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Política Pablo Caram |

¿DÓNDE ESTÁ EL MUERTO? 49.000 DÓLARES EN UN PASE DE MOSQUETA

El brazo de la AUF llega a donde no llega el largo brazo de Caram

La generosidad de Ignacio Alonso, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), con la plata ajena parecería no tener límites.

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Hay un viejo acertijo que vendría a cuento en esta novela de millones que van y vienen sin control. Un viejo beduino, famoso por su talento y su ingenio para manejar los números y, sobre todo, para resolver problemas complejos, le preguntó a sus nietos cuál era la mejor manera de que pasara desapercibido un elefante blanco.

Todos quienes lo escuchaban propusieron ideas, pero nadie acertaba una solución que admitiera que semejante mastodonte de rareza inusual no llamara la atención de un público atento.

Al final, el más vivaracho propuso una idea que nadie pudo rebatir:

La mejor manera de contrabandear un elefante blanco era confundirlo en una multitud de elefantes comunes.

La idea de hacer perder la pista de lo individual en la multitud para establecer la confusión es óptima si se quiere enturbiar el manejo del dinero. Seguir la ruta se convierte en un laberinto indescifrable.

Si hacemos transferencias, cheques, pagos, donaciones, préstamos y la plata va de allá para acá, va a ser más difícil rastrear lo que está bien y lo que está mal, lo que responde a una necesidad o lo que constituye una arbitrariedad, una opción o una obligación, lo que es mío y lo que es tuyo, lo que se quita y lo que se da.

Esto podría explicar la generosidad de la AUF y del Ejecutivo que preside Ignacio Alonso con el dinero que la AUF deposita en la cuenta del Banco Santander y que alimenta los caprichosos proyectos que siempre terminan usando discrecionalmente la plata de los clubes de manera de asegurar los votos que construyen la continuidad de su gestión.

La generosidad de Ignacio Alonso con la plata ajena parecería no tener límites.

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Préstamos a tasa cero a instituciones deportivas que terminan en montos impagables financiados, en parte, con el ahorro público a través de créditos del BROU, y en parte gracias a la permisividad de Alejandro Domínguez de la Conmebol y sus poderosos mandantes que por algo aflojan la “taraca”.

Curiosamente, esto no ha aún llamado la atención del BCU, quien parece estar ocupando su tiempo procurando desentrañar la maraña de los fideicomisos ganaderos y otros esquemas financieros alimentados con promesas de plata fácil que han proliferado bajo las narices del economista Diego Labat en los últimos años y que permanecen silenciados con la complicidad de los medios hegemónicos, como la reciente estafa de Gonzalo “Lechuga” Campomar, quien aparentemente tomaba dinero “negro” con promesas de intereses desorbitados. Su huida a Estado Unidos y el rumor de que habría algunos cheques denunciados que estaría pagando, sin que se sepa a cuenta de qué, el joven Fernando de Posadas, titular del llamado grupo Magnolio, conglomerado de medios de comunicación que integrarían el capital de un fondo de inversión con actividades muy diversificadas.

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Por estos días tomamos conocimiento de que la caridad de la AUF de Ignacio Alonso había alcanzado hasta la Intendencia de Artigas, comprometiéndose a financiar obras que el intendente Pablo Caram se encontraba impedido, probablemente porque la avalancha de horas extras se le llevaba todo el presupuesto.

Pero las necesidades del esquema Ponzi llevado adelante por la AUF la llevan a colocar fondos en cuanta propuesta le permita mantener las pelotas en el aire y apoyar la proliferación de Sociedades Anónimas Deportivas, así sea la necesidad de disponer de una cancha iluminada para el ingreso a la segunda división del equipo dirigido por Carlos Bueno, premiado por un meritorio ascenso al fútbol profesional.

¿Qué sentido tiene que una institución, cuyo objeto es regular y fomentar la práctica de la actividad deportiva en el país, se coloque a jugar de prestamista o, peor aún, a jugar a una siembra de “emprendedores”, financiando con dinero de terceros emprendimientos explícitamente lucrativos de inversores golondrinas que suelen irse sin dejar nada?

Si la AUF tuviera un patrimonio sólido y sus asociados lo quisieran, podría hacer con altruismo este rol más propio de una ONG.

Pero, muy por el contrario, la AUF tiene un patrimonio negativo que sin el rescate de Conmebol seguramente superará los 10 millones de dólares y sus propios asociados tienen cada vez más serios problemas financieros.

¿Cuál es el propósito de asistir a Caram en sus aventuras políticas y a una incipiente y deportivamente exitosa sociedad lucrativa, a la cual ayudar a dar los primeros pasos?

Cada día hay más argumentos para sospechar que el fútbol se está convirtiendo en una pantalla para poder movilizar gigantescas cantidades de dinero sin que llame la atención del BCU, la Senaclaft y el BROU.

Hoy nos enteramos de que la AUF pagó por Caram lo que ni siquiera se pudo contabilizar en los libros de ingresos de la Intendencia de Artigas.

Si resulta curioso que la AUF le done a la Intendencia de Artigas la suma de 49.000 dólares, más curioso es que ese dinero nunca haya entrado a la contabilidad de la Intendencia, sino que haya sido girado directamente desde la cuenta de la AUF del Banco Santander a una cuenta de HORMIPRE SRL, una empresa constructora contratista del Ministerio de Vivienda y contribuyente de las iniciativas políticas de la exministra.

La transferencia fue hecha en setiembre de 2022, cuando la ministra Irene Moreira se desempeñaba en esa cartera ministerial, antes de que fuera destituida por Luis Lacalle Pou.

Rodolfo Riani, un empresario cabildante descendiente de la familia Riani, una de las familias más poderosas de Artigas, destacaba la labor de HORMIPRE y recomendaba a la ministra Moreira tenerla muy en cuenta en la construcción de viviendas en Artigas.

Parecería que Caram ha creado sus propios fondos extrapresupuestales, un sistema en las sombras con una contabilidad sospechosa que elude los “pulcros controles” de Azucena Arbeleche y beneficia a esa “cleptocracia” artiguense que conforman los Caram, los Moreira y los Riani.

Ahora habrá que explicar cómo fue que esta donación terminó en una empresa proveedora de servicios de construcción sin pasar por la contabilidad de la Intendencia, por qué la AUF transfirió directamente a dicha empresa y qué origen tienen los fondos transferidos y en el marco de qué proyectos.

Tal vez sean fondos a cuenta de un fideicomiso especialmente creado para fomentar el fútbol del interior, cuyo primer beneficiario fue, curiosamente, el City Torque.

O tal vez sea sólo un compromiso con los inversores de la SAD para que dispongan de cancha iluminada o con algún proyecto político destinatario final de los fondos.

Esto de Artigas sólo es una perlita de todo un paquete que está investigando la Justicia, que tiene intranquila a las autoridades de la AUF que han motivado el alejamiento de la oficial de cumplimiento.

Lo cierto es que la donación de la AUF a la Intendencia de Artigas nunca llegó a la Intendencia de Artigas.

Por lo pronto, hay muchos que deberían tener presente que cuando concluya toda esta farsa y quede al descubierto, serán los clubes de primera todos, al menos lo que se beneficiaron, los que tendrán que ir a dar la cara al BROU para ver cómo se hace para honrar las cuentas que dejó esta conducción irresponsable y autoritaria, hija de la intervención.

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