La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, condenó la masacre presuntamente cometida por el Ejército ucraniano en la aldea Rússkoe Poréchnoe de la provincia rusa de Kursk. Trascendió que los militares rusos, tras liberar esa localidad, descubrieron varios cuerpos de civiles con señales de torturas.
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"Estas atrocidades son otra evidencia flagrante de la esencia terrorista y neonazi del régimen de Kiev, que una vez más, en su viciosa impotencia militar y política en el contexto de las derrotas en el frente, cometió una masacre monstruosa de civiles", denunció la diplomática, citada por la Cancillería rusa.
Agregó que es inútil apelar en este caso a Occidente, porque apoya el régimen de Kiev y bloquea la investigación de semejantes crímenes, que suponen "una burda violación del derecho internacional humanitario y de los Convenios de Ginebra".
Zajárova prometió que los organismos competentes rusos harían todo lo posible para identificar a los culpables que en el futuro "sufrirán un castigo merecido e inevitable".
Rusia sigue operaciones
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos, según el presidente Vladímir Putin, son proteger a la población de "un genocidio por parte del régimen de Kiev" y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este.
El pasado 6 de agosto, las tropas ucranianas iniciaron una incursión armada en la provincia de Kursk y ocuparon varias áreas, y desde el día 9 de ese mismo mes, la región vive una situación de emergencia a nivel federal.
Putin prometió "una digna respuesta" a la provocación de Kiev, al que acusó de disparar indiscriminadamente contra instalaciones civiles, y reafirmó que Rusia logrará todos los objetivos de su operación en el país vecino.
(Sputnik)