Con paciencia de tejedora, la médica y diputada Cristina Lustemberg fue tejiendo punto a punto los acuerdos con todos los integrantes del sistema político e institucional para lograr la aprobación de un proyecto de ley que, por primera vez, generará una política pública integral que tiene como objetivo la primera infancia, la infancia y la adolescencia.
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Desde la época de la dictadura la infantilización de la pobreza es una deuda pendiente del Uruguay. Es la población más castigada, invisibilizada por su condición de estar excluida del padrón electoral y permanentemente ninguneada, aunque floridos discursos hablen de ellos “como el futuro”.
Las cifras frías pero elocuentes son una llaga en la sociedad uruguaya, que ahora parece querer retomar el camino de una situación que, si no se atiende en forma urgente, no habrá remordimiento que alcance.
Has generado el antecedente de poder lograr un consenso político, por el momento expresado en la aprobación por unanimidad en la comisión del proyecto de ley.
El proyecto tuvo su primera discusión en el año 2018, después se archivó y lo retomamos en esta legislatura; incorporamos la mirada de primera infancia, infancia y adolescencia, llegando a este proyecto de ley que se introdujo en el 2021 y tuvo la votación de 11 en 11 integrantes de la Comisión de Población y Desarrollo de la Cámara de Diputados, con un acuerdo de todos los integrantes del sistema político que votó en general el 8 de junio y el 6 de julio se votó artículo por artículo.
Fue un proyecto presentado por la bancada del Frente Amplio pero, a lo largo del año 2022, tuvimos reuniones con Cabildo Abierto, con el Partido Colorado, el Partido Nacional, con el PERI, con el Partido de la Gente, tuvimos reuniones con el director de la OPP, el secretario de Presidencia, con la ministra de Economía y Finanzas, el presidente del INAU y con el ministro de Desarrollo Social.
En el año 2023 tuvimos, en junio, una reunión muy importante con el doctor Lacalle Pou. Después se incorporó el ministro de Desarrollo Social. En junio tuvimos una reunión con el Directorio del Partido Nacional y también con el Comité Ejecutivo del Partido Colorado.
Nos hemos reunido con todos los actores políticos porque tenemos que dimensionar como país la importancia que tiene que sea una política de Estado, que tenga continuidad en la ley, que lo que hace es que organiza el Estado uruguayo, que sea una política de Estado más allá de los gobiernos de turno, por más que podemos tener orientaciones de un marco ideológico a veces diferente en este encare, pero hay que tener un piso mínimo de acuerdo, y en eso creo que todos los integrantes de los partidos políticos cada vez tomamos más conciencia de que el Uruguay no es viable sin una política que dé respuesta a ésta situación.
No hay cosa más injusta que el lugar donde nazca un niño determine la posibilidad que el niño o niña tenga de desarrollarse en la vida y, en un país como el nuestro donde somos tan pocos, no hay mejor política pronatalista que garantizar los máximos derechos a los niños que hoy nacen.
Recordá un poco las cifras escalofriantes de esta realidad
Hoy tenemos 157 mil niños viviendo por debajo de la línea de la pobreza, de 800 mil niños que tiene el país, y el 19,7 % que equivale casi a 60 mil niños menores de 6 años.
Tenemos 7.500 niños en los que se detectan situaciones de abuso, de explotación sexual y de maltrato, y el Estado uruguayo no repara ni siquiera un 10 % con equipos interdisciplinarios en situaciones en las que ya está instalado el abuso o el maltrato.
Tenemos 30 mil niños viviendo en situaciones de emergencia habitacional, o sea sin acceso a un baño, sin saneamiento, con piso de tierra, material de desecho en sus paredes y techos, y esto condiciona una matriz que tiene la política pública de infancia en el Uruguay, que tiene muchas cosas desde el año 88, como la creación de los centros Caif, la universalización de la educación inicial.
En los gobiernos entrantes se aumentó el gasto público social, teniendo acciones que fueron reduciendo en forma notoria el indicador, pero en cada crisis macroeconómica las cifras se volvían a elevar.
Una situación que se arrastra desde hace mucho tiempo
De la apertura democrática hasta acá, cuando vos tomas la secuela grave que en plena dictadura fue la recesión económica, lo que se conoce como “la tablita” en el año 82,
ahí se disparó muchísimo la pobreza, pero sobre todo la pobreza concentrada en hogares donde hay niños.
Lo mismo pasó en 2002-2003, donde pasamos a tener casi el 60 % de los niños viviendo por debajo de la línea de la pobreza. Hoy tenemos el 19 %.
Hoy hay que hacer un diseño diferente, porque este gobierno asignó, por ejemplo, 50 millones de dólares a primera infancia en la rendición de cuentas del año 2021, que nosotros como bancada del Frente Amplio apoyamos, pero ahora, cuando estamos en esta rendición de cuentas, vemos que hay una debilidad en la Ejecución, porque no hay una estrategia única, no hay un plan bien organizado.
No basta sólo con la coordinación, sino que hay que tener una estrategia donde el presupuesto se ordene de una forma multidimensional. Entonces, lo que propone la ley es crear un mecanismo que permita ordenar lo que invertimos actualmente, lo que se precisa en primera infancia y adolescencia para ordenarla, para mejorar su gestión y optimizar el trabajo y las sectoriales, ordenar la política.
La ley hace que el Uruguay tenga un gabinete liderado por el presidente de la República, coordinado por el Ministerio de Desarrollo Social, pero con Salud, con Educación, con Vivienda, con Trabajo; que ordene, que se genere un plan único con una estrategia única, con indicadores de resultado, que haya una integridad de la política, que haya sistemas de información único.
Permitir una suerte de “trazabilidad” de los gurises
Fíjate que el uruguayo tiene la trazabilidad del sistema vacuno y, pese a los esfuerzos que se vienen haciendo desde hace años desde el sistema de salud, desde nuestros gobiernos (Frente Amplio), de las cosas que se están haciendo ahora, no hay avances porque tenemos un sistema que está totalmente fragmentado.
Hoy tenemos la trazabilidad del sistema vacuno que son 13 millones de vacas de las que se sabe su trayectoria para ser consumidas en Europa o en los mercados más exigentes. Pero los niños, esos pocos niños que hay en el Uruguay, transitan de forma fragmentada.
Entre los múltiples sistemas de información que tiene Salud, que tiene el Inau, que tiene el Mides, que se integran de forma parcial, no permiten atender situaciones que hay de emergencia, que hay de vulnerabilidad y tener un Estado más eficiente. La ley hace que el Estado se comprometa en una estrategia mucho más eficiente, no solamente es que faltan recursos.
¿Los acuerdos políticos están consolidados?
Pensamos haber logrado acuerdos en el sistema político para votarlo en ambas cámaras en este año, porque después sabemos que se juega mucho en la reglamentación, pero la ley hace que el Estado tenga una forma de abordaje del presupuesto más multidimensional, lo que hace que, cuando lleguemos al presupuesto del año 2025, veamos dónde se superponen recursos y dónde hacen falta. Lo que hace es que optimiza la gestión del presupuesto nacional, porque Uruguay tiene una cosa muy antiquísima que es que el presupuesto se diseña por sectoriales; o sea, Salud invierte casi el 10 % del PBI, y no puede ser que hoy tengamos situaciones de no acceso a la salud mental, de no acceso a un licenciado en Fonoaudiología.
El sistema educativo detecta niños con cuatro y cinco años con alteraciones del desarrollo del aprendizaje y hay muy pocas respuestas del sistema de salud. Entonces, el que tiene para afrontar el gasto puede tratar una tartamudez u otra alteración del desarrollo, o el que accede por prestaciones del sistema de salud o alguna del BPS; pero ese niño que no tiene alguna inserción en algún programa social es un niño que va quedando atrás en el sistema educativo, y eso tiene costos para el país en educación, en salud, los costos que tienen en cohesión social y en seguridad son muy graves.
La inversión más grande que puede hacer el país es “cuidemos a los niños que están hoy, porque el Uruguay, si no, no va a ser viable en ciencia y tecnología, ni en incorporación al mundo del trabajo, ni en el avance tecnológico, ni en la calidad de vida de la gente”.
Tenemos la pobreza concentrada en los hogares donde hay niños y adolescentes y esto viene sucediendo a lo largo de años.
No creamos un sistema nuevo ni nada, pero generamos una estrategia acordada y general de primera infancia y adolescencia, con metas, con indicadores a corto, mediano y largo plazo, con una unidad que integre toda esta política en la órbita del MEF, fuera de lo sectorial.
No quiere decir que no se vienen haciendo cosas, eso sería soberbia; se han hecho cosas, pero lo que está claro es que al no haber un mecanismo de aseguramiento de la integralidad y sistemas de información únicos, no se ven indicadores de impacto y de resultado. Todos vamos haciendo acciones parciales y cada vez que hay una crisis macroeconómica o hay una situación coyuntural grave, los más afectados son los hogares donde hay niños y adolescentes o mujeres monoparentales.
Necesitamos un Sistema Nacional Integrado de Cuidados fuerte para las mujeres que tienen que estar integradas al mundo del trabajo cuando tienen un hijo.
La clase media trabajadora disminuye sus ingresos de forma notoria porque hay que adecuar las licencias parentales y hay un bache entre la oferta y la demanda, con centros de educación inicial y calidad en primera infancia.
¿Por qué los hijos de quienes estamos en los quintiles cuatro y cinco, en un 90 % en dos y tres años van a centros de educación inicial de calidad y los sectores del quintil más bajo no llegan al 20 %, porque no acceden?
No hay mejor política social que la que se logra a través del trabajo y los salarios y para esto tiene que haber una política ordenada.
Así lo ordenaron los países nórdicos en la década del 50 y el Uruguay la tuvo en las primeras décadas del siglo pasado. Fue un Estado transformador, y después nos fuimos quedando y ahora estamos teniendo un retroceso.
Los costos que va a tener para el país en Seguridad Social si cada vez somos menos y los menos tenemos dificultades.
Una insatisfacción en el patrón reproductivo, donde las mujeres de los sectores socioeconómicos más bajos tienen más hijos de los que quieren y pueden tener, no tienen acceso al mundo del trabajo, a beneficios económicos, a determinadas prestaciones, y las mujeres de los sectores medios tienen menos hijos porque se les dificulta mucho el desarrollo profesional, personal y laboral con la crianza de nuestros hijos.
Tenemos un tema de escala, tenemos un Estado que es fuerte, ahora tenemos que ir a un Estado que sea más eficiente y que esto no sea un botín de los políticos de turno, por decirlo de alguna manera.
¿Se vota en éste periodo?
En la interpartidaria definimos dedicarnos al tratamiento de la rendición de cuentas y luego tratar de que sea en ambas Cámaras.
Sin embargo al cierre del artículo, la diputada Lustemberg difundió por las redes las siguientes consideraciones:
"Se posterga, una vez más, la votación del proyecto de Ley de Garantías para la Primera Infancia, Infancia y Adolescencia.
Esta semana se postergó nuevamente y por tercera vez -tras la salida de la comisión de población y desarrollo - la votación de la Ley de Garantías para la Primera Infancia, Infancia y Adolescencia en la Cámara de Diputados. Este Proyecto que fue votado por unanimidad de todos los partidos en comisión y que tenía el acuerdo público de todo el sistema político para seguir adelante, no podrá ser un enunciado de la capacidad de nuestro país de construir acuerdos en los temas importantes si lo seguimos postergando.
Este proyecto, que primero fue postergado en la legislatura anterior y también fue postergado por más de medio periodo de gobierno en esta legislatura, finalmente encuentra acuerdo para la votación y sale de comisión por unanimidad hace 2 meses y sigue sin aprobarse, lo que afecta y que entendemos tiene como rol para mejorar el futuro de nuestro país, de nuestros niños, niñas y adolescentes. Los motivos que se enuncian desde el Oficialismo para retrasar un mes más el tratamiento refieren a que se quiere incorporar cambios al proyecto, cambios que se pudieron realizar en los casi 3 años que el proyecto estuvo en comisión, y que no se hicieron, de hecho, no hubo ningún aporte a la fecha - con excepción del cambio solicitado y aceptado respecto de un inciso referido a identificación civil por parte de Cabildo Abierto - de ningún partido más allá de la modificación mínima que tuvo en comisión. Por ende solicitar un mes más para poder generar aportes no parece ser la razón y motivación fundamental para seguir postergando la aprobación de un proyecto que viene a aportar a una preocupación compartida por todos y todas.(...) Queremos creer que nuestros representantes trabajan por los más vulnerables de nuestra sociedad y estoy convencida que la infancia merece una atención prioritaria y una protección sólida a través de una ley adecuada".