La organización de cooperación de Shanghai en el contexto de formación del mundo multipolar

Embajador de Rusia en Uruguay

Hoy en día, la humanidad atraviesa un periodo de cambios revolucionarios. Somos testigos del proceso de formación de un mundo policéntrico, más equitativo y justo. El modelo neocolonial se queda en el pasado mientras se refuerza la soberanía nacional y se aumentan las oportunidades competitivas de los Estados no occidentales. En este contexto, y ante las profundas transformaciones en la economía mundial, la Federación de Rusia está interesada en la evolución del continente eurasiático en un sólido espacio de paz, estabilidad, confianza mutua, desarrollo y prosperidad. Con este objetivo, la atención prioritaria se presta a la formación de un amplio contorno de integración de la Gran Asociación Euroasiática combinando los potenciales de todos los Estados, organizaciones y asociaciones regionales, como la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la Unión Económica Euroasiática (UEE), la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), el RIC (Rusia, India, China) y otras.

La importancia especial en este proceso pertenece a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), establecida en 2001. Actualmente los miembros de la OCS son Rusia, China, India, Irán, Pakistán, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, que en su totalidad representan más del 30% del PBI global y 40% de la población mundial, mientras sus territorios nacionales abarcan casi todo el continente asiático. Los países observadores ante la organización son Bielorrusia, Mongolia y Afganistán.

El 4 de julio se llevó a cabo una reunión virtual del Consejo de Jefes de Estados miembros de la OCS bajo la presidencia de India. En este evento participaron los líderes de los países miembros y observadores, así como los jefes de varios organismos internacionales, incluso el secretario general de la ONU, António Guterres, quien señaló la creciente influencia de la OCS en la escena mundial y sus oportunidades únicas para promover el diálogo sobre seguridad, combatir el terrorismo y el extremismo en Eurasia. En particular, uno de los temas clave de la Cumbre fue la situación en Afganistán y los riesgos relacionados con el terrorismo, tráfico de drogas y delincuencia transfronteriza que surgen de este país.

El punto central de la Cumbre fue el discurso del presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien expresó su confianza en que los documentos aprobados en la cumbre fortalezcan la asociación estratégica dentro de la organización y estrechen aún más los lazos polifacéticos entre los miembros. Al mismo tiempo, el líder ruso hizo hincapié en la necesidad de promover el uso de monedas nacionales en el comercio mutuo (en 2022 la participación del rublo ruso en las transacciones de exportación con los Estados miembros de la OCS superó el 40%), así como eliminar las barreras normativas, establecer una infraestructura de pagos y sistema financiero independientes.

En cuanto a la dimensión económica de la cooperación, se presentaron diversas iniciativas para aumentar el potencial de tránsito, mejorar la interconectividad de los transportes, garantizar la continuidad de las cadenas de suministro, fortalecer la seguridad energética y alimentaria, así como fomentar la introducción de tecnologías innovadoras y sostenibles. Se confirmó la intención de los países miembros de profundizar la cooperación en el ámbito de la transformación digital y comercio electrónico. También, por la iniciativa de los líderes de China, Kazajstán y Kirguistán se discutió la posibilidad de crear un Banco de Desarrollo de la OCS y un fondo especial de inversiones. Además, las partes destacaron la importancia de promover los contactos culturales y humanitarios, especialmente en el ámbito del turismo, la juventud y el deporte.

Durante la reunión, se firmó la Declaración de Nueva Delhi, en la que se destacó la proximidad de las posiciones de las partes sobre la agenda regional e internacional, el compromiso con la formación de un orden mundial multipolar basado en los principios del derecho internacional y la seguridad igualitaria, indivisible, integral y sostenible bajo el papel central de las Naciones Unidas. Un hito histórico fue la adhesión de Irán a la OCS, que cerró el contorno meridional de las potencias euroasiáticas. Además, se espera que Bielorrusia complete su proceso de adhesión a la organización antes de finales de año.

En general, la Cumbre de la OCS confirmó el creciente papel de la organización en el sistema actual de relaciones internacionales como una plataforma eficaz para abordar cuestiones regionales y globales claves, respaldar la paz y la estabilidad, garantizar un crecimiento económico sostenible en la región euroasiática y fortalecer los lazos entre diferentes países y sus pueblos.