La historia de la aventura romántica de Luis Almagro, secretario general de la OEA, tendrán un nuevo capítulo este miércoles, cuando se reúna el Consejo Permanente de este organismo.
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La delegación de Uruguay ante el organismo, al igual que la de Antigua y Barbuda, con el copatrocinio de Belice y Santa Lucía, pidieron que esta sesión del Consejo sea en carácter de extraordinaria. Pero la decisión final fue que la sesión sea ordinaria.
Luego de celebrarse la última Asamblea General de la OEA, el mes pasado en la ciudad de Lima, Perú, Almagro dijo en rueda de prensa que había recibido una denuncia anónima que lo acusaba de haber violado el código de ética y de trabajo por mantener la citada relación sentimental.
Según declaró el funcionario uruguayo, él puso el caso en conocimiento de la oficina del inspector general "para que hiciera las investigaciones correspondientes". Pese a la gravedad de la denuncia, reconoció que estaba "muy tranquilo" y confiado.
Procedimiento en discusión
Ante este caso, en el seno de la OEA las opiniones están divididas. Un grupo de delegaciones propone que la investigación esté a cargo de una empresa privada, mientras que otro grupo entiende que la debe llevar el inspector general del organismo.
De acuerdo a lo que se detalla en un informe divulgado en el sitio web de la OEA, Hugo Eduardo Ascencio, inspector general, realizó una investigación preliminar y recomendó que "convendría mejor a los intereses de la organización que sea una empresa externa la que realice la investigación".
La delegación uruguaya respaldó esta posición de Ascencio. Sin embargo, las delegaciones de Antigua y Barbuda, Santa Lucía y Belice, plantean que lo más conveniente es la segunda opción, que el encargado sea el inspector general, y como fundamentos señalan que el organismo enfrenta problemas financieros y que hay muchas presiones para reducir costos.
Tras la investigación preliminar, Ascencio indicó que, luego de recibir la comunicación de Almagro sobre la denuncia anónima, se solicitó al denunciante que aportara documentos sobre el caso.
Esta persona contestó que reuniría las pruebas, pero, según Ascencio, todavía no las ha enviado. No obstante, agregó, recibió un correo electrónico de un periodista en el que se relatan los detalles que le llevó a determinar que “podría considerarse admisible” la primera acusación del denunciante y por lo tanto “debe llevarse a cabo una investigación formal”.
El amor es así
De acuerdo a lo que informó semanas atrás la agencia AP, esta investigación está caratulada así: "Presunta mala conducta de alto funcionario de la OEA".
¿Cómo se destapó todo esto? ¿Almagro correrá con la misma suerte que el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, que fue destituido tras una votación de la Asamblea de Gobernadores de la organización?
El caso se destapó tras una denuncia anónima que llegó a los jerarcas de la OEA. Sin embargo, esta relación romántica no era un secreto guardado bajo siete llaves. Ya en 2020 tomó estado público a través del libro Luis Almagro no pide perdón, escrito por los periodistas Gonzalo Ferreira y Martín Natalevich, en el que Almagro y Vidaurri contaron detalles del vínculo amoroso que los unía.
En el reporte de AP se informa que algunos funcionarios confesaron que la pareja generó incomodidades varias en el ámbito laboral. Por ejemplo, dos funcionarios los vieron besándose en la asamblea general del organismo realizada en Medellín, Colombia, en el año 2019, y otro los vio tomándose de la mano en una reunión oficial en 2020.
"Vente a trabajar conmigo"
En el citado libro de Ferreira y Natalevich, Marián Vidaurri contó cómo se inició esta romántica relación que probablemente le cueste el cargo a Luis Almagro.
"Fue y es una conexión en todas las dimensiones. Muy profunda y muy intensa", dijo la mexicana. Y contó una de las bromas que le hacía a su pareja, en la que dejaba en evidencia la diferencia de edad entre ellos: "Le digo siempre: 'Yo soy más inteligente porque me costó nada más que treinta y ocho años conocerte, a ti te costó como cincuenta y pico".
Vidaurri también contó a los autores del libro que ella trabajaba como jefa de Análisis Político y Prospectiva, en la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia del organismo. Pero, después de un viaje a Filadelfia, Almagro la invitó a trabajar en su círculo más cercano. "Eso fue un viernes y el lunes me llamó a su oficina y me dijo: 'Vente a trabajar conmigo'", contó Vidaurri.
Almagro, por su parte, no se guardó nada: "Hay algo que decía Juan Ramón Carrasco. Le preguntaron cuándo había jugado mejor. Y contestó: cuando tenía una novia. De alguna manera me he sentido identificado con Juan Ramón Carrasco". Clarito, ¿no?
Al final de la investigación que está realizando la OEA se sabrá si este romántico encuentro, que recorrió los pasillos, oficinas y reuniones oficiales, le costará el cargo a Almagro, tal como le ocurrió a Mauricio Claver-Carone en el BID, que fue desplazado de su cargo al comprobarse que violó el código de ética al sostener una relación íntima con su jefa de gabinete.