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El guarda cambió al hombre de asiento, pero la actriz relató que se sintió paralizada, temblando, sin entender cómo nadie reaccionaba. “Por suerte, unas mujeres se acercaron, me hablaron, me acompañaron y me invitaron a sentarme con ellas. Me hicieron sentir menos sola. Le sacaron una foto al tipo y lo enfrentaron. Gracias a ellas, recuperé un poco de seguridad.”
Intervención policial y medidas judiciales
El ómnibus detuvo la marcha y el guarda solicitó la presencia policial. Da Fonseca fue trasladada a la comisaría de Young, donde realizó la denuncia acompañada por las pasajeras que habían intervenido. “A él lo llevaron en un patrullero, y yo fui con esas dos mujeres que no me soltaron la mano. Luego el bus regresó a buscarnos para seguir viaje hasta Paysandú”, relató.
Según informó El Telégrafo, la Jefatura de Policía de Río Negro emitió un parte que coincide con la versión de la víctima. La Justicia dispuso medidas cautelares contra el acusado: prohibición de comunicación con Da Fonseca y un radio de exclusión de 500 metros durante 180 días. El caso fue comunicado a Fiscalía, y el hombre quedó emplazado para declarar.
“Hay que hablarlo”
En su publicación, Da Fonseca explicó su decisión de hacer público el hecho: “Comparto esto porque hay que hablarlo. Porque soy mamá, porque trabajo con niñas, porque esto pasa todos los días y muchas veces se tapa.”
La artista agradeció el apoyo de las mujeres que la acompañaron y señaló que la empresa Copay, propietaria del vehículo, está tomando medidas para reforzar la seguridad en sus servicios. El testimonio provocó una ola de solidaridad y abrió nuevamente el debate sobre la violencia y el acoso en los espacios públicos y medios de transporte, una problemática persistente que afecta a mujeres de todas las edades y lugares del país. “Llamé desesperada al guarda”, escribió. Su relato, breve y contundente, expone la vulnerabilidad de muchas pasajeras, pero también la importancia de la reacción colectiva y la denuncia. “Gracias a esas mujeres —concluyó Da Fonseca— recuperé un poco de seguridad. No me soltaron la mano. Y eso, en ese momento, lo fue todo.”