"Ningún ser humano es ilegal", clama en su canción, un mensaje cargado de solidaridad y humanidad que resuena en un momento en el que las deportaciones masivas han sido presentadas por Trump como “la mayor operación de su historia”.
En uno de los fragmentos más emotivos de la canción, Residente declara: "A nuestros hermanos dominicanos en Puerto Rico y a los hermanos latinoamericanos en Estados Unidos, estamos con ustedes siempre." Con esta canción, además de denunciar la crueldad de las políticas migratorias actuales, llama a la unidad entre los pueblos latinoamericanos frente a la adversidad.
Canción de resistencia
El mensaje de Residente no solo interpela a las autoridades, sino que busca tocar fibras en una audiencia global, especialmente entre quienes creen en una sociedad más justa y equitativa. Su propuesta artística emerge como un recordatorio de que la cultura puede ser una herramienta poderosa para la resistencia y el cambio social.
En tiempos donde la migración es utilizada como arma política y símbolo de división, Residente nos recuerda que detrás de cada número, detrás de cada titular, hay seres humanos que merecen respeto y dignidad. Su canción es un grito de esperanza que cruza fronteras, desafía prejuicios y reafirma una verdad ineludible: ningún ser humano es ilegal.