El cruce discursivo entre senadores del oficialismo y la oposición sumó un nuevo capítulo esta semana, luego de que el senador del Frente Amplio, Daniel Caggiani, respondiera con firmeza a recientes declaraciones del nacionalista Sebastián Da Silva, quien había descalificado duramente al electorado montevideano y cuestionado el liderazgo frenteamplista en la capital.
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Lo que había dicho Da Silva
Durante una entrevista en el programa de streaming Se arregla el mundo (FIPO), Da Silva ironizó sobre el comportamiento del votante en Montevideo al sostener que la posibilidad de una victoria de Martín Lema —precandidato del Partido Nacional a la Intendencia de Montevideo— dependería del "tamaño de las guampas de los ciudadanos montevideanos" y del "grado de masoquismo" del electorado frenteamplista. Además, criticó lo que describió como "desidia" en la gestión de la capital por parte del Frente Amplio, y destacó que "tiene que venir un youtuber argentino" para evidenciar las malas condiciones de vida en ciertos barrios.
La respuesta de Caggiani
Las expresiones del senador nacionalista provocaron una rápida reacción en filas frenteamplistas. A través de su cuenta de X (ex Twitter), Daniel Caggiani condenó el tono y el contenido de los dichos de Da Silva, señalando que "intentar denigrar personalmente a Mario Bergara" —actual precandidato a la Intendencia de Montevideo— y "tratar a todos los montevideanos de guampudos" no sólo carece de altura política, sino que tampoco contribuye a un debate democrático sobre el futuro de la ciudad.
“No creo que sea ni el talante ni la estrategia de campaña de Martín Lema en Montevideo. Es más: debería desmarcarse públicamente de esta forma de hacer política”, subrayó Caggiani, en una crítica que no solo apunta al estilo de Da Silva, sino también a la necesidad de que Lema defina públicamente su postura frente a estas expresiones.
El legislador frenteamplista fue más allá y cuestionó la falta de propuestas por parte de Da Silva, al afirmar que “además de no aportar una sola idea para mejorar la ciudad, es una gran máquina de piantar votos”.