Niegan golpe
Entre los presentes en la marcha predominaba la idea de que las condenas son exageradas, como comentaba a la Agencia Sputnik Sérgio Galvão: "Brasil vive una dictadura del poder judicial. No fue un golpe militar, no se puede dar un golpe militar con señoras, niños, autistas, sin armas, sin Ejército, sin nada. Aquello solo fue una protesta", decía.
Inicialmente Bolsonaro convocó la manifestación con la idea de reunir a "un millón de personas" en Copacabana, pero la afluencia fue mucho menor: los manifestantes ocuparon unas tres manzanas de edificios, sumando unas pocas decenas de miles de personas.
Con camisetas amarillas (el color de la selección), banderas de Brasil, de EEUU y de Israel, los asistentes se centraron sobre todo en pedir amnistía para los condenados del 8 de enero, muy presentes también en los discursos de los congresistas y gobernadores que hablaron desde el escenario, así como del propio Bolsonaro.
El expresidente dijo que si "personas humildes" están siendo condenadas a 17 años de cárcel es porque a él piensan aplicarle una condena aún mayor.
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Apenas un delincuente
El líder de la ultraderecha brasileña fue denunciado por presuntamente haber liderado la estrategia golpista; está acusado de cinco delitos diferentes, cuyas penas máximas suman casi 40 años de cárcel.
Además, en principio no puede presentarse a las elecciones del año que viene, porque la Justicia electoral ya lo inhabilitó políticamente hasta el año 2030 por haber cometido delitos de abuso de poder en la campaña electoral de 2022 aprovechándose del lugar que ocupaba en la presidencia.
El futuro del exmandatario preocupaba a los asistentes a la marcha, que aún así, se mostraron confiados en la posibilidad de que finalmente pueda concurrir, como decía la jubilada Cremilde Augusto: "Estamos en un momento difícil, no sé hasta qué punto él aguantará, pero es un excelente candidato. Le están persiguiendo, pero a pesar de todo tengo fe de que va a volver", decía.
En cualquier caso, la mayoría de los presentes decían estar dispuestos a votar a cualquier otro candidato-sustituto al que Bolsonaro le dé su visto bueno, como el gobernador del estado de São Paulo, Tarcísio de Freitas; su esposa, Michelle Bolsonaro o alguno de sus hijos congresistas, Eduardo y Flávio Bolsonaro.
(Sputnik)