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Política Gabriela Verde | MEC | educación

Con la futura subsecretaria del MEC

Gabriela Verde: "Mi objetivo es ser parte del diálogo nacional de la educación"

La subsecretaria electa del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) habló sobre su rol en la cartera, dio detalles de la transición y contó cuáles serán los principales ejes que guiarán su gestión.

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Gabriela Verde, recientemente designada como subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura ( MEC) en el gobierno entrante, asumirá este rol con una trayectoria destacada como maestra, directora, sindicalista (integrante de la Asociación de Maestros del Uruguay y de la Federación Uruguaya de Magisterio) y militante del Partido Comunista del Uruguay (PCU).

Verde es reconocida por su compromiso con la educación pública y los derechos de los trabajadores. En esta entrevista, evaluó su nuevo equipo de trabajo, habló de los problemas más urgentes que enfrenta la educación —como el ausentismo estudiantil, la falta de participación de los docentes en la toma de decisiones y los recortes presupuestales en la educación pública— y contó cuáles serán algunas de las estrategias para enfrentar estas problemáticas.

¿Qué significa para usted asumir el rol de subsecretaria del MEC en un momento clave para la educación uruguaya?

Primero que nada, mucha responsabilidad, pero también mucha alegría. Estoy muy acompañada por mi familia, los amigos, las vecinas, los vecinos, las compañeras de la escuela, del sindicato y la ATD [Asamblea Técnico Docente]. Por todos lados han acompañado este acontecer, así que con la responsabilidad que eso implica y con ese cariño de tanta gente.

Su trayectoria abarca roles como maestra, directora, sindicalista. ¿Cómo cree que influirán esas experiencias en su gestión dentro del MEC?

Creo que influirán sobre todo en la horizontalidad. Venir de la escuela y trabajar a nivel sindical aporta mucho conocimiento, mucho aprendizaje, tanto para el diálogo, para generar acuerdos, como para momentos de confrontación. Eso implica una gimnasia permanente en la profesión y también en los roles sindicales y políticos que me han tocado trabajar, así que eso también le da un marco a la gestión que vamos a tener.

¿Cómo evalúa el equipo conformado para el MEC, con Carlos Mahía a la cabeza?

Muy bien. Como decimos con José Carlos Mahía, es un equipo en el que nos estamos conociendo, ya que estamos trabajando juntos desde el 16 de diciembre, cuando nos designaron. Desde entonces, estamos enfocados en trabajar en función del programa del FA que salió por congreso. Tanto en las líneas de educación como de cultura, estamos trabajando para bajarlas a tierra con planes, proyectos y en conjunto con otros ministerios y con otras instituciones del Estado. Eso es lo que nos estamos trazando en este momento, con un muy buen vínculo, mucho diálogo y mucho trabajo en común.

En las primeras reuniones de transición del Ministerio de Educación y Cultura, ¿qué primera impresión se llevaron del estado actual de la cartera?

A nivel institucional, es poco lo que pudimos ver. Hasta ahora tuvimos tres reuniones, todas muy cordiales. La primera fue con el ministro actual [Pablo da Silveira], el ministro electo [José Carlos Mahía] y también participó el director general electo, Carlos Varela. En esa instancia entregamos una serie de preguntas que para nosotros son fundamentales para comenzar a trabajar, así como los focos que consideramos que podrían ser el punto de partida del trabajo. Esas preguntas están siendo contestadas, de a poco, a través de los secretarios generales del actual Gobierno y del electo. La segunda reunión fue del equipo de subsecretaría entrante, con la subsecretaria actual [Ana Ribeiro]. En esta oportunidad, nos entregó un montón de carpetas de comisiones en las que ella participó. Esa información no tiene tanto que ver con nuestros focos de acción, pero es una buena información en otros aspectos. Y el tercer intercambio fue entre los dos secretarios generales, Carlos Varela y el actual [Gastón Gianero].

¿Cuáles fueron algunas de esas preguntas que realizaron?

Por ejemplo, sobre el estado de situación de las pruebas de acreditación del grado universitario, sobre el organigrama, el presupuesto y los contratos.

¿Cuáles considera que son los problemas más urgentes de la educación en la actualidad?

Las principales preocupaciones tienen que ver con el ausentismo en los centros de estudio, con democratizar aún más la educación, con recuperar la participación de las y los docentes y con aflojar las tensiones que se generaron como consecuencia de la aplicación de una transformación educativa que generó muchísimas tensiones a nivel de los cuerpos docentes, de los y las estudiantes, y también de las familias, que desconocen los reglamentos. Los cambios no fueron acompañados de información fluida y apuntamos a poder incorporar el diálogo con las y los estudiantes, con los trabajadores de la educación, los docentes y los que trabajan en la parte de administración y servicio. Esos son los grandes desafíos que tiene la educación hoy, y que nosotros como MEC estaremos para colaborar.

¿Y cuáles serán los abordajes o estrategias para enfrentar estas problemáticas?

Primero que nada, la convocatoria al Sistema Nacional de Educación Pública, una instancia donde las autoridades de la ANEP [Administración Nacional de Educación Pública], la UTEC [Universidad tecnológica del Uruguay] y la Udelar [Universidad de la República] junto al ministerio, tienen que comenzar a elaborar un plan para alcanzar un gran diálogo social, con acuerdos nacionales importantes en materia de educación. Por otro lado, la conformación para el Congreso Nacional de Educación. Esas son las grandes líneas de un horizonte largo para trabajar. Además, hay un montón de otras cuestiones que tienen que ver con las propuestas que se hicieron en campaña, que están en el programa del FA, como, por ejemplo, que vuelvan los representantes de las y los trabajadores a los Consejos, que vuelvan a ser consejos y no direcciones generales, tanto en Primaria como en Secundaria y UTU. Poder trabajar los temas en coordinación, valorando que la ANEP, la Udelar y la UTEC, por constitución, tienen una autonomía que nosotros como Ministerio de Educación y Cultura debemos respetar. En función de eso, colaborar en todo lo que se tenga que colaborar para fomentar la coordinación y el trabajo conjunto.

En relación a los problemas de ausentismo y cobertura, según los últimos datos, en educación inicial hay un 20 % de niñas y niños fuera del sistema y un 15 % en el caso de jóvenes de 17 años. ¿Qué estrategias se podrían aplicar para garantizar el acceso al sistema educativo? Desde el FA se ha insistido en la necesidad de salir a buscar a los estudiantes…

Sí, una de las estrategias que está en el programa del FA es trabajar en ese sentido, en conjunto con otros ministerios, no solo con Primaria o Secundaria. En el caso de la Primera Infancia y en Primaria, hay una preocupación muy grande por la falta de asistencia. Eso puede tener varias causas que serían otro capítulo para analizar. Para resolver este aspecto hay que hacer políticas públicas coordinadas, para lo que será necesario trabajar con el Sistema de Cuidados, Inau [Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay], Salud, Vivienda, etcétera. En otros gobiernos del FA hubo este tipo de políticas, que asisten a las familias desde varios lugares, pero se perdieron.

Entre los reclamos más recurrentes de los sindicatos de la educación está la falta de participación y los recortes presupuestales, que a su vez impactaron duramente en los salarios de los y las docentes. ¿Cómo planean abordar estas problemáticas?

Sí, en ese sentido, es fundamental refundar el vínculo con las y los docentes para la elaboración de los mensajes presupuestales. En ese tema también nos enfocaremos desde el primer día de trabajo, ya que el mensaje presupuestal es a mitad de año. Entonces, en ese gran diálogo social también estará presente el tema presupuestal, que tiene como horizonte alcanzar el 6+1 % para Anep y Udelar, tema que está planteado en el programa del FA. Es el presupuesto que el Uruguay precisa para ser un país más justo, más solidario, más democrático y más inclusivo.

Comentaba anteriormente que la transformación educativa que instrumentó el Gobierno saliente generó mucha controversia. Desde su perspectiva, ¿fue efectiva en algún aspecto? ¿Qué considera que debería revisarse?

Como Ministerio de Educación y Cultura no podemos revisar ni planes ni programas porque es de la autonomía absoluta de la Anep. Lo que sí podemos es colaborar en que se generen los ámbitos para ese diálogo con las y los docentes y los realmente involucrados en esos aspectos de la educación. La Anep va a tener el MEC a su servicio para instalar el diálogo y evaluar la revisión de esos programas. Buscaremos fomentar los vínculos para soltar un poco la presión con la que se aplicó esta transformación. Por ahora, se trabajará en ese sentido.

El último informe del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) señaló que las mejoras en la promoción de los y las estudiantes responden a cambios administrativos y no a mejoras en los aprendizajes. ¿Está en las preocupaciones garantizar que los estudiantes no solo pasen de grado, sino que también adquieran los conocimientos necesarios?

Es así. La mejora en el pasaje de grado fue motivada por un cambio administrativo, pero no se dio un cambio profundo en el acceso al conocimiento de las niñas y los niños. Yo puedo referirme a Primaria, que es de donde vengo. Esta es una de las cuestiones más sentidas y reclamadas, incluso también por las familias. El pasaje de grado no puede ser solo desde lo administrativo, sino que tiene que ir acompañado de los apoyos necesarios para las y los estudiantes.

Una de las críticas que se le hizo al actual Gobierno de la educación es que las políticas públicas que instrumentó no estaban basadas en evidencia. ¿Está de acuerdo?

Sí, por supuesto. Quienes trabajamos en las escuelas vemos que las instituciones educativas quedaron solas, se retiró todo lo del Estado en el entorno de las escuelas, los liceos y la UTU. Con esta situación, además de perder un apoyo fundamental, también perdimos la posibilidad de obtener datos muy importantes: dónde viven, cómo viven, qué está pasando en cuestiones de salud o vivienda, etcétera. Es necesario recomponer y armar todo lo que se perdió. Hay que recomponerlo y rearmarlo.

Si tuviera que señalar un objetivo clave, personal, que le gustaría cumplir en su gestión, ¿cúal sería?

Ser parte de ese diálogo nacional y alcanzar los acuerdos permanentes que necesita tanto la educación como la cultura.

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