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Política reforma | representación |

PARTICIPACIÓN Y CONTROL

30 años de la representación empresarial en el BPS

La existencia de los representantes sociales es fuente de credibilidad y confianza para los representados y para la ciudadanía en general.

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Este año se cumplen nada más y nada menos que los 30 años de la representación social en el directorio del Banco de Previsión Social (BPS). En pleno debate de la Reforma de la Seguridad Social no podemos olvidarnos de la importancia que cumple esta institución casi de carácter único y de una relevancia que se la da su rango constitucional, así como su naturaleza, funciones y mecanismo de elección a través de elecciones obligatorias.

Parece relevante analizar la misma, destacar su complejidad y destaque en lo que hace a una de las políticas públicas de mayor importancia por su impacto a nivel del bienestar de la población en su conjunto tanto actual como futura, así como el devenir de la economía y de las cuentas públicas. Al respecto la trayectoria que tuvieron las representaciones ha sido un aspecto clave en la consolidación de estas. Es una realidad que la participación social en los organismos de seguridad social responde a las necesidades de un sistema democrático moderno y deberían ser casi una condición de su existencia. A pesar de que se venía avanzando significativamente en los ámbitos de participación, no encontramos a nivel país y de la región una experiencia de la profundidad institucional y normativa que implica disponer de representantes sociales elegidos directamente por sus representados en el Directorio de la máxima institución en materia de seguridad social, como lo es el Banco de Previsión Social (BPS) de Uruguay por sus cometidos, su relevancia en los programas que maneja así como en los recursos que gestiona y otorga.

La existencia de directores sociales se trata de una experiencia de suma significación que conlleva la participación y responsabilidad con que vienen trabajando las representaciones sociales en el Directorio desde el año 1992 con la aprobación de la Ley N° 16.421 cuando el mismo se integra de forma completa por primera vez, y en 2006 cuando se cumple íntegramente la disposición constitucional con el ingreso de los primeros directores sociales electos por votación directa de sus representados. Esta conformación posibilita la elaboraciónn de políticas participativas a nivel institucional, generando legitimidad y confianza, y permitiendo el contralor de la gestión. Se debe entender que la representación social ha sido un instrumento a los efectos de generar logros en términos de los derechos de los representados. También ha sido el ámbito para poder opinar y ser parte de procesos de decisión en el consenso o en el disenso. Muchas veces en este proceso, y a pesar de existir la representación, los empresarios no han sido escuchados como hubiera sido necesario, pero se estaría en peores condiciones si no se hubiera sido parte de los procesos de decisión. Garantizar que funcionen como tales es uno de los temas claves.

El trabajo ha sido de varias etapas y un proceso de aprendizaje para todos; en la actualidad, cuando se plantea la necesidad de discutir una Reforma y en los términos y contenidos que se definen, cobra relevancia. Más teniendo en cuenta que hasta se propone un organismo de regulación de la seguridad social en la propuesta.

Representaciones sociales. Importancia de la existencia de la institución para la participación

En la conformación del Directorio del BPS se instrumentó el principio de administración democrática establecido en la disposición transitoria y especial, letra M de la Constitución. Está integrado por cuatro miembros designados por el Poder Ejecutivo, uno electo por los afiliados activos, uno electo por los afiliados pasivos y uno electo por las empresas contribuyentes. Fue recién en el año 1992 cuando el Directorio se integra de forma completa por primera vez y en 2006 cuando se cumple íntegramente la disposición constitucional con el ingreso de los primeros directores sociales electos por votación directa de sus representados. Esta conformación posibilita la elaboración de políticas participativas a nivel institucional, generando legitimidad y confianza, y permitiendo el contralor de la gestión.Parte importante de la profundización de los procesos democráticos tiene que ver con la existencia de las instituciones que permiten la genuina participación de los diversos colectivos en la toma de decisiones. En este sentido, es una realidad que en Uruguay tenemos grandes avances en la materia y que en las últimas décadas han surgido diversos espacios de participación entre los que podemos destacar los presupuestos participativos a nivel municipal, la negociación colectiva, los procesos de consulta ciudadana, el espacio de diálogo social, mesas interinstitucionales, entre múltiples experiencias tanto a nivel nacional como local. En este conjunto la existencia de la representación social en el BPS es de las más destacadas. En primer lugar, se establece que la máxima autoridad del organismo está integrada por representantes sociales que son directamente elegidos por los colectivos, más allá del gobierno de turno y los partidos políticos, como ocurre en otros organismos públicos y entes. Tanto trabajadores, como empresarios, como jubilados y pensionistas tienen sus referentes que eligen en forma periódica a través de elecciones nacionales y especialmente convocadas para este fin. La elección de un director social no queda librada al gobierno de turno o a los grupos que tienen mayor peso o llegada a los ámbitos de poder, y a su vez genera la existencia de un contrapeso y control con aquellos directores políticos. Les da un lugar no solo a los grandes colectivos a nivel trabajadores, empresarios y jubilados y pensionistas, sino también a la interna de estos, ya que en procesos eleccionarios se pueden presentar listas que quedan sujetas a la voluntad de los directamente interesados. Este aspect, si bien implica un dispositivo complejo y costoso, es sin lugar a dudas una gran inversión del sistema y la garantía de la posibilidad de la verdadera participación y representación de los actores directamente involucrados. En cualquier sistema democrático el grado de representatividad de una organización se mide, principalmente, por el apoyo que periódicamente es capaz de concitar en procesos electorales, públicos, abiertos y transparentes.

No alcanza solo con la norma y ocupar los cargos

Se ha avanzado en construcción de los roles. No hay antecedentes ni en el organismo ni en otras instituciones donde existan directores directamente nombrados por los representados. Esto ha implicado la necesidad de organización a nivel de asociaciones y cámaras de los diferentes colectivos, la generación de agendas de trabajo y propuestas y preparar personas para estos temas. Una vez que se llega a los cargos se ha debido tener una lógica de funcionamiento, de propuestas, de trabajo y de hacer valer las diferentes posiciones. En este sentido no pueden ser utilizados como estrategias publicas o en defensas corporativas que lejos tienen que ver con los derechos de colectivos.

Credibilidad y la confianza

La existencia de los representantes sociales es fuente de credibilidad y confianza para los representados y para la ciudadanía en general. Se potencian los mecanismos de control o se generan instancias para presionar a los mismos. Si bien falta mucho por avanzar en esto es una garantía porque aporta a los equilibrios o por lo menos a alguien que pueda legítimamente plantear sus cuestionamientos y consultas.

Representar a todos los colectivos

Cuando hablamos de empresarios, trabajadores y jubilados y pensionistas, son grupos demasiado amplios y que tienen importantes heterogeneidades. Ser un director social implica representar a todo el colectivo y la legitimidad está dada por el proceso eleccionario. Dar a conocer esta figura y buscar atender a las diferentes particularidades es parte del propio ejercicio ciudadano y requiere de la participación. Es acá que las diferentes organizaciones, cámaras, gremiales, entre otras, cobran una gran relevancia. Una vez elegido el director social tiene que velar por los intereses de todos sus representados, inclusive cuando existan intereses que puedan estar contrapuestos.

Discutir el futuro de la seguridad social y consensuar propuestas son la mayor prueba de la efectividad de la institución

Las formas que tengamos de abordar, los mecanismos para el diálogo y generación de propuestas serán una responsabilidad de todos. Pero sin lugar a dudas los representantes sociales tienen un rol que cumplir y un gran desafío que es llegar a análisis y propuestas que sean en beneficio de la sociedad en conjunto y desde una lógica de política de Estado y no de corporaciones y de intereses políticos.

La seguridad social es clave para el bienestar de la población, para atender las cuentas públicas y para dar incentivos adecuados tanto a nivel macro como microeconómico. La seguridad social es el lugar en que el presente y futuro de nuestra sociedad están en juego, tanto colectivamente como a nivel individual. No podemos olvidar esta realidad en momentos tan importantes en los que aumenta la pobreza y siguen en deterioro los indicadores de bienestar de la población y de la distribución del ingreso.

Ec. María Noel Sanguinetti

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