Entre los problemas más urgentes que enfrenta Rocha, Pereyra mencionó la informalidad laboral, que afecta al 38% de la población, y la pobreza, que impacta a unas 7.000 personas, especialmente en las zonas fronterizas. Estas áreas, según Pereyra, requieren un conjunto de políticas específicas para atender sus particularidades. Por ejemplo, la falta de coordinación transfronteriza en salud dificulta incluso el paso de ambulancias. También enfatizó la necesidad de promover el empleo como una prioridad para mejorar las condiciones de vida.
Pereyra criticó también la gestión de los cuatro municipios del departamento, señalando conflictos internos en el Partido Nacional. Mencionó como ejemplo la renuncia del alcalde blanco de Castillos durante el primer año de gobierno, debido a la falta de diálogo con la intendencia sobre el presupuesto. “Es una lógica de ‘acá mando yo’, que no admite opiniones ni articulación, ni siquiera dentro de su propio partido”, explicó.
Ocultamiento de información pública
Pereyra denunció casos de informes contradictorios y la negación de pedidos de información pública. Como ejemplo, mencionó la negativa inicial del intendente de reconocer un crédito de 100 millones de pesos solicitado al Banco República, a pesar de que posteriormente la información se hizo pública en la página web del Banco Central.
“Este tipo de acciones distorsionan la confianza y son parte de una lógica de gobierno que debe cambiar”, declaró Pereyra. De cara a las elecciones, afirmó que el Frente Amplio propone una alternativa basada en la articulación nacional y departamental, con una visión a largo plazo que priorice el entendimiento y el diálogo como herramientas fundamentales para el desarrollo de Rocha.