El embate que mediante el Ministerio de Desarrollo Social el gobierno ejerce contra la Coordinadora Popular y Solidaria (CPS),y sus ollas populares parece ser la etapa final de una política de desgaste que sistemáticamente viene llevando adelante una vez que el fin de la pandemia dejó al desnudo una verdad inocultable y es la ausencia del Estado en la solución de los sectores mas vulnerables de la sociedad.
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Las cientos de colectivos sociales que organizaron ollas populares que “florecieron” a pocos días de instalarse la pandemia del Covid-19 a lo largo y ancho del país daba cuenta por un lado de la vertiginosa pobreza en que cayeron vastos sectores de la sociedad, a su vez que profundizo la pobreza de los que la venia remando. Pero que la gente debiera auto organizarse para poder brindar una solución de emergencia ya daba cuenta de lo poco que el flamante gobierno estaba dispuesto a hacer .
Organizaciones políticas, sindicatos, clubes de fútbol, deportivos, comisiones barriales, religiosas,familias, organizaron los centros de producción y distribución de una vital alimentación.
Vistiéndose con ropa ajena el gobierno salió a hablar de la solidaridad del pueblo uruguayo y hasta la ex primera dama, Lorena Ponce De León, salió en un spots estimulando al imitar el ejemplo.
Lo que posiblemente el gobierno empezó a visualizar es que en los espacios de auto organización difundidos además ampliamente por los grandes medios de comunicación ante lo que para ellos representaba una novedad, se generaba una suerte de pasiva movilización y organización de la gente, limitados los espacios convencionales como las organizaciones sindicales por las restricciones en la movilidad y una izquierda aún aturdida por la derrota electoral.
Hablemos de números
En diciembre del 2020 un equipo dela Facultad de Ciencias Sociales en su trabajo “Primera sistematización sobre ollas y merenderos populares en Uruguay 2020”, dejaba al descubierto una primera contradicción entre la acción del gobierno sobre la pandemia y la realidad de los sectores populares.
Dice el informe: “Las medidas desplegadas por el gobierno fueron sistematizadas tanto a nivel nacional e internacional, incluso con particular atención de distintos organismos ante la curiosidad que generó el relativo control de la pandemia en Uruguay. Sin embargo, no tuvieron la misma visibilidad y sistematicidad las formas de solidaridad que emergieron desde la sociedad civil para hacer frente a la crisis”.
Para diciembre de ese año (2020) se identificaron cerca de 700 experiencias, de las cuales aproximadamente el 40% pertenecían a la capital –Montevideo- y el resto se encontraban distribuidas en el resto del país. Es de destacar que seguramente hayan sido sub registradas las experiencias pertenecientes a pequeñas localidades del interior. Dentro de este subconjunto, los dos departamentos con mayor número de iniciativas fueron Canelones y Salto.
El informe anual de Solidaridad.uy 2021-2022, organización que sistematizó la información da cuenta de que “ la mayor densidad de iniciativas se encuentra en la zona periférica de la capital, en particular en los municipios A, D, F y G. Esto se corresponde con las zonas de la ciudad donde hay mayor pobreza (I.M. Unidad Estadística 2020) 9 y las desigualdades socio económicas con respecto al resto de los municipios son mayores.
De las 696 iniciativas (ollas, merenderos y canastas) 95 % son de Montevideo, 4 % de Canelones, y 1 % de otros departamentos.
Al analizar las iniciativas activas en el período marzo 2021 - marzo 2022, no se encuentran mayores variaciones . Se puede ver como el momento más crítico, entre junio y agosto de 2021, se enmarca en el invierno, que genera un aumento de demanda hacia las iniciativas. A su vez, en enero de 2022 se visualiza una disminución luego revertida, causada por la baja actividad característica de la fecha para el país y por lo tanto para las colaboradoras de las iniciativas”.
Porciones y recursos humanos
Para esas fechas en promedios en las zonas mencionadas se proporcionaban 1.246 .000 porciones mensuales.
“Es importante destacar el dato de merenderos ya que, si se analizan las iniciativas activas , los mismos bajaron en cantidad (pasando de 47 a 43) pero las porciones aumentaron, pasando de 509.900 en marzo 2021 a 516.400 en marzo 2022. Esto refleja que pese a la disminución (o relativa estabilidad) de la cantidad de merenderos en funcionamiento, cada vez más niñas y niños se alimentan en los mismos”.
Cerca de 600 personas trabajan en ollas, 300 en merenderos y más de 1000 en olla y merenderos en forma voluntaria es decir, no remunerada.
En promedio, en una semana de trabajo, una persona que cocina en un merendero es responsable de producir 91 porciones de alimento mientras que en una olla el número asciende a 117,esto equivale a producir 17 porciones de olla y 13 de merendero cada día, es decir que diariamente producen aproximadamente 30 porciones. Considerando que el núcleo familiar promedio en Uruguay está compuesto por 3 miembros (I.N.E., 2011) 14 , se puede concluir que cada colaboradora está cocinando diariamente para un equivalente a 5 familias, cubriendo dos comidas diarias.
Costos
El informe señala que “En base a la información obtenida sobre porciones y horas de trabajo no remunerado es posible estimar en términos económicos el aporte que las iniciativas solidarias están realizando . Una porción de alimento de olla tiene un costo de $71 (Condon, López,Rebech, Noviembre 2021) mientras que la porción de merendero es de casi $17. Por lo tanto, el gasto mensual solamente en alimentos entre ollas y merenderos asciende a más de 60 millones de pesos uruguayos (alrededor de 1 millón y medio de dólares).
A su vez, de acuerdo con los datos, se dedican 60.400 horas semanales de trabajo no remunerado a las actividades relacionadas con sostener las iniciativas. Esto incluye la búsqueda de insumos, la preparación necesaria para cocinar y servir, la producción de la comida y la limpieza posterior. Cuantificando este dato en base a un salario mínimo, el monto mensual asciende a 32 millones de pesos uruguayos; este monto es aún mayor si se considera, por ejemplo, la necesidad de trabajo calificado para el manejo de alimentos y la administración de los recursos”.
La receta ideal
Cuando el gobierno entra en juego mediante la empresa tercerizada Uruguay Adelante algo pasa con los costos, que inciden en la calidad de alimentación de la gente.
El informe deja en claro que “se puede comparar la receta tipo de olla que actualmente utiliza el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), a través de una organización tercerizada, y la receta tipo (en adelante “receta tipo ideal”) mencionada anteriormente, que surgió de un trabajo en conjunto entre estudiantes de Facultad de Ingeniería y la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas (AUDyN).
Como ya se mencionó, estas recetas y por lo tanto estos cálculos de costos, no incluyen utensilios básicos para cocinar, productos de limpieza, fuentes de energía ni el trabajo de las colaboradoras.
El desgaste
Debilitar la capacidad de autonomía de las ollas organizadas en redes, de no ser un objetivo explicitado, pasó a ser la consecuencia de algunas acciones de gobierno que obran en ese sentido.
Entre abril y mayo del 2021, dos hechos impactarían sobre la realidad de las ollas populares.
El 15 de abril, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) selló un acuerdo con la organización Uruguay Adelante, “una entidad sin fines de lucro” surgida junto a la pandemia como forma de coordinar apoyos a las ollas populares. Uruguay Adelante en verdad es un clúster de empresas que realizaron algunas donaciones por lo que es de suponer que muchas de ellas, están exentas del pago de impuestos por sus obras de Responsabilidad Social Empresarial.
El presidente de la organización no gubernamental, Uruguay Adelante, Santiago Pérez, recibe un salario desde julio de 2021 por ostentar ese cargo, a pesar de que no está permitido por ley.
En aquel momento, el entonces ministro Pablo Bartol dijo que Uruguay Adelante, "es quien va a hacerse cargo de la compra, del suministro, la logística y llevar el registro de los apoyos que estamos dando a las distintas ollas", tarea para la que se asignó un presupuesto de 65 millones de pesos.
"Vamos a ayudar a los que ayudan. Esto es una manera muy concreta, usando las redes naturales que ya están en los barrios para llegar a todos ellos, a que ningún uruguayo en este momento de necesidad no pueda tener un plato de comida a la noche", decía Bartol que apneas 15 días después, un primero de mayo, era destituido vía WhatsAap por el Presidente de la República.
En su lugar asumió el cargo un hombre del riñón del sector del gobierno, Martín Lema, que le daría un viraje alas politcias sociales y claramente visibles para las organizaciones sociales que gestionaban las ollas.
Los criterios de compra, suministro, y la logística se presentaba como una moneda de cambio para que las organizaciones recibieran insumos de un Estado que parecía querer hacerse cargo.
Pero el cambio fue de tal magnitud que aceptar los insumos suponía renunciar a la autonomía de las organizaciones y se generaron algunas dificultades, con la recepción de gallinas mas chicas, cuando no descompuestas.
Menú de partidos políticos
El gobierno ha fogoneado con la partidización de las ollas populares. En nuestras recorridas desde el 2020
por las distintas organizaciones hemos detectado la presencia de militantes de todo el espectro político uruguayo, situación que no debería llamar la atención en un país con una fuerte partidocracia.
Han sido casos aislados los lugares donde remontadose al método clientelista utilizado en el año dos mil cuando la lista 250 de Jorge Gandini entregaba canastas en el oeste de Montevideo.
Cuando Caras y Caretas fue a entrevistar a los vecinos del barrio la Bombonera en Malvín norte que habían recibido disparos de perdigones de la Guardia Republicana, eran militantes del Partido Nacional quienes gestionaban la olla.
En el barrio Los Bulevares del Oeste de Montevideo, la disputa por el control de la comisión que gestionaba la olla se daba entre militantes frenteamplistas y de Cabildo Abierto, hasta que el diferendo se resolvió con el funcionamiento de dos ollas, cada una perteneciente a cada colectividad política.
En Flor de Maroñas una de las ollas era gestionada por militantes colorados e integrantes de un grupo afro religioso.
Varias organizaciones políticas financiaron los insumos para que sus militantes pudieran sostener las ollas y merenderos.
Aunque los integrantes de la Coordinadora Popular y Solidaria son varios pintos en su afinidad ideológica y filosófica y se mantiene una organización social al margen de lo partidario, la política de gobienro los ha metido en un terreno fangoso, donde los pobres siguen esperando por un plato de comida.
Comunicado de la CPS
Montevideo, 1 de octubre de 2022
A la opinión pública:
A las 15 horas del 1 de octubre de 2022, venimos de enviar las informaciones sobre las ollas y
merenderos populares al Ministro de Desarrollo Social Martín Lema y a la directora departamental de
Montevideo del MIDES Carolina Murphy. Les enviamos también una carta donde aclaramos que:
1) En la reunión que solicitamos y que fuimos recibidos como CPS por el MIDES, el miércoles 28 de
setiembre, el ministerio nos transmitió que apoyaba nuestra labor en las ollas y merenderos. La CPS
expresamos claramente y confirmamos al ministerio que le íbamos a entregar los datos que solicitaban y
además consideramos que se abría una relación más fluida con el ministerio donde planteamos otras
preocupaciones presentes y mirando al futuro.
2) No pensamos que la fecha del 30 de setiembre era un ultimátum, menos luego del tenor de la reunión
con el ministerio. Además, la carta que recibimos del MIDES, el 23 de setiembre, donde se nos solicitaba
la información de ollas y merenderos y se da el plazo del 30, no se habla ni de condiciones ni que se nos
quitarían los insumos. Nos guiamos por esa carta formal, por ello fue que solicitamos la reunión y que
fuera antes del 30, para poder comunicar de forma directa y formal que respondíamos positivamente a la
solicitud de la carta, cosa que hicimos además de otros planteos.
3) Les enviamos hoy los datos porque el equipo que trabajó en esto estimó que había que hacer hincapié
en la rigurosidad en la entrega de la lista de ollas y merenderos, y evitar así en el futuro malos entendidos.
4) Para nosotros los insumos, pese a que son insuficientes, son muy necesarios para la labor voluntaria y
solidaria que desarrollamos en ollas y merenderos para afrontar el hambre y la insuficiencia alimentaria
vivida en nuestros barrios.
5) Por lo expresado no entendemos, ni compartimos expresiones realizadas a través de las redes por
autoridades del MIDES. Esta forma de proceder genera angustia e incertidumbre en gente que ya tiene
suficientes problemas para cubrir el trabajo de ollas y merenderos.
6) Debemos continuar por el camino del diálogo retomado el 28 de setiembre en la reunión entre el
MIDES y la CPS en función de las necesidades de nuestra gente.
Coordinadora Popular y Solidaria