Por Daniel Silva
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En las últimas semanas llama la atención los reiterados reclamos que viene haciendo las autoridades actuales de la Asociación de Cultivadores de Arroz que en diversas entrevistas y a través de sus cuentas de twitter el presidente y vicepresidente reclaman cambios estructurales entendiendo como prioritario la eliminación del subsidio el gasoil como medida de competitividad país.
También llama la atención algunos números que manejan de aporte al fideicomiso y como única fuente de perdida de competitividad buscando apostar al libre mercado.
La realidad es que Uruguay tiene un sector arrocero que es importante, que es un exportador neto y que ha llegado a ser el 8vo exportador neto mundial.
El sector arrocero a través de los sistemas de acuerdos entre los molinos y productores pudo desarrollarse y permitir que existieran productores arrendatarios de tierra y agua en un 70% del total. Estos sistemas permitieron trabajar en calidad, rendimiento y destacarse en el mundo con una gremial empresarial que siempre se destacó por su capacidad de propuesta y diálogo diverso con actores y sectores políticos.
En los últimos tiempos las autoridades con poco recambio se reorientaron a una campaña en torno a la búsqueda de defender la competencia y el libre mercado cuando la misma conviene y buscando apoyos especiales luego de una acérrima campaña política progobierno buscando “privilegios de malla oro”.
El vicepresidente de la ACA Ing. Agr. Guillermo O´Brien allegado al gobierno twittea haciendo referencia a una publicación hecha por él del 23 de noviembre de 2019 el día previo al balotage en apoyo a Lacalle Pou “Sigo con la esperanza !No al subsidio absurdo y ademas incrementado del gasoil productivo para el transporte urbano e interdepartamental ! Quiero cambios estruct. de verdad en nuestro pais , “topemos “ lo que hay q topar y no le den lado ! @camboue@OmarPaganini@LuisLacallePou
Por su parte, el presidente de la Asociación ha reafirmado estas ideas hablando en contra del subsidio, pero sin una visión crítica e integral de los que son los subsidios y transferencias. Si bien es cierto que el planteo no es nuevo para la gremial en momentos en que las exportaciones están a pleno no hay mayores reclamos, lo mismo fue con el tipo de cambio. De hecho, en agosto pasado publicaron en sus redes sociales su reunión y puesta a punto con el presidente Luis Lacalle Pou y días antes del referéndum de la LUC destacaron en su discurso de inauguración de la cosecha su apoyo al gobierno, a la LUC y su agradecimiento por el apoyo del gobierno al sector productivo.
Lo que más llama del planteo es su excesiva parcialidad donde en realidad es más de corte corporativista y no de una visión integral del país productivo. No se puede reclamar libre mercado cuando quiero beneficios para mi y apoyos de parte del gobierno cuando me conviene. Sin dudas los subsidios y transferencias entre sectores y entre públicos y privados tienen que verse de forma integral, viendo el conjunto y las necesidades. De esta forma, porque no discutir también los aportes que hace el sector rural a la seguridad social, los beneficios que se han recibido de la promoción de inversiones, los apoyos a la tarifa zafral que pagan los arroceros por los sistemas de riego, la relevancia del puente de la charqueada para la producción y las comunidades de la zona entre otra cantidad de obras de infraestructura. También es una realidad que el tipo de cambio juega en contra de la competitividad y que es un tema para resolver.
Pero llama la atención si se trata de un planteo bien estudiado o es parte de una estrategia más de los allegados del gobierno en particular al Senador Da Silva y su amistad con parte de las autoridades de la ACA para marcar agenda y facilitarle al gobierno nuevos beneficios a sus allegados malla oro.
Esto no deja de reconocer la relevancia del sector arrocero y la calidad e importancia de empresas que en trabajos de larga data muchas veces de la mano del estado y con estrategias de largo alineado han permitido destacar a Uruguay en el mundo como productor de alimentos de alta calidad. Cuando existen problemas de competitividad está claro que no es 3.48 pesos por litro al gasoil lo que marca la diferencia entre un cambio estructural a ser competitivo y otro que no lo es. Tampoco desmantelar las empresas publicas como se ha planteado es un aporte a la competitividad, sino por el contrario la refinería en tiempos de suba de los refinados fue un elemento de soberanía y de capacidad de negociación en un mercado tan complicado como lo es la compraventa de crudo a nivel global. Definir agendas sectoriales por fuera de los amiguismos es un aporte notable al desarrollo y al reclamo y defensa de verdaderas políticas de Estado e innovación, más un sector que ha sido líder histórico.