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Política Cerro | educación |

La reacción buscada en el Cerro

Robert Silva y el afán de ser el Germán Rama del siglo XXI

Robert Silva a partir de los hechos en el cerro parece dispuesto a llevar la reforma de la educación para eternizarse

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Caras y Caretas Diario

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Nada justifica la agresión contra Robert Silva en el Cerro, ni contra ninguna otra autoridad; el camino debe ser siempre el del diálogo, ese concepto tan democrático y tan ajeno a las actuales autoridades que entienden por dialogar solo escuchar.

Tampoco es justificación suficiente que el Cerro sea desde hace un buen tiempo "territorio" militante de las fuerzas políticas que hoy están en la oposición y de otras fuerzas de izquierda fuera del Frente Amplio.

La presencia en el Cerro del presidente del Codicen no fue ingenua ni solo obedeció a su agenda y el montaje de la reunión y la forma en que decidió retirarse del lugar son muestras claras de una voluntad de confrontación.

Fue a ese barrio, además, en uno de los momentos más álgidos de la movilización de estudiantes y docentes.

La decisión de ir no tuvo nada de ingenuo y mucho de ingenio; se decidió hacer el encuentro en un local de poca capacidad, en un ambiente conflictivo, con los antecedentes de las pintadas en su casa, con las denuncias penales sobre docentes de secundaria y un hostigamiento desde las autoridades a los estudiantes y gremios de la enseñanza.

Y en todo caso, en la necesidad de esos encuentros “cara a cara”, la ida al Cerro podía haber esperado; el futuro de la reforma no dependía de la reunión allí. Y en todo caso, en la necesidad de esos encuentros “cara a cara”, la ida al Cerro podía haber esperado; el futuro de la reforma no dependía de la reunión allí.

Con los ánimos caldeados con que las hinchadas llegan al partido clásico, si a un hincha de Peñarol se le hubiese ocurrido hacerse presente con su indumentaria en la hinchada de Nacional, o al revés, las consecuencias, con ser lamentables, son predecibles. Nadie en su buen tino llevaría adelante tal medida, salvo que pretenda buscar una reacción, provocando deliberadamente. Eso fue lo que hizo Robert Silva en el Cerro.

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Fenapes rechazó los insultos y agresiones que recibió el presidente del Codicen, Robert Silva, en el Cerro de Montevideo.

Fenapes rechazó los insultos y agresiones que recibió el presidente del Codicen, Robert Silva, en el Cerro de Montevideo.

Robert, el colorado

Robert Silva, además de ser presidente del Codicen, es un destacado dirigente del Partido Colorado, dirigente que no siempre ha sabido establecer los límites de su labor proselitista de su responsabilidad institucional, como lo demostró en las últimas elecciones en la enseñanza.

Recordando la derrota de las listas que apoyó explícitamente, el empacamiento de llevar contra viento y marea la tan mentada reforma educativa, suma a los planes del gobierno sus propias aspiraciones de convertirse en el “Germán Rama del siglo XXI”. Recordando la derrota de las listas que apoyó explícitamente, el empacamiento de llevar contra viento y marea la tan mentada reforma educativa, suma a los planes del gobierno sus propias aspiraciones de convertirse en el “Germán Rama del siglo XXI”.

Sanguinetti se enorgullece de haber sido él quien le abrió la puerta para jugar en las ligas mayores de la política. “Lo conocí de muy joven, desde que militaba en Tacuarembó. Y más tarde fui yo el que se lo presenté a Germán Rama”, dijo alguna vez. Así fue que a los 25 años, en 1997, Silva se convirtió en secretario general de Secundaria. Un año después Rama lo llamó para ser el secretario general del Codicen, y asumió este segundo cargo en 1999.

Silva recuerda a Rama, que también tuvo en su momento la responsabilidad de liderar una reforma educativa, como “un hombre muy rígido, muy drástico en sus decisiones, pero un enamorado y un convencido del trabajo por la educación”. Dice que con él aprendió que “con la gente se puede trabajar más allá de su filiación político-partidaria”, y que toda la vida le dijo que “con el tiempo se iba a reconocer la gran obra que hizo, aunque en forma mentirosa hayan dicho que se estaba mercantilizando, avasallando, vendiendo la enseñanza al patrimonio internacional”.

Mas acá en el tiempo, Robert Silva fue el candidato a vicepresidente en la fórmula con Ernesto Talvi.

El barrio horas antes de la reunión

Horas antes pasamos por el Cultural 11, donde funcionó el liceo, en Grecia y México.

El Cultural 11 está rodeado de luces nuevas y dirigido además por un equipo de docentes, es un centro cultural del municipio del oeste y es el lugar elegido por las autoridades del Codicen para fomentar la necesidad de la reforma, convocando a los vecinos, pero sin los docentes y menos con los docentes sindicalizados.

La Policía comenzó a instalarse en las inmediaciones, desde las 17.45; los policías de particular llegaron temprano también.

Al poco rato militantes del FA de un comité a dos cuadras, gente del Ateneo, gente de los sindicatos de docentes y estudiantes; una manifestación, normal, cánticos, bombos, pancartas, carteles muy elaborados como "instalación artística" .

18.15 comienzan a traer a "los vecinos del barrio" en varias camionetas, venían de lejos los vecinos se ve, algunas y algunos trajeados, en buenos autos. Gente de otra parte notoriamente, entre ellos algunos destacados dirigentes del Partido Colorado, comitiva que parece va a todos los encuentros que Silva en nombre de la reforma viene realizando.

Los guardias de seguridad del gobierno comenzaron a tomar posición y un patrullero, de los 10 o 12 que se encontraban en los alrededores del centro cultural, cortó Grecia en Inglaterra; estaba llegando Robert Silva; el público que trajeron ya estaba adentro, la gente tomó la calle y la vereda ya que la Policía organizó la "barricada" y el corte, y los agentes de seguridad de civil del gobierno se plantaron de porteros, puerta cerrada, y vecinas y vecinos que querían entrar, pero claramente no parecían estar invitados, a una charla abierta.

Muy prudentemente la delegación oficial llegó desde abajo, desde Suiza, ahí entre el tumulto entró Silva protegido por una espuma plast o un rebotador de luz, mientras afuera la manifestación seguía pacifica, tan solo reclamando poder entrar.

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Estudiantes, docentes y vecinos protestaron en el Cerro.

Estudiantes, docentes y vecinos protestaron en el Cerro.

El asunto fue la salida, la gente cantaba "No se va, Robert no se va. Viniste al Cerro, no sé cómo te vas", y cosas así.

Pensé que pasaría lo habitual, cómo a la salida del estadio, esperan un rato, la hinchada se calma un poco, en todo caso se arrima el jefe del operativo, habla con la gente, les pide que dejen salir y se dispersen.

Silva decidió forzar la salida a golpes desde adentro, apretones, empujones, forcejeos, gritos, provocaciones, clima tenso, y se produce una negociación, pero no entre la Policía y los manifestantes.

A pedido de las autoridades organizadoras un grupo de militantes de organizaciones de izquierda, sindicales y militantes organizaron un cordón de seguridad para que Silva pudiera retirarse tranquilamente, pero la "gente de Silva optó por la salida al pechazo".

Lo que sucedió después es lamentable, pero era previsible.

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