El Fiscal de Corte, Juan Gómez, no debería haberse sorprendido por los audios con la voz de la fiscal Gabriela Fossati que se difundieron en Legítima Defensa en la noche del viernes y que se han visualizado y reproducido viralmente, de manera que habrían sido vistos por más de medio millón de personas en las diferentes plataformas en las que se han divulgado.
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Sin embargo, tanto El Observador como Montevideo Portal, han informado ayer sábado, que la Fiscal de Corte estaría analizando el audio, procurando establecer la fecha en que se realizaron y las implicancias que los mismo tendrían desde el punto de vista administrativo, dado que la Fiscal Fossati menciona que entre las filtraciones de los chats de Astesiano, algunas provendrían de la propia Fiscalía.
De cualquier manera por ahora se conocen sólo algunas partes de un audio que tiene otros breves fragmentos en que la fiscal se refiere específicamente a su opinión crítica del Fiscal Juan Gómez y a características que ella le atribuye que podrán considerarse “agraviantes” para con él, si se midiera con la misma vara que mide la Fiscal a sus críticos.
El hecho es que la Fiscal Fossati está hoy muy cuestionada y no encuentra quién la defienda.
Es más, en más en las últimas horas, hoy domingo, ha trascendido que la propia fiscal ha solicitado se removida del caso o del cargo, reconociendo su voz, aunque limitando sus alcances.
Es curioso que haya arremetido contra el Presidente del Frente Amplio, Fernando Pereyra, el sociólogo, Gustavo leal, el ex Fiscal de Corte Jorge Díaz el director de Caras y Caretas , Alberto Grille , también contra el periodista Carlos Peláez y tal vez otros periodistas más y algunos usuarios que se expresaron en las redes sociales, por diferentes causas y todos al mismo tiempo.
Eso no habla bien del equilibrio y la moderación de la magistrada cuya actuación ha sido muy criticada por haber optado por un final apresurado en la causa de Astesiano, procurando poner un candado que evite llevar la investigación de posibles responsabilidades a instancias más altas del gobierno y al propio Presidente de la República Luis Lacalle Pou, cuyo Jefe de custodia fue condenado por cuatro delitos de corrupción que él ha aceptado en su totalidad.
En verdad, la intención de poner un contrafuego, ha sido claramente explicitada por la Fiscal en sus manifestaciones previas en la que dice que Lacalle Pou fue víctima de un engaño y sorprendido en su buena fe, y por otras más reciente en el programa En la Mira que conduce Gabriel Pereyra en donde anuncia que no ha encontrado otros ilícitos y que en el futuro no habrá sorpresas.
La realidad es que la fiscal se siente muy presionada y lo está.
No ha manejado esta causa con profesionalismo, discreción, mesura y equilibrio y esos vientos, hoy cosechan tempestades.
En estos días, en diversos medios se han divulgado anteriores episodios en la carrera de la fiscal, que han merecido advertencias y sanciones de sus jerarquías, así como momentos en que ha tomado licencia por habérsele diagnosticado o atribuido condiciones de stress.
Tal vez sea pronto para evaluar las repercusiones de los últimos episodios ni pronosticar el destino que tendrán las denuncias contra Pereyra, Grille, Peláez y otros que están radicadas en la sede del fiscal Fernando Romano.
Pero, es muy posible que las jerarquías de la Fiscal Fossati, estén considerando aceptar que no está en condiciones de seguir las causas que se tramitan en esa fiscalía por las derivaciones del caso Astesiano.