El intendente canario, Yamandú Orsi, participó el 14 de junio del clásico almuerzo organizados por los dirigentes de marketing, donde fundamentalmente empresarios, dirigentes políticos, legisladores, exintegrantes de gobiernos frenteamplistas, embajadores y sindicalistas se hicieron presentes para escuchar, en una suerte de adelanto de campaña electoral, lo que Orsi tiene para proponer, en caso de llegar a ser presidente.
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De todo el contenido del discurso político del intendente y de las respuestas a las preguntas del público, la afirmación que se llevó toda la atención y operó como un bálsamo en los dirigentes de izquierda presentes, incluido el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, fue que, sin dudarlo, integraría una fórmula presidencial con Carolina Cosse.
Tomando en cuenta la experiencia de la fórmula del excandidato frenteamplista Daniel Martínez, la respuesta de Orsi tiene más de contenido político que de galantería, y parece abrochar una solución a un problema que se comenta en los pasillos de Colonia y Ejido, si bien aún no es época de elecciones internas partidarias y hay formalmente tres candidatos propuestos.
Sin embargo, esta afirmación de tal relevancia no empaña el resto de los contenidos que expuso en su presentación sobre su visión de la política y que enumeró en ocho puntos temáticos.
Como carné de presentación mencionó sus 18 años de experiencia de gestión desde que fue nombrado secretario general de la Intendencia de Canelones, y reivindicó la condición de Uruguay a pequeña escala que es el departamento canario por su diversidad territorial, económica y poblacional, expresando: “El departamento de Canelones no solo es el segundo departamento del país en cantidad de habitantes, sino que en cierta medida es un pequeño Uruguay donde se reproducen casi todas las realidades que enfrentamos como país”.
Certezas
Las certezas, las políticas que no deparen sorpresas son los ejes transversales de las propuestas de Orsi. Certezas que Orsi entiende necesarias porque “en este mundo revuelto, precisamos certezas. El mundo está asistiendo a un cambio de era. Los consensos que permitieron alcanzar niveles de prosperidad, convivencia e igualdad sin precedentes en las últimas siete décadas no son suficientes para enfrentar problemas diferentes y atender las nuevas demandas ciudadanas, que son más diversas y complejas y difíciles de articular. Las bondades asociadas a un mundo integrado y cooperante son menos aceptadas, por lo que han recobrado vigor nacionalismos radicales, populismos de diverso signo y movimientos xenófobos. En ese marco emergen líderes estridentes y mesiánicos que son capaces de capitalizar la frustración y la indignación de los ciudadanos, algo que erosiona la convivencia democrática en Occidente”.
Prosperidad con solidaridad
Varios de los conceptos de política económica vertidos por Orsi tienen como eje por un lado la defensa de los pequeños y medianos productores y empresarios nacionales, pero primero, señala, es preciso atender urgentemente los efectos de la sequía que según sus asesores impactaría con una reducción del 2% del PIB, y en ese sentido ya propuso que en la próxima rendición de cuentas ya aparezcan respuestas para esos sectores: “Es importante que Uruguay aumente su ritmo de crecimiento económico; una expansión anual inferior al 3% restringe severamente la posibilidad de asegurar el bienestar de las generaciones futuras e incluso es posible que impida preservar logros. Debemos evitar que los sectores de la economía que dependen menos de las ventas al exterior de bienes tradicionales sigan viviendo con la soga al cuello, esperando las medidas que la magia del mercado jamás les va a acercar. En un país donde cuesta hacer una real competencia, los pequeños y medianos comerciantes e industriales precisan reglas más claras y que las cumplamos. Si no, sus días están contados. Pero por supuesto, en un análisis de este tipo no podemos dejar pasar. Por lo tanto, el primer desafío para resolver en clave de certezas está ahora nomás. ¿Cuándo va en la próxima Rendición de Cuentas? Sería deseable que la prioridad sea el presupuesto. Reconstruir, levantar, amortiguar”.
Orsi pone el acento en la historia de cohesión social de Uruguay y en la urgente necesidad de invertir en la infancia: “No existe prosperidad sin solidaridad. La construcción de nuestro Uruguay se desarrolló a partir del crecimiento económico con una fuerte cohesión social. El modelo de convivencia de Uruguay exige garantizar que los frutos de mayor crecimiento se distribuyan de manera más equitativa y eso requiere asegurar la igualdad de oportunidades, hacer del mérito un mecanismo central de promoción de personas y emprendimientos, fortalecer las herramientas destinadas a corregir las desigualdades que provocan las economías de mercado. Es prioritario volver a recuperar ese camino cuanto antes. Ojalá no lleguemos tarde y para ello es imprescindible, por ejemplo, blindar la infancia. Invertir en esos primeros mil días de vida, y asegurar por ejemplo, el acceso a la educación e intensificar nuestros esfuerzos en las escuelas de tiempo completo”.
Un ojo en el ambiente
De los ejes mencionados el tema ambiental en un departamento como el canario donde su ecosistema es uno de los puntos más importantes de su agenda, Orsi expuso algunas políticas prácticas de la gestión municipal: “La sustentabilidad no es un eslogan. La agenda de transformaciones debe incorporar el cuidado del medioambiente como un factor crucial para la gente, para la agenda de desarrollo, la mitigación de los efectos del cambio climático por motivos de forma y conveniencia. Esto último porque Uruguay enfrentará una agenda global cada vez más exigente en la materia y porque deberá seguir asentando su inserción externa en el uso sostenible de los recursos naturales. Todos conocemos las dificultades que hemos tenido, por ejemplo, en nuestro departamento, en lo que tiene que ver con los cursos de agua, más concretamente en Santa Lucía, un tema que ya viene de hace tiempo. Hace pocas horas la Junta Departamental de Canelones resolvió, por ejemplo, reglamentar, regular y establecer condicionamientos un poco más estrictos para la extracción de arena, por ejemplo. Por unanimidad. En nuestro Canelones hemos insistido presupuestalmente y desde el punto de vista cultural y de trabajo con nuestra gente, la clasificación de residuos e incluso pensamos llegar a los 140.000 hogares con clasificación en domicilio y vamos a hacerla más eficaz, eficiente, con tecnología”.
Integración y soberanía
Tampoco faltaron los conceptos sobre la región: “Fortalecer lo que usamos, una soberanía integrada; los movimientos en materia de comercio exterior deben ser muy cuidadosos de los aspectos de naturaleza geopolítica. Eso se ha vuelto más crítico debido al desafío cada vez más evidente de China a Estados Unidos y a las consecuencias globales de la guerra entre Rusia y Ucrania. Toda planificación de esfuerzos debe contemplar ser fuertes y flexibles. Fuertes en nuestra soberanía y flexibles para integrarnos con la región y el mundo, pero debemos ser soberanos a la vez que utilizamos esa soberanía para integrarnos. Es una falsa contradicción plantearnos apertura versus Mercosur; el Mercosur es nuestro primer espacio de integración, con sus ataduras, con sus vaivenes, pero está ahí”.
Apostando a políticas de integración más pragmáticas planteó la posibilidad de que la infraestructura vial permita la conexión con rutas de la región: “Debemos retomar la idea, regionalizar el país para potenciar un crecimiento equilibrado ya que solo así podemos hablar de desarrollo. En la inauguración de la planta de UPM pudimos ver cómo es la construcción del país que queremos, esa visión estratégica de potenciar distintas zonas del país.
Considerar que el país es todo igual es un gran error y por lo tanto los planes de infraestructura implican imaginarnos el destino, un plan para el país donde, por ejemplo, ocurran cosas como algunas de las que están ocurriendo en departamentos como Cerro Largo, Treinta y Tres, el centro del país, el litoral. Nos imaginamos el país regionalizado, donde me imagino yo hoy que el ferrocarril no se va a quedar ahí donde llegó”.
No hacer pamento
En un discurso escrito, pero que luego confirmó cuando se abrió el espacio de preguntas, se permitió deslizar una crítica al manejo por parte del presidente Luis Lacalle del posible acuerdo comercial con China.
“Sin perjuicio de esto, se hace necesario seguir explorando alternativas y analizar cada oportunidad con la seriedad que se merece evitando el exceso de anuncios. En este espacio [ADM] conozco y sé que hay actores de la economía nacional que tienen una fuerte adhesión a seguir abriéndonos al mundo y que sus economías se van a beneficiar en virtud de que podamos abrir otros mercados; estoy de acuerdo, pero también sé que acá hay empresarios y empresarias que tienen, por ejemplo, a Brasil como su principal socio. Por lo tanto me parece que nos obliga a hacer más cautos a la hora de hacer grandes anuncios cuando en realidad por nuestra dimensión y por nuestra vocación geopolítica tenemos que ser muy astutos, porque la realidad nos está demostrando que la región pesa y mucho y tenemos que ser lo suficientemente hábiles para no generar los problemas fundamentalmente de algunas áreas que acá están o que ustedes trabajan”.
El desarrollo institucional en investigación y en educación también fue mencionado.
Seguridad
Orsi se plantea la seguridad como un derecho fundamental e imprescindible para la cohesión social: “La seguridad como un derecho que solo el Estado puede garantizar. No se puede analizar la seguridad o inseguridad sin vincularlo con el tema de la justicia.
Es clave que el Estado no pierda espacio en los espacios públicos, barrios, cárceles, rutas frontera y mar territorial, todo eso no puede estar en disputa.
Y terminemos con la banalización del debate y llevar todo a un tema personal pensando que va a venir en un superhéroe que lo va a resolver. Es bastante más complejo.
Y entendamos de una vez por todas que la seguridad no es un asunto exclusivo de la Policía y el Ministerio del Interior, de la Fiscalía y del Poder Judicial en primer lugar, la Jutep, pero también es un problema de la educación, del Mides, de las intendencias. Todos tenemos mucho para aportar.
Pero vinculado a este hecho fundamental que es el de la seguridad está el del acceso democrático a la justicia. Porque seguridad y justicia no son solo áreas de acción, sino que son derechos. Y todos aquí sabemos, supongo, lo que le cuesta a la democracia navegar en esas aguas. ¿Podemos seguir teniendo una defensoría de oficio en la indigencia institucional en la que la tenemos? ¿ Las cárceles están resolviendo algo más que retener gente amontonada y juntando bronca? Hagamos la discusión sin banalizar”.
Decencia para gobernar
El cierre de su intervención fue de carácter más crítico con la actual gestión de gobierno, matizado, quizás, por sus alusiones al artiguismo: “‘La pública felicidad’, al decir de José Artigas. ¿Qué es lo que nos mueve? Se edifica sobre la decencia. Por supuesto que existe una ética republicana que debe regir, el respeto, la honestidad, la modestia, el ser íntegros, el esfuerzo, la dedicación, constituyen su esencia.
Decía el general Seregni que hay que luchar por la unión de los orientales honestos.
En la política no vale todo y menos en la gestión pública; decir que no nos damos cuenta, o priorizar la relación personal sobre el interés general, cuando se tiene poder, no nos conduce a buen puerto y perdemos transparencia, ganamos opacidad y se pierde confianza en lo que llevó tanto tiempo construir.
Estoy convencido de que en nuestro país se pueden construir acuerdos básicos entre un amplio conjunto de actores políticos y sociales. Yo no confío en las unanimidades porque sería una negación de la historia y tampoco creo que una mitad del país puede imponer sus posiciones en contra de la otra mitad. Un verdadero proyecto nacional debe tener su base material, pero también debe construir un soporte espiritual, ofreciendo a los uruguayos un clima totalmente diferente al actual (no basado en la tensión política), mejorando sus expectativas”.