El presidente ruso Vladimir Putin dijo este domingo que su país está dispuesto a entablar conversaciones con el objetivo de llegar al fin de la guerra en Ucrania.
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En una entrevista en la televisión estatal, el mandatario ruso mencionó que Rusia está "dispuesta a negociar algunos resultados aceptables con todos los participantes en este proceso" y que no es su país el que rechaza las conversaciones, sino Ucrania. Una afirmación repetida por el Kremlin desde el inicio de la invasión, que cumplió 10 meses este 24 de diciembre.
Para Putin el Kremlin no tiene otra opción, dijo que su Gobierno estaba actuando en la dirección correcta y que está defendiendo los intereses nacionales, los intereses de los ciudadanos y del pueblo.
Rusia insiste en que luchará hasta conseguir todos sus objetivos, mientras que Ucrania afirma que no descansará hasta expulsar a todos los soldados rusos de todo su territorio. "En realidad, lo fundamental aquí es la política de nuestros adversarios geopolíticos, que tienen como objetivo separar a Rusia, a la Rusia histórica", señaló Putin.
El presidente ruso considera que la operación militar especial es un momento decisivo en el que Moscú se enfrentó por fin a un bloque Occidental que lleva intentando destruir a Rusia desde el colapso de la Unión Soviética en 1991.
"Creo que estamos actuando en la dirección correcta, estamos defendiendo nuestros intereses nacionales, los intereses de nuestros ciudadanos, de nuestro pueblo. Y no tenemos otra opción que proteger a nuestros ciudadanos", afirmó Putin.
Numerosos países condenaron la operación militar especial que Rusia lanzó el 24 de febrero en respuesta a la solicitud de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, para que se les preste ayuda frente al genocidio por parte de Kiev. Occidente empezó a apoyar a Kiev con los suministros de armas, donaciones, ayuda humanitaria y sanciones contra Moscú.
En este fondo, Vladímir Putin criticó a las autoridades ucranianas por "matar" los Acuerdos de Minsk, resaltando a finales de febrero que el documento dejó de existir mucho antes de que Rusia decidiera reconocer a la RPD y a la RPL el 21 de febrero.