Ante el ataque a fieles musulmanes por parte del Ejército israelí en Jerusalén, la Embajada de Palestina en Uruguay señaló que “aun en estos días tan sagrados”, Israel “sigue exacerbando las susceptibilidades religiosas durante la convergencia del Ramadán, la Pascua judía y la Semana Santa; persistiendo en su violencia contra los civiles palestinos, fieles musulmanes inocentes en la mezquita de Al-Aqsa/AlHaram Al-Sharif de Jerusalén, provocaciones, incitación y asaltos en este lugar sagrado, arresto de cientos de civiles y ataques aéreos militares en la Franja de Gaza”.
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La Embajada denuncia que la ocupación del territorio palestino y “su sistema de apartheid” es “la fuente directa de la inestabilidad y la violencia, y el impedimento para lograr la paz y seguridad”.
Sostiene que no se trata de un "ciclo de violencia" o de "enfrentamientos" entre dos bandos, sino que la “brutalidad contra fieles palestinos pacíficos en la mezquita de Al-Aqsa, un lugar sagrado para los musulmanes de todo el mundo y destinado exclusivamente al culto musulmán, no es normal, por mucho que esta ocupación ilegal la repita”. Para la representación palestina “es condenable, viola el derecho internacional y todos los principios del comportamiento moral, y no puede normalizarse ni acogerse en silencio”.
Tras resumir los hechos en la mezquita de Al-Aqsa, donde soldados israelíes detuvieron a decenas de fieles tras asaltar el edificio, señala que estos se dan “en el contexto de amenazas continuas por parte de miembros de un grupo extremista llamado “Movimiento de los Fieles del Monte del Templo”, quienes han incitado el asalto de Al-Haram durante la Pascua y han hecho repetidos llamados a la destrucción de la mezquita de Al-Aqsa, amenazando con desencadenar una guerra religiosa”.
“Hacemos un llamado a la comunidad internacional, incluido el Consejo de Seguridad (de la ONU), para que condene inequívocamente estas agresiones contra el pueblo palestino y sus lugares sagrados y exija que Israel, la potencia ocupante, cese todas sus acciones ilegales y peligrosas y cumpla con sus obligaciones en virtud del derecho internacional, incluido el derecho humanitario, y las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas”, reclama.
Al mismo tiempo exige que Israel “garantice el pleno respeto del statu quo histórico y jurídico de la mezquita de Al Aqsa/Al Haram Al Sharif. El mantenimiento del statu quo es esencial para garantizar la libertad de culto y la seguridad de todos los fieles, y evitar el estallido de un conflicto religioso”.
“No desistiremos en nuestros esfuerzos por lograr justicia para el pueblo palestino y sus derechos humanos inalienables, incluido el de retorno, y a vivir como un pueblo libre en paz y seguridad”, agrega. Por ello, “hacemos un nuevo llamado a todas las naciones amantes de la paz y la libertad para que se unan a nuestra justa lucha, y actúen de inmediato para cumplir con las obligaciones que les impone la Carta, y todas las demás obligaciones pertinentes en virtud del derecho internacional”.
Entiende que “ha llegado el momento de que todos los Estados y organizaciones actúen responsablemente para que Israel rinda cuentas y adopte medidas concretas encaminadas a la descolonización y el desmantelamiento del apartheid, ya que de lo contrario, nunca habrá paz”.