Esta herramienta les permitió irrumpir directamente en la "sala Apolo", que alberga la colección real de piedras preciosas, incluyendo los diamantes de la corona de Luis XIV. Los delincuentes actuaron con extrema rapidez, permaneciendo en la sala apenas "siete minutos" y utilizando aparentemente pequeñas motosierras, según fuentes policiales, para forzar las vitrinas.
El botín incluye piezas históricas como los diamantes Regent y Sancy, así como un collar de esmeraldas y diamantes obsequiado por Napoleón a su esposa.
Investigación y precedentes de vulnerabilidad
La Fiscalía de París ha abierto una investigación por "robo en banda organizada y asociación ilícita con fines delictivos", que está siendo gestionada por la brigada de represión del crimen organizado.
La fuga de los asaltantes fue parcial, ya que la Ministra de Cultura, Rachida Dati, informó posteriormente que una de las joyas robadas fue hallada cerca del museo, y una motocicleta, presumiblemente utilizada en la huida, fue encontrada en las inmediaciones.
Este suceso reabre el debate sobre la seguridad en las instituciones culturales francesas. El Ministro Nuñez reconoció que existe una "gran vulnerabilidad en los museos franceses", citando robos recientes y asegurando que se está implementando un nuevo "plan de seguridad" que también concierne al Louvre.
Aunque el museo no ha ofrecido comentarios oficiales, un equipo forense de la policía ha sido visto ingresando al recinto, mientras que la vigilancia exterior ha sido reforzada con soldados armados.