Decenas, tal vez cientos, de miles de mujeres, convocadas por la Intersocial Feminista y diversos colectivos, marcharon por 18 de Julio hasta la explanada de la Universidad de la República (Udelar) en un nuevo 8M. Fue un verdadero tsunami feminista que desbordó el centro de Montevideo. Para tener una idea de la magnitud de la movilización basta tener en cuenta que cuando las manifestantes llegaron a la Udelar y las representantes de la Intersocial leían la proclama, la cola de la marcha todavía estaba en la plaza Cagancha.
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En la explanada se leyó la proclama, la que bajo el título de “Contra el hambre y la opresión”, señaló que “las mujeres venimos cubriendo retrocesos a costa de más explotación y precarización”.
Agrega que “el retiro del Estado y el desmantelamiento de las políticas públicas, llevadas adelante por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), implicó que las mujeres asumiéramos tareas de atención de mujeres e infancias que sufren violencias, que nos hiciéramos cargo de garantizar la comida a cientos de miles de familias que comen en ollas populares, pero no solo nos ocupamos de la alimentación, sino también de las múltiples demandas que crecen en la medida que se precariza y vulneran los derechos”.
Indica que las mujeres de las ollas y merenderos “sostienen barrios enteros a lo largo y ancho de todo el país”. Para la Intersocial “esta respuesta popular y feminista expone escandalosamente la ausencia del Estado que ya retiró los apoyos a las ollas, precisamente en este mes de marzo”.
Denuncia el “ataque a la solidaridad y a las acciones colectivas”, el que “se profundiza en la medida que avanzan fuerzas conservadoras y fascistas en los territorios, en los medios de comunicación y en la política”.
Más adelante agrega que en los los últimos años “algunas respuestas estatales hacia las mujeres en situación de violencia se han debilitado”. Entre estas precisa: los subsidios de alquiler para mujeres que se atienden en servicios especializados; los refugios del Mides; la falta de presupuesto a la Ley Integral contra la Violencia de Género. “Exigimos, una vez más, la implementación de los Juzgados Multimateria en tanto solucionarán varios de los problemas de acceso a la Justicia que nos afectan”, sostiene.
Recuerda que en lo que va del 2023, cinco mujeres fueron asesinadas. En 2022 fueron 45 y a ocho niños los asesinados por sus padres. “Aún esperamos justicia por las mujeres trans asesinadas; seguimos en emergencia nacional sin una estrategia del Estado y siendo constantemente revictimizada”.
Por otra parte la Intesocial recuerda el rechazo al proyecto de le que amplía la gestación subrogada porque “abre un mercado de vientres de alquiler que vulnera los derechos de las mujeres para satisfacer el deseo de algunas personas de ser padre o madre con sus propios genes pero sin poner el cuerpo”.
Respecto a la reforma jubilatoria la Intersocial Feminista destaca que afecta más a las mujeres, “por el hecho de percibir el 78,4% del total de ingresos de los varones”.
Más adelante hace énfasis en el racismo al recordar que las mujeres afro siguen siendo víctimas del colonialismo, capitalismo y racismo imperante, que las somete a la pobreza, a la indigencia, las criminaliza, las mata y descarta como basura, a ellas y a sus hijos/as/es.
Señala más adelante que “las mujeres hemos sido las que históricamente cultivamos la tierra y producimos alimentos, conservamos semillas, cuidamos el agua. En momentos donde el cambio climático no es un problema de futuro, sino que es una realidad que provoca pandemias, sequías, incendios, fríos extremos, y que de continuar con este modelo de consumo, este sistema de explotación de las personas y de los recursos naturales el mundo como lo conocemos desaparecerá dejando por el camino un tendal de hambre y muerte.
“Desde una mirada que nos una a todas, desde un feminismo interseccional, que nos reconozca en nuestra diversidad, que no admita lo transexcluyente. Que amplifique nuestras voces, que reconozca las múltiples capas de opresión que cada una vive, en cada espacio que habitamos. Luchamos porque nuestras voces sean escuchadas, aún en un contexto donde se desprestigia nuestra voz con actos violentos y con descalificaciones e insultos”, concluye.