Asistieron, jerarquizando políticamente el ingreso, los candidatos Yamandú Orsi y Carolina Cosse, y el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira.
Enroque
La renuncia de Blanca Rodríguez a su labor periodística para dedicarse a la actividad política circuló en el manto de especulaciones que la discrecionalidad del manejo de la situación generó, y hasta circuló el rumor de que (fuera de dudas iba a ocupar un lugar destacado en el Frente Amplio) podía ser la futura candidata a intendenta de Montevideo.
Sin embargo, la verdad se conoció en la conferencia de prensa de la lista 609 del pasado 27 de agosto. Los dirigentes del MPP Pepe Mujica, Lucía Topolansky y Blanca Rodríguez eran los únicos que manejaban la propuesta y, casi confirmada, fue conversada con Alejandro Pacha Sánchez, que mantuvo como un secreto de Estado la novedad hasta la conferencia.
No es la primera vez que el matrimonio de Pepe y Lucía maneja los destinos de su fuerza política como si aún estuvieran en una organización clandestina. Por un lado, había que preservar la relevante figura pública de Blanca Rodríguez, “codiciada” para integrar cualquiera de las listas de los diversos sectores del Frente Amplio. Por otro lado, quizás el más importante, preservar a una recién llegada a la actividad partidaria de las intrigas internas y “licuadoras humanas” al decir de Topolansky en que se convierten los grupos políticos en épocas electorales.
Si bien no resisten el menor análisis los cuestionamientos del segundo lugar al senado para Blanca Rodríguez, los lugares que se definen en la lista generan movimientos en todas las “casillas” tanto a la Cámara Alta como la Baja, y genera algún roce a las vanidades.
Es posible ver tres apuestas en la propuesta de Mujica de Blanca Rodríguez en el segundo lugar al Senado:
* Es una señal simpática para el espacio frenteamplista en su conjunto que seguramente se traduzca en una mayor votación de la lista 609, aunque los votantes de Blanca no tengan sentido de pertenencia emepepista. Al Frente Amplio en su conjunto sin dudas le da mayor visibilidad e imagen de amplitud, en una elección que se define por quién gane más votos “del centro”.
* Posiblemente la 609 pueda romper su techo de seis senadores (algunas fuentes hablan de cerca de nueve), lo que asegura a la presidencia de Orsi un respaldo importante a nivel de la bancada de gobierno.
* Posiblemente sea la primera elección para la 609 donde “la locomotora de arrastre” no descanse únicamente en la imagen de Pepe Mujica. Al decir de Mujica: “Sabíamos que le estábamos otorgando a los próximos 25 años una figura importante, de esas que pueden hacer época. La vida nos enseñó que, si tú quieres cosechar, es bueno que aprendas a sembrar”.
La jerarquización de los independientes
La apuesta de la independiente Blanca Rodríguez es coherente con una suerte de definición de alianzas que es tradicional en la forma de hacer política de Mujica y su espacio.
En 1971 el MLN-Tupamaros impulsa la creación de un movimiento político legal que no en vano se denominó Movimiento de Independientes 26 de Marzo y que tuvo como principales dirigentes independientes al escritor Mario Benedetti, al antropólogo Daniel Vidart y al dirigente de los trabajadores portuarios Rubén Sassano, por mencionar solo algunos.
En 1989, el novel Movimiento de Participación Popular contó en sus apuestas al Parlamento con el reconocido abogado laboralista y gran maestro masón Helios Sarthou, Marcos Abelenda y más acá en el tiempo Alberto Couriel, Constanza Moreira, Gonzalo Mujica, entre otros.
En el charco
Blanca Rodríguez, al decir de Mujica, debe atravesar el “charco de la política” que no asegura las “mieles” disfrutadas durante su trayectoria como periodista y el desafío, reconocido por ella, de salir “de la caja de vidrio al encuentro cara a cara con la gente”, en el medio de una campaña política en la que es de esperar, a pesar de su virulencia, que la traten con cierta consideración.
La política (sobre todo en estas épocas de híper frivolidad) puede convertirse en la “tumba de los cracs” de unos discursos que prioricen el tono meditado y acuerdista, y ese será el gran desafío de Blanca Rodríguez.
Escuchado el primer discurso público de la novel candidata al Senado, una cosa queda clara: su candidatura puede ser un artificio del veterano dirigente de izquierda, pero ella está exhibiendo tener “madera” para sostener su independencia y hacer valorar una visión que calza con los tiempos de renovación en las dirigencias de la izquierda.
En los principales conceptos vertidos por esta cristiana de izquierda, cuyo nombre la 609 ya estampó en los muros de las ciudades, reproducimos: “Asumo esta tarea con mucha responsabilidad, compromiso y alegría. Pero también con la esperanza de poder hacer cosas juntos: cuando nos fue mejor, fue cuando hicimos las cosas juntos. El mejor Uruguay lo hicimos juntos”, refirió a una etapa histórica de la sociedad uruguaya, donde la polarización no había alcanzado estos niveles, polarización si se toma en cuenta claro desde el retorno del Estado derecho”.
“No creo en una política que ‘agrieta’, creo en una política que va al encuentro de quienes no piensan como nosotros. Las diferencias se deben argumentar desde un lugar que no recurra al agravio y la descalificación”, profundizó.
Asumió el compromiso de mantener los derechos adquiridos en su condición de feminista e hija de inmigrantes y en algo que no está siendo muy mencionado por la dirigencia de izquierda, su compromiso reconocido con la verdad y la justicia.
Pepe Mujica machacó una vez con el perfil épico de la política: “La política no es un negocio. Es una pasión que se tiene o no se tiene. Acá no venimos por lo que vamos a ganar o lo que nos van a dar. Acá venimos porque estamos convencidos”.