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Sociedad BPS | jubilados | Cabrera

¿Campaña contra el plebiscito?

BPS: ¿si estás jubilado y volvés a trabajar es por "satisfacción personal"?

Desde que rige el nuevo sistema de seguridad social, el BPS ha otorgado 2.155 permisos para que los jubilados vuelva a trabajar.

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Con la campaña electoral en marcha, más la campaña de recolección de firmas para el plebiscito de la reforma de la seguridad social que impulsa el Pit-Cnt, las defensas de la nueva normativa se movilizan con todas las armas disponibles.

En este contexto, el presidente del BPS, Alfredo Cabrera, habló, claro, con el diario El País sobre el retorno de los jubilados a la actividad y consideró que la nueva regulación de este mecanismo tiene una "valoración positiva".

El dato que se convirtió en "gran titular" a cinco columnas (edición impresa) ya se venía discutiendo desde hace varias semanas: "El BPS da casi nueve permisos por día" para retornar a la actividad laboral. En otras palabras: desde hace ocho meses, tiempo en que rige el nuevo sistema, se otorgaron 2.155 permisos.

¿Por qué optan por el "envejecimiento activo"?

Tras repasar los números oficiales, Cabrera se explayó: "Los detractores de esta norma dicen que las personas vuelven a trabajar porque no les alcanza la jubilación. Si esto fuera así deberíamos decir que es muy poca la gente que tomó esta opción, lo que desmentiría la hipótesis inicial".

Pero, de forma prudente, después agregó: "Por otra parte, si dijera que son muchas personas las que vuelven a trabajar porque quieren hacerlo, tampoco tengo ningún elemento para valorarlo".

Para el presidente del BPS, el factor económico no es el único que pesa para que jubilados y jubiladas vuelvan a trabajar. Muchos, subrayó, quieren "mantener un envejecimiento activo"; quieren seguir trabajando por la "satisfacción personal de seguir estando activo, aparte de la satisfacción económica".

En esa misma línea, los spots publicitarios de las "bondades" de la reforma presentan este mecanismo no solo como una forma de evitar el trabajo "en negro", sino con la casi romántica pátina de "lo hago porque lo deseo", mientras se muestran imágenes de personas de clase media y alta en espacios laborales con mucho confort, modernidad.

Como te digo una cosa, te digo la otra

La "otra cara de la moneda", reza el dicho popular, plantea una realidad bastante diferente.

Jubilados y pensionistas han salido a la calle para denunciar la pérdida del poder adquisitivo, que más de 140 mil personas perciben la jubilación mínima que está "muy lejos" de la canasta básica y prácticamente no alcanza para pagar un alquiler promedio, entre 15 o 16 mil pesos, por ejemplo. A esto, ha denunciado la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (Onajpu) una extensa lista de problemas en el acceso a los servicios de salud, a la vivienda, entre otros. Una "postal" que poco tiene de "confort", de modernidad.

La pregunta, entonces, sería si es válido minimizar el factor económico -como afirmó Cabrera- como principal variable al decidir si se regresa o no a la actividad laboral, y si no habría que analizar el dato numérico en un contexto en el que inciden desde las dificultades que presentar el mercado de trabajo para reinsertarse, los problemas de salud, hasta la política cada vez más expulsiva -o la marginación- de las personas mayores que se impone en muchos sectores laborales.

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