Una referencia central durante la entrevista fue su completo respaldo y adhesión a la propuesta del PIT CNT de aplicar un impuesto al 1% más rico del país .“Es una discusión que llegó para quedarse y soy muy optimista en cuanto a la forma en que el FA se prepara para darla”, recalcó.
Este sábado realizaron un encuentro con invitados especiales para recordar estos 10 años en el FA ¿Cuáles fueron los ejes de este intercambio?
Diez años son pocos para un grupo político, teniendo en cuenta que el FA está integrado por sectores como el Partido Comunista o el Socialista de larguísimas trayectorias, pero queríamos hacer una evaluación que establezca qué ha pasado con nosotros como sector político, cómo nos hemos posicionado en la estructura y en la nueva arquitectura del FA, y qué es lo que podemos aportar, porque no se trata de tener un sector como quien tiene un sello, sino medir la fuerza de nuestras proposiciones, el alcance de nuestras ideas, propuestas y luchas, todo aquello que ponemos sobre la mesa de discusión de la izquierda uruguaya y de la izquierda internacional, que hoy se encuentra peleando con bríos renovados contra la derecha.
¿Qué ha cambiado dentro de la fuerza política en esta última década?
Fundamentalmente tenemos un nuevo gobierno del FA, que es un cuarto gobierno en realidad, pero en el medio hubo un recambio generacional muy importante. De aquellos viejos tiempos del FA con Tabaré, Mujica y Astori que ya no están, a estos nuevos tiempos con nuevos liderazgos. Este es un FA con un gran recambio generacional y muchas más mujeres en el gabinete y en el Parlamento.
¿Cómo calificaría este momento y cuáles son los nuevos desafíos de Casa Grande?
Este momento político está caracterizado por dos o tres señas de identidad. En primer lugar, la superconcentración capitalista, donde Casa Grande está adhiriendo a la propuesta del 1% y a que la justicia tributaria es parte de la estrategia con la que la izquierda enfrenta al capitalismo. Hay que ponerle límites a la riqueza en este planeta. Hoy, cualquiera puede acumular una cantidad de riqueza excesiva y esa es la idea donde se plasma este grado de concentración capitalista como nunca antes vimos.
En este tiempo histórico de la izquierda, el tema de la concentración capitalista está muy firme y muy fuerte y Casa Grande se suma a esta discusión de la justicia tributaria.
El segundo punto es el cuidado del medioambiente, es decir la forma en que los países, incluso Uruguay a su escala, se desarrollan. Ese capitalismo periférico que sentimos muy especialmente los países del sur con la degradación de la naturaleza, el suelo, el agua o el aire, está provocando un impacto sobre aquello que nos sostiene a todos, que es la madre naturaleza. Casa Grande ambientalista se suma a esta corriente que en el concurso de las izquierdas mundiales está bregando por un cambio en el modelo de desarrollo. Ello a veces se expresa en las tecnologías verdes y en la energías renovables, pero creemos que en ello, Uruguay tiene un recorrido como izquierda que vale la pena señalar y empujar.
La tercera seña, es una que marca la identidad de Casa Grande y es que somos un grupo liderado por mujeres y hemos impuesto desde un principio la paridad en las listas, algo que ahora ya tiene todo el FA, pero seguimos luchando por la agenda de los feminismos, la paridad, los cuidados, los derechos sexuales y reproductivos, contra la violencia de género. Nos parece que al mundo le falta mucho de eso, también a las izquierdas latinoamericanas y al sistema político uruguayo.
¿Cuál ha sido el aporte del feminismo a las izquierdas?
El feminismo les ha traído una nueva perspectiva a las izquierdas en el campo del pensamiento y del activismo, y una de las formas en que ello se manifiesta de manera más clara es cómo ha cambiado la ubicación política de las mujeres a lo largo de estos años.
Antes, las mujeres eran más conservadoras que los hombres y ahora las mujeres son más de izquierda junto con los jóvenes. Entonces, si pensamos que lo que está alimentando las fuerzas contra el patriarcado y las fuerzas contracapitalistas de las izquierdas son las mujeres y los jóvenes, desde Casa Grande debemos apostar por ese proyecto dentro del FA.
¿La propuesta del impuesto al 1% más rico ya fue rechazada por el gobierno, cree que todavía queda alguna posibilidad de imponerla?
Creo que esa discusión llegó para quedarse y soy optimista en cuanto a la forma en que el FA se ha parado frente a ella. Es mucho más que una discusión económica, es una discusión sobre justicia distributiva y la erradicación de la pobreza de las mujeres y los niños y adolescentes. Y este debate, sobre los límites de la riqueza, si no es la izquierda quien lo plantee, nadie lo hará.
Creo que el año que viene se abre un panorama más límpido y más despejado para empezar a tratar temas como la democracia paritaria y el 1%. Creemos que el FA está en óptimas condiciones de dar una discusión doméstica sobre estos temas y hacerlo en una perspectiva en clave regional porque Brasil está en el debate sobre el 1% al igual que España. Aspiramos a que la Fundación Líber Seregni, que se encarga de la formación política, abra un debate lo más amplio posible. Pero soy muy optimista sobre la forma en que podemos canalizar esta discusión.
Usted participa del debate por el Presupuesto, ¿considera que alcanzará con lo destinado para paliar la grave situación de la pobreza infantil que este gobierno se puso como objetivo?
Me parece que lo más importante, más allá de la cantidad de los fondos que se destinen a terminar con la pobreza infantil, es que el tema se haya instalado en el centro de la preocupación política del Uruguay y que el debate no sea solo sobre la seguridad y el déficit fiscal. Haber logrado eso ya me parece una enorme ganancia en la construcción de una agenda política que tenga a lo social en el centro.
Luego, el Presupuesto es corto, austero y ajustado, pero su orientación está centrada en la priorización de las personas en situación de vulnerabilidad, además de la educación y la alimentación. Pero, me parece aun así que en Uruguay el debate tiene que caer más en la concentración de un montón de familias que solo tienen una mujer como jefa de hogar y creo que poner eso en la perspectiva económica y política es de mucha importancia.
¿Quedó algo afuera que le parezca prioritario?
Consideró que en el futuro es indispensable atacar el tema de la vivienda, para resolver los problemas no solo de los que viven en la calle, sino también en situación de extrema precariedad o con algún tipo de déficit.
La pobreza infantil tiene mucho que ver por lo menos con dos temas, el de la vivienda y el de la educación, este último es central y está priorizado en el Presupuesto y para el de la vivienda necesitamos seguir encontrando mejores rendimientos que lo que hay en materia presupuestal en este 2025.
¿Cuáles son los principales aportes que hizo Casa Grande en estos diez años en el Frente Amplio?
En estos diez años en el FA, Casa Grande hizo, en primer lugar, un aporte significativo a la agenda de género. En ese tema estuvimos en la primera línea de lucha, no solamente yo desde el Parlamento, sino también Silvana Pissano, Lucy Garrido, Elena Fonseca que murió y que la asamblea de Casa Grande lleva su nombre, además de Mariela Mazzotti, Margarita Percovich, entre otras. Sería impensable considerar los avances en la agenda de género desde el punto de vista político en el país, sin nombrar a estas mujeres y algunas de ellas están en Casa Grande. Ese es un aporte gigante que ha hecho Casa Grande a la agenda del FA.
También creo que hemos dado una lucha muy intensa e importante en cuanto a la perspectiva internacionalista de la izquierda y no lo digo solo en cuanto a la posición de Casa Grande sobre Gaza, sino también por lo que ha sido nuestra lucha en cuanto al TLC con Chile. Una lucha de resistencia al dominio de la política exterior por parte de EEUU y las grandes multinacionales. Hoy lo vemos más claro, porque presenciamos como el multilateralismo se está cayendo a pedazos, pero desde hace mucho tiempo que venimos hablando de ese tema con mucha gente que trabaja en esa perspectiva, como Natalia Carrau, Fabiana Goyeneche o Gustavo Buquet.
Casa Grande tuvo, además, una gran participación en la discusión sobre las políticas de seguridad con Rafael Paternain, que lideró una contracorriente contra la política de la mano dura y hoy vemos, con el hacinamiento carcelario, que quedó claro que la política de mano dura en Uruguay no ha servido para nada. Allí hemos tenido una voz y una perspectiva claras.
Casa Grande ha tenido también un rol muy importante en los temas ambientales sobre todo en la aprobación de la ley de agroecología o la lucha contra el proyecto Neptuno, una posición que cobra mucha relevancia hoy en día.
¿A quiénes convocaron para participar de este encuentro por los diez años?
Convocamos a compañeras y compañeros de distintos sectores que nos vengan a acompañar. Estará Gustavo González, del Partido Socialista, un sector con el que tenemos un largo trecho y hoy nos encontramos por el derecho a la vivienda, por esta economía social y cooperativa que en Uruguay es un ejemplo de desarrollo alternativo. También estará Juan Castillo, por el Partido Comunista, estamos en el Senado por ellos y hemos compartido muchas alianzas a lo largo y ancho del territorio nacional, por eso queremos que esté sentado en nuestra mesa de apertura.
También nuestra vicepresidenta Carolina Cosse, hoy tenemos una vicepresidenta mujer y la hemos apoyado en la última campaña. Es alguien con quien compartimos trabajo en el poder parlamentario, toda una agenda de lucha por los derechos de las mujeres. También invitamos a Blanca Rodríguez que es muy querida por los y las casagrandistas y pertenece a la bancada mayoritaria en ambas cámaras que es la del MPP.