La esquina de Ciudadela y San José es un clásico montevideano. Cualquiera que haya atravesado la puerta de madera de dos hojas de vidrio y visillos del Bar Tasende recuerda su piso de baldosas viejas gastado de tantos años, sus mesas de tapa de mármol y sillas antigua Thonet, su inigualable pizza al tacho y el sonido de las voces superpuestas de mesa en mesa. Juana, en búsqueda de información, pasó primero por la Torre Ejecutiva un caluroso mediodía de verano montevideano y recaló en el bar para charlar con uno de sus informantes sobre las últimas novedades de esa catarata inagotable que es el mundillo blanco.
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Alguna vez un viejo dirigente herrerista le dijo a esta cronista que los clásicos encuentros de verano entre políticos de vacaciones son una combinación de humo, manija, carne y alcohol. Son asados de camaradería, que hoy quedan expuestos en épocas de redes sociales. Este verano, me recuerda mi informante mientras apuramos un refresco y una pizzita al tacho, los blancos cocinaron sin pausa sus apoyos al lado de un fuego prendido en la parrilla.
El miércoles 11 de enero, el anfitrión fue el diputado por Maldonado, Rodrigo Blás. Podría haber sido un asado más, me cuentan. De esos que se hacen todos los veranos cuando a los locatarios se suma la dirigencia partidaria que veranea en la zona. Pero este tuvo la presencia, entre otros, del expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera, del ministro del Interior, Luis Alberto Heber, la figurita estrella del sector herrerista Laura Raffo y los principales dirigentes de la lista 71. Allí se empezó a delinear la agenda que se viene entre legisladores e intendentes blancos para lanzarla como precandidata en las internas partidarias. Asimismo nuestro amigo informante nos recordó que este enero tuvo lugar un encuentro que contó entre otros con la presencia del presidente del Directorio blanco Pablo Iturralde, en casa del senador Da Silva en La Paloma.
Juana se enteró por el mismísimo senador del pasaje al freezer del sector Todos y la adhesión incondicional al gobierno hasta que empiece la campaña electoral, que no irá más allá de la primavera. Juana intercambió “figuritas” con sus informantes sobre lo que la juntada de La Paloma nos dejó. En primer lugar, y sin mencionar candidatos, el sector Todos respaldó al gobierno. Fui testigo de los discursos previamente acordados de Álvaro Delgado (habló media hora), Heber, García, la vicepresidenta Argimón y se colaron en la grilla el presidente del Directorio, Iturralde, y el intendente anfitrión Alejo Umpiérrez. De los discursos lo que nos sonó raro fue que el ministro de Defensa dijo muy suelto de cuerpo: “Qué bueno sería que el 2 de marzo nos concentremos todos en la Explanada del Palacio Legislativo a acompañar a nuestro presidente”.
Argimón no se anduvo con chiquitas: “Leí por ahí que el sector Todos está en el freezer. Se ve que alguno quiere que eso pase, pero no le vamos a dar ningún changüí (…) Después de tanto tiempo de no tener sector, me parece importante decirlo públicamente, hoy tengo uno que es Futuro Nacional”. Esta periodista, que es muy mal pensada, al escucharla sonrió y dijo para sus adentros: la escribana arrancó.
La reunión de La Paloma no tuvo sorpresas en su contenido. Lo que sí llamó la atención fue los que no fueron a La Paloma. Juana buscó y buscó, recorrió la amplia carpa donde se llevó a cabo el acto y pudo ver mucha gente, no más de 300, eso sí, dirigentes de segundo orden y pocas caras de esas que vemos en la tele. Al senador Penadés lo divisamos casi al fondo, cosa de no salir en ninguna foto y disfrutar rodeado de las huestes de su sector. Intendentes vimos pocos. Estaban el olivarero, el maragato y el del departamento de Flores. Sabíamos que “Cachito” Vidalín, de Durazno, no tenía intenciones de asistir, se encargó muy bien de contarlo en los informativos centrales del día anterior a la juntada. Nos sorprendió la ausencia de varios intendentes del sector, esos que tienen peso territorial y juntan votos.
En fin, tal vez porque hacía mucho calor o quizás porque están orejeando para ver dónde acomodan el cuerpo con las movidas que se vienen. Seguro que el de Artigas prefirió quedarse en el Norte organizando el Carnaval y preparando su defensa por las denuncias que tiene en su departamento. La ausencia más notoria, la que sorprendió a esta cronista y conversó con su informante de turno, fue la del expresidente Luis Lacalle Herrera. Me dicen que el presidente de la República y su papá no atraviesan el mejor momento. Tal vez eso explique entre otras causas que el presidente ignoró a Lacalle Herrera cuando eligió sus compañeros de ruta, para asistir a la asunción de Lula. Un error, pienso yo, porque los tres expresidentes vivos casualmente representan a los tres partidos que se han alternado en el poder en Uruguay. ¡Una lástima!
Otros me cuentan que Lacalle padre está con ganas de pegar la vuelta y suele decir entre amigos, “yo ayudé, y durante dos campañas electorales desaparecí para que fuera presi-dente”, pero ahora quiere volver y piensa en largo. Sueña volver al Senado.
Esta cronista tiene una explicación más para sumar al porqué el doctor Lacalle padre eligió quedarse en su histórica casa Blue de la barra en vez de hacer carretera y llegar hasta la Posta del Lago. Creo no equivocarme al intuir que no quería reaparecer en esta jun-tada con gusto a tan poco, después de tres años, para escuchar cuatro discursos y una adhesión al gobierno, que además está atadita con alambre y con fecha de vencimiento.
Textos: Juana de la Barra (de recorrida montevideana)