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Puntuales a la cita desde las 18:45 se podía ver ingresar a los feligreses, algunos luciendo el uniforme Militar de Gala.
Al ingresar a la majestuosa Iglesia, los asistentes recibían de obsequio en una bolsita de papel un pequeño retrato con la imagen de un soldado arrodillado ante Jesús crucificado con la leyenda "Milicia es la vida del hombre sobre la tierra", y en la parte de atrás los datos de contacto de quién sería uno de los oradores de la misa, el ex militar y religioso, padre Genaro Lusararian.
Palabras del Cardenal Daniel Sturla
En los primeros bancos se encontraban los Senadores Guillermo Doménech, Guido Manini Ríos, Irene Moreira, el diputado salteño Albernaz , el Comandante en Jefe del Ejército Mario Stevenazzi y el General (R) Mario Feola.
Previo a las palabras del Cardenal un militar leyó una oración y una integrante de la Iglesia pidió, en algo que dio una primera señal de que venia la misa, por los militares que sufrían "evasión de la libertad", que seguramente no sean solo los que están cumpliendo arrestos a rigor.
Sturla se refirió a la gesta de la Batalla de las Piedras y al gesto de clemencia del General José Artigas, aludiendo a su célebre frase, "clemencia para los vencidos, curad a los heridos", que a pesar de estar a 48 horas de la Marcha del Silencio, no hizo mención al tema, orando por la necesidad de piedad y perdón para los integrantes del Ejército Nacional. Luego recordó la importancia de la beatificación del Padre Jacinto Vera y como el ex ministro de Defensa Máximo Santos había apoyado a la iglesia en la construcción de un monumento donde descansan los huesos del religioso.
Finalmente hizo una oración para el advenimiento de la lluvia.
Los 4 soldados
El breve pero intenso discurso del Padre Genaro Lusararian, fue el eje central del mensaje. Refiriéndose a los Militares en actividad y a los Generales Retirados Manini y Feola como "mi comando", el ex capellán militar, de discurso negacionista en materia de derechos humanos, y en sintonía con la imagen del retrato obsequiado se dirigió preferentemente a los militares y familiares de éstos que también estaban presentes en buena cantidad.
" Realmente somos una familia así nos sentimos en la familia militar y bueno, obviamente como familia nos sentimos unidos como familia cuando sufre uno sufrimos todos y bueno, estamos en un tiempo de sufrimiento también" comenzó diciendo el padre Lusararian.
Para {este padre aunque no mencionó el tema Derechos Humanos a 48 horas de un nuevo 20 de mayo, el problema es que " sabemos que Dios nos ama, porque cumplimos una misión los militares propias de Dios, defender una creación que es la Nación. Son creaciones de Dios cada Nación. Y nuestro fin es ese. Y yo creo que el problema más grande es que no nos comprenden. No comprenden la vida militar. No comprenden lo que dice la vida militar. Y en este mundo ahora que quisiese que no pensásemos, o que pensásemos como quieren que pensemos o que si pensamos distinto no lo digamos ya el uniforme habla de muchísimas cosas de sacrificio, de dar la vida por los demás, de honor, de entrega, de tantas cosas que justamente a este mundo no le gusta. Por eso realmente yo creo que que no nos entienden".
En un discurso que el mismo aclaró se le pidió fuera breve y no duro mas de cinco minutos, logro hallar el modo en el relato para mencionar, luego de los mensajes de reconciliación nacional de Sturla, de los cuatro soldados muertos.
"Hoy me preguntaban si era en honor al Ejército. Bueno, toda misa es la entrega del Hijo al Padre, es en honor al Padre, pero es para el bien de todos nosotros. A veces nos preguntamos por qué será una misa por el ejército. Y digo, ¡guau!, porque será una misa por el ejército, es un bien para toda la nación y tenemos que estar felices de eso. Santa Teresa de Ávila decía que un buen militar tenía el 50% del cielo ganado. No hay que confiarse, falta otro 50. No entramos con menos, pero ya tenemos un gran adelanto. Quiero recordar si entrar en esos temas porque es una misa , pero también hace 51 años nos mataron a cuatro soldaditos, tres que tenían entre 22 y 21 años, Saúl Correa, Jesús Ferreira y José Iles Núñez, y con 27, Gaudencio Núñez, que dejó 2 huérfanos. Y todos esos sufrimos. Y no se recuerda, pero sé que este no es el momento. Aunque venimos acá es a pedirle a Dios que nos ayude, que sea un tiempo de reconciliación; Pido a Dios, Dios, que volvamos a eso, que seamos eso. Gracias a todos. Amén. Oremos. Dios los bendiga y los bendiga a todos. Amén".