Con los votos de la coalición el Senado aprobó el proyecto que elimina el cogobierno en la Universidad Tecnológica (UTEC). Para el oficialismo se trata de dotar a la institución de un sistema más eficiente mientras que para el Frente Amplio (FA) se elimina la participación.
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Durante el debate quedaron en evidencia dos concepciones en torno a la educación universitaria. “Una institución universitaria no es una empresa y no es cierto que en el plano internacional a las que tienen autonomía no les va bien: las que tienen mayor grado de autonomía son a las que generalmente les va mejor”, aseguró el senador frenteamplista, Sebastián Sabini.
Por su parte el senador blanco Gustavo Penadés sostuvo como modelos a universidades “de Australia, República Checa, Estados Unidos”, entre otros. “¿Qué tiene de malo? ¿Por qué ese provisoriato ahora va a funcionar mal si funcionaba fantástico? ¿Por qué poner en tela de juicio un gobierno que para mantenerlo deja a dos consejeros que están desde casi el inicio de la Utec? ¿Por qué tenemos una visión tan conservadora de la realidad, que nos impide poder pensar que puede haber otras formas tan efectivas de cogobierno?”
En esa línea se expresó la senadora colorada Carmen Sanguinetti argumentando que la ley “propone un sistema nuevo de gobernanza, sin que deje de ser exitoso”.
Guillermo Domenech, de Cabildo Abierto, la emprendió contra la Universidad de la República y el cogobierno, reiterando el viejo discurso de que esa casa de estudios “está politizada y que los partidos políticos quieren tener incidencia en el gobierno de la universidad, ya en el orden de los egresados, estudiantes y qué decir en el de docentes”.
Afirmación a la que el frenteamplista José Carlos Mahía le salió al cruce. Recordó que el formato para la UTEC fue parte del acuerdo de todas las bancadas en 2013. “Que hoy se quiera cambiar por un acuerdo de los partidos que integran el gobierno es una opción que no compartimos, y no está en línea con la concepción que generó el Parlamento nacional sobre lo que era una creación de una segunda universidad” pública, finalizó.
Para Amanda Della Ventura no hay dudas: “No gusta la participación. Deciden quién va a regir y dirigir esta institución, y en realidad se va a privar de la participación de docentes, estudiantes, empresarios y trabajadores”.