Hace exactamente 50 años, y a esta misma hora, cientos de miles de trabajadores ocupaban sus lugares de trabajo enfrentando el golpe de Estado que pocas horas antes se había materializado a través de los decretos de Juan María Bordaberry que disolvían el Parlamento.
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Ya en la noche del 26 el movimiento obrero, dando cumplimiento a las resoluciones de los sucesivos congresos de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), comienza a ocupar fábricas, centros de trabajo, oficinas. Esa madruga se reúne el Secretariado Ejecutivo de la CNT en el local de la federación del Vidrio, en la calle Laureles. Allí se lanzó un manifiesto donde se convoca a los trabajadores a la “ocupación de las fábricas, estado de alerta y asamblea”.
Por su parte el Partido Comunista (PCU) reúne esa noche a su activo sindical y mueve a miles de afiliados de sus agrupaciones de empresas en la misma madrugada se dirigen a sus lugares de trabajo para iniciar las ocupaciones.
La última sesión del Senado comenzó a las 0.25, estaba convocado para las 22.30, pero la actitud de un grupo de legisladores pachequistas y herreristas de dejar sin quorum a la Cámara dificultó su comienzo. Se extendió hasta la 1.40. Varios fueron los legisladores que hicieron uso de la palabra destacándose las intervenciones del líder blanco Wilson Ferreira Aldunate y del comunista Enrique Rodríguez.
“Si llega a confirmarse –el golpe-, como muchos tememos que ocurra, habría que decir –como es corriente en estos casos- que a Bordaberry y a sus cómplices los juzgará la historia (…) Si ellos llega a confirmarse, señor presidente, nuestro Partido Nacional en guerra contra el señor Juan maría Bordaberry, enemigo de su pueblo”, señaló Wilson Ferreira Aldunate en su intervención.
Por su parte Enrique Rodríguez destacó que “después de esta jornada aciaga, en la calle, en la dura lucha, en las confrontaciones, en la sangre que seguramente verterán los que han llevado al país a esta encrucijada, más allá de todo esto, surgirá un pueblo –que nadie lo dude, que nadie tenga un asomo de duda- estarán las fuerzas que componen el núcleo político que nosotros representamos y dentro de él estará (lo digo con orgullo) con la bandera desplegada en su forma más alta y gallarda, la clase trabajadora del Uruguay, que nunca ha fallado a las causas populares y que nunca fallará”.
Al amanecer, de un día gris y húmedo, cientos de fábricas, servicios públicos estatales y privados, entes comerciales, transporte, entre otros, estaban ocupados por sus trabajadores.
En conmemoración de aquella resistencia, única en el continente, este martes la clase trabajadores marchará desde la entrada de la refinería de Ancap hasta el local del sindicato del Vidrio, lugar donde se declaró la Huelga General.