Para Gustavo Leal los contenidos de la reunión para tratar los temas de Seguridad convocada por el Ministerio del Interior no cumplieron con el objetivo de la citación a los partidos políticos, y según sus palabras con haber enviado un correo electrónico alcanzaba, siendo la reunión una suerte de blooper político.
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A pesar de que el Ministro del Interior Luis Alberto Heber pregona a los cuatro vientos que quienes critican su gestión lo hacen en reacción a los éxitos alcanzados en materia de seguridad, el Ministerio no pasa por su mejor momento.
A los chats de Astesiano y el pasaporte de Marset que permiten intuir una red de corrupción en dicha cartera y otros organismos, se suma la sensación de inseguridad que siente la población (ratificadas por las encuestas de opinión) que a pesar de las cuestionables cifras en la baja de delitos, ubica a la inseguridad como el segundo problemas más importante de los uruguayos luego de la falta de trabajo.
Hace pocos días, los integrantes del “GACH” del Ministerio del Interior renunciaron, porque en palabras de uno de ellos, el sociólogo Robert Parrado, militante del Partido Nacional, sentían que sus planteos no eran tomados en cuenta.
El sociólogo y ex director de Seguridad y Convivencia Gustavo Leal que representa al Frente Amplio en la reunión interpartidaria convocada por el Ministerio, expresa con firmeza que el su fuerza política no se va a dejar utilizar políticamente.
¿Antes de entrar en el análisis de la reunión podrías dar tu visión de la gestión del Ministerio, incluso antes de los escándalos del tema Marset y Astesiano?
Yo creo que hay una impronta en la gestión del Ministro Heber que tiene un retroceso importante en el liderazgo de las políticas de seguridad, entre otras cosas porque creo que nunca pensó ni se preparó para la responsabilidad, asumiendo por una circunstancia lamentable como fue la muerte de Larrañaga y claramente se nota no da el tono en ese lugar, y mantiene un equipo que ni siquiera él había nombrado, y cada vez más la vieja guardia policial que hoy es la que tiene el mando en la dirección de la policía, adquieren más control en la agenda del Ministerio pasando a ser la política del ministerio estrategia policial, y una política de seguridad no puede ser solo estrategia policial, el vocero no puede ser solo el vocero de esa política.
El mejor ejemplo de falta de liderazgo y conducción del Ministro en éste momento es la situación de Berriel (sub director de la policía implicado en los chats de Astesiano) indagado por la fiscalía y en su defensa hace un cosa asquerosa involucrando a una persona fallecida (responsabilizó a Larrañaga que habría dado la orden de considerar pedidos de Astesiano como su fiera el propio ministro) y a pesar de eso lo mantiene en su cargo, está de licencia.
Hay una situación crítica porque el mando de la policía se compone por tres personas: el director nacional y dos sub directores; uno de ellos renunció por estar indagado por los chats y el otro está de licenciado porque también es indagado y parece estar fuertemente comprometido y es difícil pensar que el director no supiera algo de lo que hacían las dos personas de su equipo, y si no sabía igual es responsable por omisión.
¿Cree que desde que asumió el gobierno el Ministerio ha tenido una política pública de seguridad o ha venido improvisando en el camino?
Lo que ha impulsado es una estrategia policial pero no hay una política pública de seguridad integral, que se supone, es para lo que convocaron a los partidos políticos, para definir una política integral. Esa estrategia policial diseñada por los viejos mandos, ha hecho mucho daño porque cuando los principales referentes de la policía nacional están siendo indagados por la fiscalía eso genera una desmoralización enorme en el personal, es un daño institucional que va a costar mucho levantar, sobretodo porque los mandos políticos no reaccionan.
Han desarmado muchas cosas persiguiendo una cantidad de oficiales que trabajaban en la administración anterior en una suerte de cacería de brujas, olvidando que la estructura policial es de carácter permanente, por lo tanto una persona que hoy es Comisario Mayor luego de hacer carrera, y no puede ser que venga una administración nueva y decida removerlo. Pasó que oficiales que eran identificados como que trabajaron para cierta conducción de la policía, fueron enviados a destinos insólitos.
El ministro insólitamente plantea que la política de seguridad es exitosa, cuando éste año va a haber un récord en la cantidad de homicidios, el peor año en ésta administración siendo ese delito el indicador de la situación de violencia en una sociedad. Según las encuestas Heber es el ministro peor evaluado de todo el gabinete, la seguridad es el segundo problema más importante para los uruguayos, volviendo con fuerza luego de la pandemia.
¿Esta convocatoria del ministerio a una reunión interpartidaria llega tarde o es un manotazo de ahogado?
Primero quiero recordar que hay referencias de acuerdos interpartidarios en tema seguridad; en el 2010 hubo una comisión interpartidaria de seguridad convocada por el gobierno de Mujica que acordó 38 iniciativas, entre ellas aumentar al doble el presupuesto del ministerio, crear la Guardia Republicana, rediseñar el despliegue operativo de la policía, transformar la policía técnica en científica e instalar laboratorios de pericias, un conjunto de leyes que crearon por ejemplo el Instituto Nacional de Rehabilitación dejando de lado la vieja dirección de cárceles, trasformaciones en la formación policial y podría nombrar más.
En el 2016 hubo un segundo acuerdo interpartidario donde se acordó nada menos que la puesta en funcionamiento del nuevo Código de Procesamiento Penal, la más importante reforma estructural en una estrategia global de seguridad, se definió el instituto de las fiscalías, la ley de tenencia de armas, todo eso a pesar de los debates e incluso de las fuertes críticas y el senador Lacalle pidiendo desde el 2015 la renuncia de Bonomi.
En la conferencia planteó que salió enojado, decepcionado.
La reunión se convocó para el diseño y desarrollo conjunto de un programa de seguridad integral y en el Frente entendimos que a pesar de la situación crítica de la seguridad había que hacer un esfuerzo para buscar puntos de acuerdos como se hizo en otro momento, y lo que sucedió no tuvo nada eso.
¿Pero hay un intento serio de generar esas políticas o esa comisión será donde se licuen las responsabilidades del ministerio en la gestión de la seguridad?
Esta convocatoria tuvo una metamorfosis; inicialmente era una consulta a los partidos para un tema muy puntual como era saber si pensábamos que tenían que mejorar los mecanismos de coordinación del Estado para la prevención. El propio ministro planteó que el Frente amplio iba a tener la oportunidad de opinar pero capaz no quería venir porque tenía miedo de los éxitos que estaban teniendo, y cuando le dijimos que el lunes definíamos, convocaron a la primera reunión para ese lunes de mañana e inflaron un espacio de expectativas en la sociedad porque no habíamos ido.
Cuando vamos a la reunión nos encontramos que nada tenía que ver con lo que habían dicho públicamente mediante carta, sino que el objetivo fue una cosa totalmente distinto y ahí claro me enojé porque quisieron poner una puesta en escena de la que no vamos a formar parte y no vamos a dejar que jueguen con los temas de la seguridad, ilusionando a la gente pasando gato por liebre, no quieren definir políticas de Estado.
¿Ustedes ya fueron con una propuesta definida?
Una propuesta y un método de trabajo porque es una reunión institucional con los partidos políticos, no es ir a la casa de un amigo a tomar unos mates.
Preguntamos cuál era el alcance de la reunión y ahí se nos dijo lo mismo que dijeron a la prensa, que no creían que se llegara a definir políticas de estado.
Nosotros llevamos un plan de trabajo para un acuerdo, con un método a definir que no es muy complejo pero que implica definir cuantas reuniones se van a hacer, cuál es la agenda, sobre que vamos a hablar y que garantizara llegar a un acuerdo, porque si no lo quisiéramos hubiéramos planteado la remoción del ministro y todas las autoridades del ministerio.
Entendemos que hay temas sobre los que es posible llegar a acuerdos como se hizo en el pasado y llevamos una lista con 15 temas y fuimos los únicos que presentamos una propuesta y fuimos rigurosos serios, pero la idea del Ministerio era otra, una consulta a los partidos y otros actores que apunta en un proceso de 15 meses a la creación de un Gabinete de Seguridad, poniendo un ejemplo que se desarrolla en España, pero eso no es un acuerdo.
Nosotros planteamos trabajar durante cinco meses, hasta el 31 de mayo, para que había alguna iniciativa que necesitara proyecto de ley o tratamiento presupuestal, dieran los tiempos para incluirla en la rendición de cuentas que será la última de éste gobierno para aumentar presupuesto. Estamos pensando seriamente en el país.
Yo no me voy a prestar y a dejar a utilizar al Frente Amplio en convocatorias difusas; si es para un acuerdo perfecto, si es para consultar si hay que coordinar las políticas con un correo alcanzaba, porque todos los partidos dijimos en 30 segundos: obvio, pero es una consulta un poco rara, extraña, a tres años de gobierno.
Es posible llegar a acuerdos como sucedió en el 2010 y en el 2016, el diálogo entre los partidos políticos es fundamental porque los ministros pasan y las instituciones quedan, hay que hacer acuerdos que perduren los cambios de gobierno, pero no nos vamos a dejar usar.