harris se ha colocado primera en las encuestas para las presidenciales de noviembre. El giro en solo tres semanas. Demócratas revitalizados, la carrera presidencial vuelve a ser cara o cruz. 4.567 confirman telefónicamente al Partido que la votarán (97.4% de los mismos) ante de la Convención que comenzó este lunes y que la investirá legalmente.
Harris encabeza las encuestas por primera vez desde que los demócratas retoman el poder. Gana en Wisconsin, Pennsylvania y Michigan por 4 puntos, según las encuestas del New York Times. Estos Estados son claves para los demócratas ya que ganaron por estrecho margen hace cuatro años. A nivel federal va 5 puntos encima de Trump, según la consultora IPSOS. Trump deslegitimiza el resultado de estos sondeos.
La elección del gobernador Tim Walz como su Vice solo le da satisfacciones. Presidente de la Asociación de los Gobernadores es respetado pro compañeros de ruta y adversarios. El lider de la oposición a su gobierno en el Senado de Minnesota lo define como “mi más feroz adversario y mi mejor amigo”. Un buen tipo, diría Fontanarrosa.
En julio Harris batió un nuevo récord. Recaudó la suma de 310 millones de dólares en un mes. Mes que había comenzado con 200 millones recaudados por sus adversarios republicanos pero, allí, pactaron. Es interesante que el monto recaudado por Kamala Harris fue el resultado del esfuerzo de 170.000 voluntarios (mayormente integrantes de minorías étnicas y raciales) que reclutó en 5 días.
¿Se puede decir que va a ganar? Todavía no. Pero es posible. Es más, es probable y eso que era imposible ganarle a Trump.
Faltan varios actos de esta coreografía electoral. El 1 de octubre por CBS News, debatirán los nominados a vice. El 10 de setiembre, mientras acá Ripoll cabalgue a Masoller (¿?), por la cadena Fox News lo harán los presidenciables: Harris y Trump.
La economía jugará un papel muy importante en el resultado. La Reserva Federal informó que mantendrá tasas 5.25 Y 5.50%. Buena noticia para los votantes. Pero reconoce que hay una "falta de avance" hacia meta de inflación en EEUU. Ahí está el énfasis del programa de gobierno que presentará Harris a la Convención demócrata.
Luego hay que contar los votos del Colegio Elector.
