Cita a ciegas
Al llegar a la chacra del exintendente Sergio Chiesa, en las afueras de la ciudad norteña, se encontraron con los demás invitados, el entonces diputado Antonio Chiesa, primo del dueño de casa, y los también representantes nacionales Álvaro Delgado y Luis Lacalle Pou. La sorpresa de la Dra. Bianchi fue mayúscula. Ella, que había comenzado su militancia desde muy joven afiliándose a la UJC, que trabajó con entusiasmo y dedicación para fundar el Frente Amplio y que estrenó su voto haciéndolo por la lista 1001; ella, que estuvo siempre acompañando al histórico comunicador José Germán Araújo, se encontró rodeada de blancos con los que solía presumir que no tenía coincidencias. Solo atinó a exclamar: “Esto sí que es una verdadera cita a ciegas”.
Cuenta algún testigo de ese asado que mientras servían la picada, el hoy presidente Lacalle Pou le dijo sin anestesia “yo estoy formando un grupo que se llamará Todos, al cual queremos que se sume gente de todos lados y nos gustaría que usted también nos acompañe”. Rápida para la réplica, la exdirectora del Bauzá le dijo: “¿Yo con un Lacalle? La veo difícil. No es nada personal, pero creo que tenemos un concepto del país distinto”.
Lacalle Pou no se achicó e intentó justificar su deseo de que los acompañara argumentando que la educación es lo más importante y “creo que su aporte sería fundamental”.
Cuénteme entonces quién está en educación, insistió Bianchi. Pablo da Silveira, se apresuró a aclarar el entonces diputado por Canelones, “será mi mano derecha en educación”. Ahí la cosa cambia. “Ah, bueno”, dijo ella, “porque yo a ustedes no los conozco, pero con Pablo hemos tenido muchas coincidencias”.
El asado siguió avanzando y Bianchi y su marido se retiraron una vez finalizado el almuerzo, no sin antes decirle a Luis: “Les agradezco esta especie de cita a ciegas que hemos tenido. Pero no me pidan que tome una decisión ahora; de todos modos, te voy a decir una cosa, me moviste el piso”.
Camino a Montevideo la decisión estaba tomada, pero faltaba un café que selló su ingreso, por la puerta grande, al equipo de trabajo de Luis Lacalle Pou. Pocos días después, Graciela Bianchi y Pablo da Silveira se reunieron en la cafetería de la Universidad Católica. Palabra más, palabra menos, llegaron a un acuerdo. Si Luis gana, yo voy a ser el ministro de Educación, sentenció da Silveira. Ella agregó: “Yo quiero la presidencia del CODICEN. Juntos podemos hacer lo que hay que hacer”.
Lacalle Pou no fue electo presidente de los uruguayos, pero la Dra. Bianchi ingresó a la Cámara de Diputados. Este relato, extraído del libro “Luis Lacalle Pou presidente”, de Esteban Leonís, nos cuenta cómo comenzó la historia de la hoy senadora Gracia Bianchi en el Partido Nacional.
Senadora no, diputada sí
Como todos sabemos, Lacalle Pou perdió con Tabaré Vázquez las elecciones del 2014. Graciela Bianchi fue electa senadora del Partido Nacional debido a la ley de cuotas, pero le dejó su banca justamente al hoy candidato Álvaro Delgado. En una recordada carta abierta titulada “Para quienes les importe la decisión”, Bianchi señaló que ocupar un lugar en la lista de Luis Lacalle Pou es lo más acertado que había realizado en su larga vida de militancia política.
La senadora y diputada electa, ya en el 2014 argumentaba que la democracia estaba en peligro y que la mayoría del país había optado por el continuismo que nos había llevado al desastre… El compañero Álvaro Delgado, decía Bianchi, debía estar en la Cámara de Senadores trabajando junto a Luis. Ellos iniciaron el proyecto hace apenas 6 años, se complementan para la necesaria tarea de oposición que tendremos por delante. “Yo debo aportar información y experiencia a los jóvenes diputados electos”, añadió.
Como vemos, la Dra. Bianchi siempre tuvo su autoestima alta. Arrancó pidiendo la Presidencia del órgano rector de la enseñanza de nuestro país y cuando el soberano le jugó un feo, se estrenó como representante nacional, con el cometido de dar cátedra a los más jóvenes. Fueron cinco años en que la Dra. Bianchi no pasó desapercibida. Su carácter, su verborragia la hicieron conocida enseguida. El mismísimo presidente de la República ha dicho de ella que no mide riesgos personales: “Estoy de acuerdo con más del 90 % de las cosas que hace. Quizás por el carácter fuerte que tiene en ocasiones ha ido más allá…”.
En el 2019, cuando el Partido Nacional y sus socios multicolores ganaron la elección, Graciela Bianchi volvió a ser electa senadora, y desde el 15 de febrero del 2020 ocupa su banca. Con una particularidad, cuando el presidente de la República viaja al exterior y la Esc. Argimón ocupa interinamente su cargo, Bianchi preside el Poder Legislativo. Es tercera en la línea de sucesión.
Hasta cuándo Catilina
¿Quousque te tandem abutere, Catilina, patientia nostra? Estas palabras fueron pronunciadas en el Senado romano por Cicerón, se traducen del latín al español como “¿hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?”.
Juana pensó en esta frase de Cicerón cuando vio en la red social X la reiteración de noticias falsas fake news en la cuenta de la Dra. Bianchi. Esta vez sobre el senador Óscar Andrade y Venezuela. El candidato del Partido Nacional, Álvaro Delgado, bromeó sobre la noticia falsa de Graciela Bianchi y dijo que le pondrá horarios para sus redes sociales.
La legisladora ha tenido varios episodios polémicos por sus actividades en redes sociales. Fundamentalmente en X, desde donde lanza fuertes críticas al Frente Amplio y sus dirigentes.
En la última semana compartió una noticia falsa sobre el senador frenteamplista Óscar Andrade y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Graciela Bianchi ha dicho que publicó el posteo a propósito. “La lógica es el efecto, yo no soy publicista ni nada por el estilo. Estoy haciendo otra cosa. Veo y lo hago, veo y lo hago”, agregó.
Juana sabe que esta última travesura de la senadora Bianchi tiene muy molestos a sus compañeros de bancada. Por lo bajo te dicen que hay que pararle el carro de alguna manera, “no tiene freno y este tipo de gracia no nos representa”. Alguno se ha animado a contarle a Juana que hay que ponerle un parate y parece ser que lo encontraron. Esta semana era un rumor a gritos en el Senado que Graciela Bianchi no repetirá la plancha de senadores del grupo mayoritario, Aire Fresco.
El primer lugar sería para el presidente Lacalle Pou y su primer suplente, el exministro que también sueña ser intendente montevideano, Martín Lema. El segundo será para el candidato Álvaro Delgado, que si las encuestas se revirtieran y ganara la elección su banca será ocupada por el maragato ministro de Obras Públicas, José Luis Falero.
El tercero, reservado por ley de cuotas a una mujer, hoy está libre. En la mesa chica del presidente Lacalle sueñan con convencer a la ministra de Economía Azucena Arbeleche, aunque parece bastante difícil, por no decir imposible, que acepte el ofrecimiento. Juana sabe que hay algo seguro: la Dra. Bianchi tiene tarjeta roja y al Senado no vuelve. Con suerte, pero todavía no está definido, muda sus petates al edificio de enfrente y vuelve a la Cámara de Diputados.
El cuarto lugar en la plancha de Aire Fresco, ya que estamos, está reservado para el departamento de Canelones, para el hoy senador, Amin Niffouri, que en las internas votó como los dioses y es el principal rastrillador de votos para Lacalle del departamento. En el quinto lugar, como adelantó Juana, aparece el senador porlapatrista Jorge Gandini, quien selló un acuerdo electoral con Aire Fresco que lo ubica con chance de llegar al Senado.
No tenemos miedo
El último domingo, los periodistas de Séptimo Día, programa prime time de Canal 12, estaban tratando el tema de la noticia falsa que la senadora Bianchi reconoció haber difundido a propósito durante la semana. Sobre el final del programa, la legisladora nacionalista publicó un tweet en el que cuestionó y se preguntó: “¿Me tienen miedo?”. La respuesta no se hizo esperar. Los integrantes del panel le contestaron con dureza, incluido el blanco Santiago Gutiérrez.
La Asociación de la Prensa Uruguaya APU manifestó su total rechazo a las nuevas expresiones públicas de la senadora del Partido Nacional, Graciela Bianchi, en las que admite que de forma intencionada promueve fake news y se hace partícipe de campañas de desinformación. Juana comparte el rechazo hecho público por la APU y coincide con el grave impacto que tienen las campañas de desinformación en la sociedad uruguaya, especialmente en tiempos electorales.
Han sido muchas las noticias falsas que a sabiendas ha publicado en la red X la todavía senadora Bianchi. Parafraseando a Cicerón, ¿hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?