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Política Marcha del Silencio | Madres y Familiares | impunidad

Historia de lucha

¿Cómo y cuándo surgió la primera Marcha del Silencio?

La primera convocatoria de Madres y Familiares exigía verdad, memoria y nunca más. Fue también un homenaje a las víctimas de la dictadura cívico-militar.

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Un año más, miles de uruguayos se aprestan para participar en la Marcha del Silencio, un evento que desde 1996 ha convocado a la ciudadanía a marchar por la verdad, la memoria y un "nunca más" a las violaciones de los derechos humanos.

Este 20 de mayo se cumplen 29 años de la primera convocatoria, que se ha consolidado como una de las movilizaciones más importantes y emotivas del país.

1996: la primera Marcha del Silencio

La iniciativa surgió en mayo de 1996, cuando Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y otras organizaciones hicieron un llamado público a la primera Marcha del Silencio. El propósito era claro: rendir homenaje a las víctimas de la dictadura militar y repudiar las atrocidades cometidas. Aquella primera convocatoria expresaba un anhelo profundo: "Por verdad, memoria y nunca más marchamos en silencio el día 20 de mayo en homenaje a las víctimas de la dictadura militar y en repudio a las violaciones de los derechos humanos". La concentración original fue en la Plaza a Los Desaparecidos en América, en Jackson y Avenida Rivera, para luego marchar hacia la Plaza Libertad, con flores y el pabellón nacional.

El 20 de mayo de 1976 aparecieron en Buenos Aires los cuerpos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, legisladores uruguayos exiliados en Argentina, junto a los también exiliados y asesinados William Whitelaw y Rosario Barredo. Todos habían sido secuestrados un par de días antes, al igual que el médico Manuel Liberoff, que permanece desaparecido.

El mensaje fundacional de la Marcha enfatizaba que "el homenaje a las víctimas no puede ser otro que el reconocimiento a través de la verdad de los hechos, la recuperación de la memoria y la exigencia de que en Uruguay nunca más exista la tortura, las ejecuciones y la desaparición forzada de personas…".

Desde entonces, cada 20 de mayo, la Marcha del Silencio se replica masivamente no solo en Montevideo, sino también en numerosas ciudades del interior del país, manteniendo viva la demanda de justicia y la defensa irrestricta de los derechos humanos. La presencia de miles de personas, marchando en silencio, se ha convertido en un potente símbolo de la persistencia de una sociedad que no olvida y que sigue reclamando respuestas.

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Centro de Fotografía de Montevideo- Carlos Pazos

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