Este viernes, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo lo que calificaron como un "ataque selectivo" contra los suburbios del sur de Beirut. El ataque, según el último balance ofrecido por el Ministerio de Salud libanés, se cobró la vida de 14 personas e hirió al menos a otras 60.
Los medios informaron que el ataque tenía como objetivo a uno de los comandantes del movimiento chií libanés Hizbulá.
Según las FDI, Aqil, junto con otros altos mandos de Radwan eliminados durante el ataque, "se encontraban entre los arquitectos del 'plan de ocupación de Galilea', en el marco del cual Hizbulá planeaba ordenar una invasión del Estado de Israel, ocupar los asentamientos de Galilea y llevar a cabo matanzas de civiles inocentes".
Ataque en julio
Las tensiones entre el Líbano e Israel se intensificaron después de que el Ejército israelí atacara el 30 de julio una casa residencial en el barrio de Haret Hreik, en el sur de Beirut, destruyendo por completo el edificio. Entre los muertos se encontraba el alto comandante de Hizbulá Fuad Shukr.
El secretario general de Hizbulá, Hasán Nasralá, declaró posteriormente que las acciones de Israel habían "traspasado todas las líneas rojas" y que en un futuro próximo se llevaría a cabo una respuesta a tal ataque.
Israel advirtió, a su vez, que cualquier acto de agresión contra el Estado hebreo podría tener consecuencias destructivas a gran escala para el Líbano.
Los días 17 y 18 de septiembre, en distintas partes del Líbano se produjeron explosiones de dispositivos electrónicos, incluidos buscapersonas y walkie-talkies, que dejaron más de 37 muertos y casi 3.000 heridos, según los últimos datos oficiales.
Hasta la fecha se desconocen las causas del suceso, sin embargo, Hizbulá y las autoridades libanesas acusan a Israel de lo ocurrido.
Las autoridades israelíes aún no han confirmado ni negado su implicación en las explosiones simultáneas de miles de dispositivos electrónicos.
(Sputnik)