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Política Lazo | Defensa |

ENTREVISTA

Con Sandra Lazo: una mujer al frente de la defensa de la soberanía nacional

Orsi le confiere la responsabilidad Lazo de gestionar el Ministerio de Defensa y desde allí ejercer el mando civil de las Fuerzas Armadas.

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Caras y Caretas Diario

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Sandra Lazo es la segunda mujer, luego de Azucena Berrutti, como ministra del Ministerio de Defensa Nacional; una apuesta de los sectores y gobiernos progresistas en apelar a la sensibilidad femenina para la conducción política y civil de una institución masculinizada y que, a ojos del imaginario colectivo, tiene en su haber una deuda con los derechos humanos.

A poco menos de dos horas de ser designada, Sandra Lazo nos recibe con su bonhomía de mujer del interior, proveniente del mundo del periodismo radial y que colgó los botines para ocupar una banca en el Senado.

Lazo es clara en cuanto a lo que aspira del Ministerio que estará bajo su mando, y se para firme cuando afirma que hasta el 28 de febrero del año que viene la responsabilidad de gestión es del actual Gobierno de Lacalle Pou.

Por iniciar el proceso de transición en un ministerio que en estos momentos está en el ojo de la tormenta por el tema de las OPV.

Bien, en realidad lo esperable es que haya una transición, que yo creo que acertadamente se definió desde el equipo de Presidencia que sea una transición centralizada, obviamente de presidente a presidente, como debe ser, pero centralizada desde lo que son tanto la secretaría política como la secretaría adjunta, en este caso en la persona de los compañeros Alejandro Sánchez y Jorge Díaz, que están centralizando y esperando la documentación oficial, más allá de que hubo algunos temas que fueron anunciados por el presidente entrante y el saliente que los van a manejar directamente.

Creo que es acertada esa decisión porque, en definitiva, lo que estamos diciendo es que la transición no puede ser una transición que se dé en una conversación; puede haber existido algún contacto entre los ministros salientes y algunos de los entrantes, pero eso no es transición. La transición es todo aquello que requiere un gobierno que va a comenzar del gobierno saliente, y eso tiene que ver con presupuestación, qué es lo que hay, qué es lo que tenemos efectivamente, cuáles fueron los pasos que se dieron... No es una memoria. Entonces, me parece fundamental que eso se centralice y que, además, se lleve la responsabilidad del Gobierno saliente hasta el día 1 de marzo.

Con respecto a conversaciones, siempre las hubo durante el gobierno y sobre todo en lo que tiene que ver con materia de defensa. En los últimos tramos de este ministerio hemos tenido con el ministro saliente un buen diálogo. Pero bueno, no podemos decir que eso sea una transición.

¿Con qué expectativas se imagina llegar a hacerse cargo de este Ministerio?

Lo repetí en casi todos los medios. Primero que nada, no estamos innovando nada o inventando nada, porque tenemos que reconocer que venimos de un proceso que se llevó adelante en 15 años de gobierno del Frente Amplio. Yo lo personifico en quien fue la primera mujer ministra de Defensa, la doctora Azucena Berrutti, pero los sucesivos ministros que estuvieron al frente de la cartera dieron pasos y son un acumulado.

¿Ese acumulado pretende continuarlo?

Yo creo que en general el Gobierno del Frente Amplio va a arrancar un nuevo proceso de transformaciones. De hecho, para eso presentamos bases programáticas, un programa que tiene determinados lineamientos que son transversales a todos los ministerios o, si se quiere, a todo el Estado.

Es un ministerio complejo que tiene, no solamente la soberanía nacional como parte de su rol, sino otras muchas cuestiones —de hecho, hasta la sanidad está dentro de lo que es el Ministerio, la política espacial, algunas cosas que son nuevas prácticamente para nosotros—. Entonces la complejidad implica tener un buen informe de dónde partimos para saber hacia dónde queremos ir.

Pero los lineamientos generales son los que ya estableció el Frente Amplio en su proyecto, en su programa, y que fueron los que aprobó la mayoría de la población.

Hay un reclamo, fundamentalmente desde el sector académico, sobre la indiferencia del sistema político en general sobre los temas de defensa. ¿Usted tiene pensado, en alguna de sus líneas de gestión, colocar el tema de defensa como uno de los temas de agenda del sistema político?

Bueno, yo estoy absolutamente convencida de la necesidad de establecer, primero que nada, diálogos e intercambios, pero además hay un sinfín de temas que tienen que ver con la política de defensa tomada como tal, como política de Estado, donde no podemos estar de espalda a la academia, como así también te digo, no podemos estar de espaldas a la sociedad civil. Una de las líneas de trabajo que implementa las bases programáticas, no estoy innovando, es el fortalecer la pata civil en el mando, en absoluta convivencia, de diálogo genuino, con el respeto a la jerarquía y sobre todo la carrera militar. Me parece que eso es importante.

Pero estoy absolutamente convencida de que, además, el mundo transita un camino de innovación científica, de investigación, de nuevas tecnologías y nuevas aplicaciones, y no podemos estar de espaldas a eso, y por supuesto que eso tiene que ser embanderado por la academia, por los científicos, por la investigación. Fíjate que el Instituto Antártico tiene que tener una relevancia importante en el marco de esto, pero también el mundo del trabajo, porque tenemos algunos espacios dentro del propio ministerio que están muy vinculados a generar valor agregado al conocimiento que ya se tiene desde el punto de vista técnico en los diferentes estamentos del Ministerio de Defensa. Así que es una preocupación que tengo y que pretendo integrarla en el marco, reitero, de ese programa que es como el paraguas grande.

¿Qué es lo que se imagina con respecto a un tema tan importante, que sigue en agenda como un pendiente, como es el de derechos humanos y que, en particular, venimos de un reconocimiento del Estado de su rol durante el terrorismo de Estado, y esa solicitud pública a los mandos de las Fuerzas Armadas de que entreguen toda la información sobre detenidos-desaparecidos?

Bien, primero, si hay algo que tienen estas bases programáticas es que el tema derechos humanos transversaliza absolutamente todo el programa y todos y cada uno de los compartimentos del Estado. Entonces, en ese sentido, sin dejar de lado que además en este caso estamos hablando de temas sensibles que tienen que ver con un pasado reciente en un país muy joven, la visión que tengo es, reitero, la del diálogo sin ningún tipo de prejuicios.

Yo me siento muy comprometida con esta temática, con todas las organizaciones, pero también con la institucionalidad, el respeto a la institucionalidad, el respeto a creer que para generar diálogos también hay que generar confianzas; lo tengo absolutamente presente en todo lo que es la conducción. Y la sobriedad, yo creo mucho en la sobriedad.

Venimos de un acumulado importante en materia de derechos humanos. Yo creo que estos últimos años, y estoy hablando en general sobre los derechos humanos, no voy a decir que se violan, pero sí creo que sobre todo los espacios de participación y los espacios de investigación necesitan tener canales de diálogo genuinos, canales de diálogo sin mochilas, sin prejuicios. Es un tema que lleva muchos años en la región. En el mundo hay procesos que no se saldan de un día para el otro, pero hay que tener la delicadeza y sobre todo la sobriedad.

Yo creo que mal hacemos si encaramos este y otros temas que tienen que ver con la defensa nacional exponiéndolos innecesariamente. Más allá de lo que es público y de la necesidad de saldar algunos temas, creo profundamente en el diálogo. Hoy mencionabas a la academia, a las organizaciones vinculadas a los derechos humanos y, por supuesto, también a los militares.

Usted hoy mencionaba a Azucena Berrutti, y es la segunda mujer ministro luego de 15 años en una institución masculinizada y marcial.

Sí, no es el único. Yo creo que hay varios ministerios que son generalmente masculinizados y la verdad que tengo una tremenda alegría y mayor respeto aún por la decisión del presidente electo de que algunos de esos ministerios tengan al frente mujeres, pero no por la cuestión exclusivamente de ser mujeres, ni de la señal que podés dar, sino porque efectivamente tiene una coherencia con el discurso, o sea, lo discursivo en materia de derechos, de presencia de género y de mujeres con la acción. Fíjate que si miramos hoy el panorama, el Ministerio de Industria también es generalmente masculinizado; el Ministerio de Vivienda, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas… son todos ministerios que han tenido a lo largo de la historia un porte masculinizado. Y creo que es una buena decisión, que nos compromete, por supuesto, muchísimo, que le da un tinte de mucho respeto.

Yo ingreso realmente al Ministerio de Defensa, primero, habiendo manejado durante muchos años estos temas desde la Comisión de Defensa, muy vinculado al tema relaciones internacionales.

Nosotros traemos un acumulado como organización política, como Frente Amplio, de grupos de análisis, de grupos con conferencias con diversos países del mundo, y en algunas he estado presencialmente en Asia, en Europa, en América del Sur, intercambiando posturas, vivencias sobre este mundo tan complejo, tan multipolar que tenemos. Una política exterior muy vinculada a la Defensa, o por lo menos lo pretendemos, que ha tenido características indelebles en lo que tiene que ver con nuestro país y que, también debemos decirlo, en algún momento nos lo comentaban algunos actores internacionales, frente a algunas decisiones que se tomaban había como cierta alerta en cuanto a posturas que habían sido históricamente, independientemente del gobierno de turno, muy claras desde el punto de vista de Uruguay, que se relaciona con un mundo multifacético y que tiene esas características.

Así que, bueno, ingreso también sin ningún tipo de prejuicios, pero habiendo manejado estos temas, no en soledad, por supuesto, siempre en función de los diferentes grupos que han aportado, saliendo de teoría. Yo me recuerdo en el año 2012 viajando a Colombia, cuando recién empezaba todo el tema de la transición y de los diálogos de paz, sobriamente, en silencio, siendo parte de diálogos con el componente político y el componente militar hacia un proceso de paz. Me recuerdo yendo a conferencias en Asia, en diferentes países, donde presentábamos a la fuerza política en grupos de análisis.

O sea que no vengo como un paracaídas sin conocer del tema, pero siempre con la humildad de que tenemos mucho para aprender. Y creo que la última misión de paz a la que asistimos con integrantes de la Comisión de Defensa de ambas Cámaras en la República Democrática del Congo, terminó también de diagramarnos algo de lo que muchas veces se habla pero poco se conoce en territorio de cuál es el rol que se cumple.

De hecho, estuvimos estos días participando del seminario que es preparatorio de una bienal que se va a llevar adelante en Alemania en mayo del próximo año, y que discute el rol de las misiones de paz. Bueno, hay un montón de tela para cortar, pero hemos estado en contacto con estos temas y pretendemos seguir aprendiendo.

Cuando se llevó adelante el acuerdo de la construcción de las dos lanchas patrulleras, ya había una señal de que en realidad se iban a entregar para este gobierno que va a asumir. Pero luego, además, el proceso se complejizó en cuanto a cumplir ciertos plazos, a poder conseguir financiamiento. ¿Este tema va a estar en la mesa de transición, en la medida que todavía hay responsabilidad de este ministro hasta por lo menos marzo del año que viene?

Nosotros trabajamos muy seriamente. Como fuerza política y dentro de la comisión hemos sido absolutamente frontales con las autoridades también sobre la crítica a un proceso que hoy por hoy continúa siendo, hasta el 1 de marzo, responsabilidad del actual Gobierno. Evidentemente esperamos que dentro de la transición la documentación que se brinde esté en ese sentido, ¿cuáles fueron los pasos?, ¿cómo se dieron? Y bueno, ahí evaluaremos. Hasta tanto no se dé esa transición y hasta el día 28 de febrero, este Gobierno se hace responsable de las acciones que tomó.

Y tendremos tiempo, en el marco de esa transición que caminamos, de analizar profundamente, con los equipos correspondientes, estos temas.

¿Eso también incluye algunos de los temas que existieron de gestión, algunos de ellos que han terminado en la Justicia? Por ejemplo, denuncias de corrupción en Cantinas Militares, dentro del Hospital Militar…

Entiendo que se pidió por parte de quienes están al frente de esta administración, y creo que también lo expresó el presidente electo: es voluntad del presidente saliente que esa transición tenga esos términos y que toda la información refrendada con la firma del responsable, en este caso el presidente saliente, le llegue a este Gobierno para poder evaluar. Pero yo sí quiero decir que uno de los ejes que manejé en campaña y que ha sido transversal, como el tema de derechos humanos a todos los estamentos del Estado, ha sido el tema de la transparencia y de la honestidad. Por lo tanto, cualquier acción que tienda a llevar adelante esas dos premisas va a estar presente sin duda.

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