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Política fútbol | alerta | AUF

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En el fútbol existen señales de alerta que dan asco

En el fútbol se está produciendo en vivo y en directo una situación similar a la de Conexión Ganadera y el Banco de Montevideo. Existen múltiples señales de alerta de que la conducción actual de la AUF está perpetrando un vaciamiento del fútbol.

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Fútbol y señales de alerta: Para el momento en que la estafa de Conexión Ganadera se hizo ya imposible de ocultar, la reacción pública de los principales actores del sector ganadero fue de pretendida sorpresa. Ni hablar de los que ingenuamente quedaron atrapados en la estafa, incluyendo el astuto economista Isaac Alfie, que presume o presumía de hacer asado dentro de una garrafa.

Conste que se comieron la pastilla como si no hubiera existido ninguna señal de alerta, y las había de sobra.

El Uruguay ya había experimentado una situación similar con el grupo Peirano y la estafa al Banco de Montevideo y Caja Obrera, cuando todos los participantes del mercado en Ciudad Vieja tenían idea de los problemas financieros del grupo, desde el momento que su banco en las Islas Caimán pagaba tasas del entorno del 14 % en dólares para captar depósitos.

En aquella ocasión, como ahora, daba la impresión de que el Banco Central del Uruguay (BCU) había sido el último en enterarse de la maniobra fraudulenta. Es más, pocos recuerdan que el gobierno del presidente Jorge Batlle autorizó la venta de Caja Obrera en diciembre de 2001, en las puertas de la crisis argentina.

Congratulándose del regalo de Batlle, el gerente general del Banco de Montevideo de la época expresaba que “Uruguay es un país que tiene grado de inversión, es un país muy estable, y eso es lo que hay que destacar”. Refiriéndose al apoyo que había recibido el Banco de Montevideo por parte del Banco Mundial, agregaba que eso “demuestra confianza, no solo en el Banco de Montevideo, sino sobre todo en el país y la circunstancia”.

De modo que, además de habérsela pasado por el moño al BCU y al Uruguay entero, los Peirano lograron enredar al centro mismo de la arquitectura financiera del dólar y le tiraron con sigilo un caño pasándole la pelota entre las piernas y dejando un tendal de víctimas que aún hoy, veinte años después, siguen reclamando ante los organismos de derechos humanos en la órbita internacional.

¿Qué pasa con el fútbol?

En el fútbol se está produciendo en vivo y en directo una situación similar a la descrita con Conexión Ganadera y el Banco de Montevideo. En efecto, existen múltiples señales de alerta de que la conducción actual de la AUF está perpetrando un vaciamiento del fútbol en beneficio de actores a los cuales ni siquiera se les conoce la cara. Es más, se cuentan diversas anécdotas sobre presentaciones con power point y otros artefactos en donde Nacho Alonso busca atraer inversores para sumar aportes para ganar buena plata en la mina de oro que él preside con un sueldo pagado desde Paraguay que algunas fuentes bien informadas estiman en más de 60.000 dólares al mes.

Para muestra, basta un botón. Miremos lo que ocurre con el club Rampla Juniors, transformado en SAD y convertido en el “modelo ejemplar” del futuro del fútbol promovido por la baracutanga liderada por Pedro Bordaberry, Eduardo Ache e Ignacio Alonso, y a la cual recientemente se habrían sumado algunos malla oro uruguayos con ganas de prenderse a la piñata.

Hace sólo seis meses los testaferros de Foster Gillett —seguramente él mismo un testaferro de vaya a saber quién— anunciaban que Rampla iba a subir a la primera categoría del fútbol nacional, compraría jugadores a Peñarol y Nacional, ficharía a algún crack del extranjero y convertiría al otrora llamado Parque Nelson, que hoy responde al seudónimo de Estado Olímpico, en un “estadio boutique”, entre otros tantos dislates, que parecieron no llamar mucho la atención en ese momento.

“Estamos creando algo prácticamente desde los escombros porque teníamos que empezar de cero”, afirmaba Gastón Tealdi, el flamante “CEO” de la SAD Rampla, quien no escatimó locuacidad para enamorar a Gillett hasta el punto de decirle que en ese costado de la bahía contra el Cerro había tomado un té con cookies el propio almirante Nelson antes de ganar al almirante francés Villeneuve la batalla de Trafalgar.

Hoy la realidad es muy diferente. Foster Gillett hace esquives, se dice que llegó plata pero que hay incumplimientos del contrato, los socios tienen reclamos y parecen haberse puesto los pantalones; Rampla va último en el campeonato y está cerca del descenso a la antigua divisional C.

De intervenciones y modelos de fútbol

Sí, señores, este es el modelo innovador que vino a imponer Pedro Bordaberry a la AUF desde su infame, autoritaria e irregular intervención refundacional de 2017. Y conste que Mr. Gillett no fue el primero que regatea, hay otros que se fueron dejando desvanecidas injustificadas ilusiones, algunas deudas y el menor rastro en instituciones del fútbol local.

Si el futuro del fútbol uruguayo no se dirimiera en unas pocas semanas, esto daría para divertidas anécdotas de fuegos artificiales y otros bombos que iluminan y suenan en muchos barrios. Pero el circo de la SAD de Rampla es el resultado más actual, visible y tangible del modelo que Ignacio Alonso quiere imprimir a fuego en el fútbol uruguayo, expropiando a las viejas sociedades civiles de todo derecho económico al deporte que contribuyeron a fundar y mantener con mucho esfuerzo muchas generaciones de hinchas que, como se sabe, solamente reciben como gratificación algún triunfo y mucho sufrimiento.

Con tal de consumar tal expropiación, han demostrado ser capaces de abrirle el manejo de un deporte que es parte muy importante de la vida de niños, adolescentes y familias enteras a aventureros ambiciosos de cara dura y de dudosa calaña. Hoy la supervivencia de la ópera magna del delfín de Jorge Batlle, que algunos llaman Pedro y otros de ojos más abiertos Bordaberry, depende de poder asignar los derechos de televisación a algún grupo amigo, sacando a Francisco Casal y Tenfield del negocio que armó hace más de dos décadas y de la cual obtuvo un bien o mal merecido lucro según los ojos que lo vean. En suma, se trata de buscar un cómplice para la gran joda.

Lo cierto es que los que quieren desplazar a Casal no lo hacen por generosidad, porque los que obtienen beneficios del fútbol son casi todos los que adquieren un rol protagónico, contratistas, dirigentes, jugadores, técnicos, periodistas, sponsors y otros tutti quanti en los que incluyo a todos menos a los hinchas que, como veremos el próximo sábado en el clásico del Campeón del Siglo, somos los excluidos de la fiesta que una vez más se realizará sin público para perjudicar a Peñarol. No lo hacen por el bien del fútbol ni para que haya más público, ni para que los clubes estén mejor y los jugadores ganen más, sean mejores y tengan mejor futuro. Lo hacen para quedarse con la parte rentable del negocio, lo que por otra parte han hecho con las SAD sin ni siquiera ocultarlo.

¿El fútbol sólo un negocio?

La pregunta que nos hacemos todos es quién va a poner el dinero en la parte no rentable del deporte, esto es, la parte social.

Conste que para esta barra de traficantes de ilusiones lo único que no cuenta es el hincha, que por otra parte es el único que no va en el negocio. Cuando un club con barriada importante no pueda empezar el campeonato por no disponer de fondos para pagar los jugadores, ¿Quién va a poner la mano en el bolsillo? ¿Welker, Tealdi, Ache, Bordaberry, Lugano? ¿Quién? Esta es la pregunta que debemos hacernos antes de permitir que el fútbol dé un salto al vacío del cual sea imposible retornar, como ya ha quedado al desnudo en otros países en donde se recogen los restos con la pala de la basura y se tiran embolsados al contenedor. ¿A quién le iremos a llorar después?

Hoy daría la impresión de que muchos actores muy relevantes han decidido mirar para el costado, como si nada ocurriera.

Empecemos con la denuncia penal por malversación de fondos de la AUF presentada hace ya un año por un grupo de clubes de la primera y segunda división. ¿Alguien sabe a ciencia cierta qué acción concreta ha tomado el fiscal Gilberto Rodríguez? A los ojos de la ciudadanía pareciera que el tema no merece ser profundizado y está en el sueño de los justos. El fiscal Rodríguez, como en otros casos, se escuda en que tiene mucho trabajo y pocos recursos, por lo que no avanza en la denuncia que hicieran dos directores del BROU, donde se detectó que las garantías presentadas por la AUF para sus créditos habían sido vaciadas en beneficio de los préstamos que la Conmebol otorgó a AUF en beneficio, principalmente, del Club Nacional de Fútbol.

Ante cualquier situación mínimamente similar producida por un cliente “no malla oro”, el BROU ya le habría cortado el crédito y ejecutado a la AUF. Pero no ocurre eso, y la AUF renueva normalmente sus préstamos con la anuencia del directorio y lo que probablemente es peor o más sugestivo y sospechoso de los servicios técnicos que por algún motivo harían la “vista gorda”.

La AUF y otros asuntos de interés

Pero esto no es todo. La AUF hace lo que quiere con la gobernanza, ignorando permanentemente sus estatutos y ocultando información relevante a sus miembros, escudándose en confidencialidades arbitrarias ante la tibieza de un Ministerio de Educación y Cultura temeroso de arriesgar ser cuestionado por los poderes fácticos dominantes.

Ni que hablar del escándalo de la SAD de Boston River, controlada por un grupo venezolano investigado internacionalmente por vínculos con redes criminales transnacionales. Todo el mundo sabe que las SAD del fútbol tienen libertades en el manejo de dinero y declaraciones a hacer a las autoridades que controlan el lavado de dinero no gozadas por el resto de las empresas o sociedades civiles. Sin embargo, por ahora siguen en el baile y la Senaclaft mutis por el foro.

Ah, no olvidemos al BCU, que viene haciendo caso omiso del hecho comprobado de que la AUF presta dinero a los clubes con los fondos que capta del BROU y la Conmebol, por lo que bien podría estar incurriendo en intermediación financiera. Basta con tener buena voluntad y pegarle una mirada al balance. De repente nuestro supervisor financiero podría ahorrarse un nuevo dolor de cabeza. ¿Será que hay que preguntarle al FMI antes de hacer algo? También ha pasado desapercibido a las autoridades de la DGI que la AUF no estaría pagando impuestos por desarrollar su actividad televisiva con “AUF TV”, donde hay claramente una combinación de capital y trabajo para desarrollar una actividad comercial. Impuestos que sí paga la empresa que detenta en la actualidad los derechos de TV.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar el interés que la nueva “gobernanza” de AUF tiene por el juego online y las apuestas deportivas, y las redes de influencia que se tejieron detrás de este interés en la anterior legislatura.

La única explicación para tanta inmovilidad por parte de autoridades, fiscales y supervisores es que el “dale que va” ha adquirido en nuestro país tal nivel de inercia y lubricación que debemos resignarnos a dejarnos expropiar la fuente de una de nuestras principales alegrías: el fútbol tal y como lo conocimos.

Si esta inercia continúa sin una fuerza con la valentía suficiente para hacerle frente, a esta altura del año que viene es posible que estemos contemplando un escenario como el de Perú, resultado de una estafa que se viene preparando cuidadosamente ante la indiferencia de todos. Para esa época seguramente Pablo Carrasco ya se encuentre en la casa, y la viuda de Basso haya dejado su departamento con amenities lujosos en Punta del Este y se haya mudado a Madrid o a Ginebra.

Llegado el momento, seremos los tontos de siempre los que tendremos que afrontar el tendal de degradación, corrupción y miseria en que dejarán a nuestro fútbol.

Como en todas las aventuras que se nos vienen en la construcción de nuestro futuro y en la sociedad, y ante la perspectiva de que las soluciones propuestas sean las de mercantilización, el lucro, el consumismo y la rentabilidad, mi consejo para el fútbol es tener muy abiertos los ojos, tener una mirada más crítica y, sobre todo, poner más huevo.

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