La grave crisis política que vive el país con la renuncia de dos ministros, dos viceministros (incluyendo a Ache) y un asesor principal, no se terminó con el mensaje del presidente Lacalle Pou en una conferencia de prensa que dejó más dudas que certezas.
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La gran pregunta de la noche no la hizo nadie, y tampoco la contestó el presidente: ¿Quién mandó a Lafluf a pedirle a Carolina Ache que borre el chat que le envió el viceministro del Interior Guillermo Maciel?
Lacalle procuró borrar las sospechas que lo hacían responsable directo de esta orden. ¿Lo logró? Lo único que dijo es que solo pasó a saludar por esa reunión, que estuvo apenas diez minutos y se fue. Queda claro que la presencia del presidente de la República en un encunetro de esa naturaleza no es un dato menor y abre múltiples interrogantes que nadie se atrevió a plantear en la conferencia de prensa de anoche.
Este sábado, el presidente procuró mostrarse fuerte con poder de mando para enfrentar la crisis pero el mensaje dejó una clara sensación de debilidad. Si bien acalló las voces de protesta de Cabildo Abierto y del Frente Amplio al tomar la decisión de sacar a Heber, Lafluf y Maciel; Lacalle dejó la impresión de que está cada vez más solo. Perdió dos hombres de su absoluta confianza y las chispas del escándalo le caen cada vez más cerca.
El coro de voces que se levantó inmediatamente aplaudiendo el gesto del mandatario dejó más en evidencia la debilidad de un gobierno que sufrió un duro revés y que trata de maquillar la situación a los gritos, para salvar su prestigio duramente cuestionado.