La investigación contra el senador blanco Gustavo Penadés avanza. El jueves fue un día clave al concretarse su comparecencia ante la Fiscalía, que suma nuevas pruebas y denuncias. El siguiente paso será la solicitud del levantamiento de sus fueros y mientras tanto sigue de licencia en el Senado, que finaliza el próximo 5 de junio y en el Partido Nacional. Juana pudo saber que Penadés no tiene más licencias reglamentarias para pedir. Comenzará seguramente una etapa de faltas… como cualquier funcionario público. Su suerte en esto tampoco es buena.
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La investigación contra el senador del Partido Nacional Gustavo Penadés ingresará en breve en una etapa definitoria. La semana pasada el Consultorio Jurídico de la Udelar recibió una consulta de un joven que quería formular una nueva denuncia.
Al día siguiente, la fiscal especializada en delitos sexuales, Alicia Ghione, tomó declaraciones al adolescente, quien fue asistido por los doctores Juan Raúl Williman y Soledad Suárez.
En la declaración, la víctima sostuvo que, al igual que los otros 6 casos ya presentados, se reitera el mismo patrón de conducta. Es decir, la mayoría son contactados por un intermediario y se trataría de un caso similar a los que ya han tomado estado público.
Los fueros
Hagamos un poco de historia: los fueros parlamentarios se establecieron para proteger la independencia de los legisladores.
Tres artículos de la Constitución vigente (arts. 112, 113 y 114) establecen lo que se conoce como fueros parlamentarios, aunque no existe esa denominación en la normativa uruguaya. El espíritu del mecanismo es proteger a diputados y senadores de la acción de la Justicia, entendiendo que pueda existir un manejo político del Poder Judicial, incluso a impulso del Poder Ejecutivo, que afecte el funcionamiento del Poder Legislativo.
Dentro de su libertad para legislar, diputados y senadores no pueden ser responsabilizados por “los votos y opiniones que emitan durante el desempeño de sus funciones”, establece el artículo 112 de la carta vigente. Tampoco pueden ser arrestados excepto que estén cometiendo un delito (art. 113).
Además, “ningún senador o representante, desde el día de su elección hasta el de su cese, podrá ser acusado criminalmente […] sino ante su respectiva cámara”, establece el articulo 114.
Sería la cámara a la que pertenezca el legislador la que deba decidir lo que se conoce comúnmente como desafuero, que implica retirarle la protección dispuesta por estos tres artículos para que quede a disposición de la Justicia.
Todos sabemos y hemos escuchado decir en varias oportunidades que los fueros no son del legislador sino del Parlamento. Es decir, será el Parlamento el que lo resuelva por 2/3 de componentes de la cámara a la que pertenezca el legislador a desaforar.
La aprobación del desafuero no implica que la cámara se pronuncie sobre la culpabilidad o inocencia del parlamentario, sino que se trata de una habilitación al accionar del Poder Judicial. La consecuencia inmediata y práctica es la suspensión del legislador.
Ahora bien, puede ser levantada esa suspensión una vez concluido todo el procedimiento judicial. Ello ocurrió, a vía de ejemplo, en el caso del senador Daniel Bianchi, quien chocó estando alcoholizado en enero de 2019 en Punta del Este. A pedido de la jueza de paz competente en el departamento de Maldonado se aprobó el desafuero. Fue condenado a 20 días de trabajo comunitario. Después de que cumplió esa condena, la Cámara de Senadores votó su restitución en julio de 2019.
Otro caso sucedió en noviembre de 2019 y fue el desafuero que solicitó la Jueza Graciela Vargas, a pedido del fiscal Rodrigo Morosoli, al exjefe del Ejército Guido Manini, que recientemente había sido elegido senador de la República. La Constitución precisa que los fueros entran en vigor a partir del momento en que una persona es electa. La solicitud fue enviada por la jueza a la Suprema Corte de Justicia, que la redirigió al Parlamento a los pocos días.
Todos recordamos que durante la campaña electoral el general aseguró que enfrentaría el proceso judicial sin ampararse en sus fueros. Fue simplemente un discurso más de campaña. Esa decisión no es suya, ya que los titulares de los fueros son las cámaras como hemos dicho, y por tanto solo de ellas depende retirarlos. En esa oportunidad, bastante cercana en el tiempo, el debate fue mayoritariamente político. Hasta Manini cambió de opinión. Y el Partido Nacional selló la suerte de Manini. No alcanzaron los votos para desaforarlo.
Según pudo saber Caras y Caretas, en el caso que la Justicia solicite el levantamiento de los fueros, el trámite legislativo será rápido. Una vez que el pedido llegue allí irá a la Comisión de Constitución y Legislación y después se votará en el plenario.
El senador Jorge Gandini, la vicepresidenta Beatriz Argimón y el senador Sebastián Da Silva han dicho en más de un oportunidad que cumplirán con la voluntad de Penadés, es decir, se le levantarán los fueros una vez que sea solicitado por la Justicia.
En la última reunión de bancada a la que asistió Penadés el senador Da Silva le dijo: “Gustavo, esto pasó de castaño a oscuro y tenés que tomar licencia”. Hoy la realidad no es mejor y como ya dijimos, no volverá al Palacio. Las denuncias se han seguido sumando y Penadés ya concurrió a Fiscalía en la tarde del jueves. Según comentó el abogado Germán Aller a Caras y Caretas, cuando avance la investigación, deberá solicitar audiencia de formalización con el juez que vea en la causa. Y allí empezará el procedimiento que todos conocemos como levantamiento de fueros.
Antes de despedirse, el Dr. Aller, nos dijo que en la práctica, y dado lo mediático que ha resultado este caso por sus características, ya están de antemano levantados los fueros.
Juana también consultó a su viejo amigo de facultad, el conocido penalista Juan Fagúndez, quien le manifestó que la citación de Penadés es, en primer lugar, un hecho inédito en la historia judicial del país por dos razones: se trata de un parlamentario de larga trayectoria y por el delito por el cual se lo investiga.
Fagúndez manifestó que si bien la prueba en los delitos sexuales no es fácil, la tecnología hoy ha permitido avanzar. Por ejemplo, en el caso que todos conocemos a través de la prensa, todo parece indicar que se reiteran ciertos patrones de conducta y, por ejemplo, se podrían rastrear los retiros de dinero en el cajero automático del denunciado para cotejarlos con los dichos de los denunciantes. La Fiscal ya ha pedido información a los hoteles de alta rotatividad mencionados en las denuncias.
La citación de Penadés a la Fiscalía, nos manifiesta Fagúndez, es parte del derecho a la defensa del imputado. Allí el legislador podrá declarar y hasta mentir o abstenerse de hablar. Ello se basa en el principio de no incriminación de una persona. Fagúndez cree que el levantamiento de los fueros no será controversial y nos recuerda que el trámite se iniciará con el pedido al juez que vea en la causa quien lo enviará a la Suprema Corte o directamente a la presidencia de la Cámara de Senadores. Por último, nos insiste, es un trámite rápido, pero no se hace en un día.
La citación
El miércoles fue un día agitado para esta cronista y para todos los que seguimos el caso del senador Penadés que lo vincula con el delito de pedofilia.
A media tarde se supo que la fiscal de delitos sexuales de sexto turno, Alicia Ghione, había citado para el día jueves al senador.
Juana hizo sus averiguaciones, habló con sus contactos y pudo saber que Penadés acudiría acompañado por el Dr. Javier Vega, un abogado joven que trabaja como asesor del legislador blanco. Juana supo que Penadés estaba dispuesto a declarar y decir su verdad. Él insiste en decir que no tiene nada de qué arrepentirse, pero que estaba dispuesto a defenderse con pruebas frente a la fiscal.
El jueves a las 15 horas llegó Gustavo Penadés en un Hyundai blanco a la sede fiscal de la calle Yi esquina Uruguay. No se lo veía tranquilo. Un periodista le preguntó si tenía algo de qué arrepentirse y en ese momento bajó la cabeza. Se lo veía nervioso, preocupado, entró a la Fiscalía acompañado de su abogado.
Cuando creíamos que no habría sorpresas por un largo rato, apareció Sebastián Mauvezin: el tristemente conocido profesor de historia del Liceo Militar, acusado de actuar como intermediario entre Penadés y las víctimas.
Los vimos ingresar a la Fiscalía y también vimos que lo dejaron en la primera sala con vista a la calle. Allí esperó mientras en el fondo la fiscal le tomaba declaración al senador blanco. Al finalizar la audiencia de Penadés ante la fiscal y mientras hacía los trámites de rigor, la magistrada se acercó a la puerta cancel de la sede y fue a buscar a Mauvezin, que la estaba esperando. No sabemos si se cruzaron. Pero sí que ambos empezaron a sellar su suerte en la casa de la calle Yi 1521 aquella tarde lluviosa de fines de mayo.
Luego de una hora y media, Penadés dejó la sede fiscal. Se lo vio mejor. Como que se empezó a sacar una mochila de encima… Tal vez se sinceró frente a la fiscal, empezó a desbrozar el camino de esta vida compleja, que lo tiene hoy en el banquillo de los denunciados. Son muchas las denuncias. Y esto recién empieza.
Cuando se retiraban, Juana pudo conversar unos minutos para Caras y Caretas con el Dr. Vega. Nos aclaró, eso sí, que todo esta bajo reserva, pero que esto sigue y habrá más audiencias.
Pensé: “Los blancos no paran de tener problemas”. Ahora que parece que se viene la lluvia, la situación de Penadés se complica cada vez más.
Probablemente en unos días vuelva a la Fiscalía. Se irá sin concurrir al Palacio, se perderá la Convención Nacional y Laura Raffo sigue adelante con su candidatura, esa que el mismísimo Penadés inventó, con nuevo equipo. El presidente Lacalle ha hecho un parate en su defensa y el resto del partido se suma al coro de la conveniente frase que utiliza el presidente del Honorable cada vez que le preguntan por Penadés: “Está en manos de la Justicia”.
Sin duda habrá más tela para cortar y más notas para escribir y, como siempre digo y no me canso de repetir, por suerte ahora de esto sí se habla. Y cuando es un menor, siempre es no.