Cuando Ripoll tomó la palabra, en un momento se dirigió a la feligresía nacionalista con un mensaje directo a Yamandú Orsi, sabiendo, claro, que las cámaras y micrófonos de los medios estaban atentos a todos los detalles y le darían difusión masiva. Vieja táctica para causar revuelo.
Miró a la gente, acomodó la voz, disparó no sin antes dar pirueta discursiva algo enredada. Esta vez el blanco de la novel blanca fue la gestión de Orsi.
"El candidato de la presidencia que parecía tener otro perfil, lo poquito que hemos podido ver, porque la realidad es que lo esconden permanentemente…”, dijo Ripoll.
Y luego arremangó el enojo y puso en “alerta” a todos: “Pero en esos pantallazos que tenemos de algún discurso que dan el interior y no llega, dijo algo que no le voy a dejar pasar: que este gobierno había sido tiempo perdido".
¿Y qué dijo después?
Entonces, planteada la razón del ¿enojo?, ¿del disgusto?, Ripoll ya personalizó el mensaje (si esto hubiera pasado en un estudio de televisión, quizás la candidata a vice habría mirado directamente a la cámara, y el director, con buen tino, abría cerrado el encuadre en su rostro).
"Y yo les quiero decir a este candidato”, dijo desafiante. A este candidato, Orsi, por supuesto, “que no tuvo la capacidad de poder con la intendencia de un departamento y que se pasea orgulloso con su perro entre los pozos de su pésima gestión, que este gobierno hizo mucho, hizo mucho por la gente".
¿Se habrá referido a los “malla oro”, a la gente de Canelones, a la de Artigas, a la de Montevideo?
¿“Todo está mucho mejor”?
Antes de que Ripoll, exdirigente de los trabajadores nucleados en Adeom, se esmerara en afinar algo más su discurso contra el Frente Amplio, Álvaro Delgado, aspirante a la presidencia, volvió -con más oficio que su compañera- a repasar las consignas de siempre.
Destacó las políticas de este gobierno en el campo de la educación, alabó la reforma de la seguridad social, y también habló sobre la política de vivienda.
Respecto a este punto afirmó que sería “inmoral” que un gobierno no encare este problema y aprovechó “la volada” para tirar unos dardos críticos contra el Frente, diciendo que en 15 años este partido no invirtió en viviendo lo que tendría que haber invertido.
Dijo así: "Este gobierno invierte 500 millones de dólares y 60 mil uruguayos también una vivienda digna".
Y, al final, recicló la muletilla: “Hoy en un país distinto, ¿todo está bien? y no, porque nadie es soberbio. Pero todo está mucho mejor. Entonces yo con orgullo voy a decir soy el candidato a presidente de la continuidad".