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ASOCIARMEEn el Paso Molino se está desarrollando el acto del PCU en homenaje a los 8 mártires del seccional 20°. Andrade habló en el acto.
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El senador del Frente Amplio, Oscar Andrade hizo referencia a la lucha de los mártires de la 20, y resaltó lo que era cada uno de ellos, como militantes, vecinos, trabajadores y gente de a pie que “tenía esperanzas” dijo el dirigente del PCU.
"Hace bien la consigna del acto, el mejor homenaje es seguir luchando y el seguir luchando tiene este año extraordinariamente complejo. Este año, comunistas y frenteamplistas enfrentamos un año que entre otras cosas va a estar marcado por la disputa electoral. Llegamos a este año con una mochila que está cargada de dos experiencias. Somos la generación política que enfrenta este proceso de síntesis política electoral…” y “además carga la mochila de la derrota electoral”.
Para el exdirigente sindical, el gran desafío es generar conciencia social en los sectores oprimidos, es el más importante de todos referenció Andrade, quien desde su punto de vista, ese aspecto no se puede perder de vista porque ayuda a entender el proceso electoral.
A su vez, Andrade convocó a la militancia frenteamplista a desparramar lucha para alcanzar las firmas que se precisan y convocar un plebiscito por la reforma de la seguridad social.
Ese día fue asaltado el local del Seccional 20º del Partido Comunista de Uruguay (PCU) en el Paso Molino y fueron asesinados 8 obreros comunistas.
Durante la madrugada del 17 de abril de 1972, se desplegó un terrorífico operativo militar contra un local partidario, todavía en democracia. El local de “la 20” del PCU fue asaltado con armas de guerra y asesinaron a ocho militantes comunistas que se encontraban en el local.
En la trágica jornada para la historia nacional, fueron asesinados Luis Alberto Mendiola, José Abreu, Ricardo González, Ruben López, Elman Fernández, Justo Sena, Raúl Gancio y Héctor Cervelli.
Uno de los sobrevivientes de la tragedia, expresó que “Era media noche cuando me desperté al oír unos disparos de armas de fuego, espaciados, que se sentían de los fondos de la manzana, desde Valle Edén.
Mendiola me preguntó si podía subir a la azotea para que se bajaran los compañeros que se encontraban de vigilancia allí. Eran Héctor Cervelli y Enrique Rodríguez, ambos metalúrgicos. Era dificultoso el acceso a la azotea, no teníamos una escalera directa sino una escalera chica, de mano, que había quedado sobre el techo de la pieza que salía para los fondos. Servía solo para ese segundo tramo hacia la azotea. Me ayudaron a izarme.
Fue en ese momento, cuando recién comenzaba a descender Cervelli (en definitiva, el único que pudo bajar), que llegó por la avenida Agraciada el primer vehículo de las Fuerzas Conjuntas”, expresa lo relatado por El Popular.
Las fuerzas militares hicieron salir a todos las personas que estaban dentro del local ubicado en la calle Agraciada, y fueron fusilando a los militantes comunistas con disparos letales. Algunos de los que cayeron heridos y no murieron en el momento del disparo, no se les prestó ningún tipo de asistencia medica y los dejaron agonizar hasta su muerte. Las ambulancias fueron retenidas por los militares por mas de seis horas.
El asesinato de los ocho militantes, ocurrió durante el gobierno de Pedro Bordaberry un año antes del golpe de estado, en medio de una creciente violencia estatal contra el pueblo uruguayo y en particular, contra las organizaciones sociales y políticas que enfrentaban la reacción y el ajuste contra trabajadores, jubilados y pensionistas.
