Uso seguro de estufas y calefactores
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Revisar el estado de los equipos: Estufas a gas, eléctricos o a leña deben estar en buen estado y ser utilizados según las instrucciones del fabricante.
Evitar calefaccionar con hornallas u horno de cocina: Es una práctica peligrosa que puede generar intoxicaciones con monóxido de carbono.
Instalación y ventilación: Si usás estufas a gas o queroseno, asegurate de tener una correcta ventilación en el ambiente y revisá periódicamente que no haya fugas.
No dejes estufas encendidas al dormir ni al salir: Es preferible apagarlas y usar frazadas térmicas o bolsas de agua caliente para mantener el calor en la cama.
Preparar la casa para el invierno
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Aislar puertas y ventanas: Usá burletes o sellos para evitar la entrada de aire frío y conservar el calor.
Cortinas gruesas o térmicas: Ayudan a mantener la temperatura del interior.
Revisar filtraciones y goteras: La humedad puede empeorar las condiciones del frío dentro del hogar. Atendé a tiempo cualquier daño estructural.
Evitar la humedad acumulada: Usá deshumidificadores caseros (por ejemplo, recipientes con sal gruesa o carbón activado) si notás humedad en paredes o muebles.
Consumo eficiente y responsable
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No sobrecargar enchufes: Muchos incendios domésticos en invierno son causados por sobrecarga de artefactos eléctricos.
Elegir calefacción eficiente: Los equipos con etiquetado energético clase A o B son más recomendables.
Aprovechá el sol: Durante el día, abrí las cortinas para dejar entrar el calor natural.
En caso de emergencia
Si percibís olor a gas, presencia de humo inusual o síntomas de intoxicación (dolor de cabeza, mareos, náuseas), ventilá inmediatamente el lugar y contactá a Bomberos (104) o a los servicios de emergencia médica.