Nicolás Dominguez tenía 22 años y fue asesinado en pleno centro de Montevideo el 21 febrero de este año. En menos de 12 horas, cuando su familia aún no había sido informada de su muerte, la justicia condenó al asesino en juicio abreviado y le dio seis años de cárcel.
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A ocho meses del crimen, la madre de Nico, Silvia Castro, todavía no puede creerlo; ni la forma en que asesinaron a su hijo, ni la negligencia de la investigación, ni la decisión de la justicia de condenar al asesino con una pena exigua que le permitiría quedar libre en solo dos años.


La odisea de la familia reclamando justicia empezó horas después de que el sistema judicial había bajado el martillo en tiempo récord sometiendo a Dilan Brunetto, un joven de 18 años en situación de calle, a la pena de 6 años por homicidio simple, luego de un juicio abreviado realizado sin que los padres de Nico tuvieran conocimiento del juicio, ni participación en la causa.
“Ese juicio nunca debió hacerse porque las pruebas que recogimos en base a las imágenes de las cámaras y lo que aportaron los testigos que nosotros reunimos demuestran que no se trató de un homicidio simple. Fue una rapiña que terminó con la muerte de un inocente y no correspondía un juicio abreviado”, explicó la madre.
En medio del dolor que provocó enterarse del asesinato violento de su hijo, la madre tuvo que escuchar que por algunos medios se informara la noticia de que se había tratado de una pelea entre dos indigentes.
“No podíamos dar crédito a lo que oíamos, que la policía haya informado a los medios que Nico era un indigente explica por qué nunca nos habían informado de su muerte (se enteraron a las 21 por sus propios medios) y hayan convencido a la fiscal de pedir un juicio abreviado para cerrar el caso a las pocas horas, sin investigar nada, ni siquiera de quién se trataba el cuerpo que encontraron tirado en una esquina”, agregó.
La audiencia de juicio abreviado se realizó el mismo día del asesinato, a las 15, apenas unas horas después del crimen y estuvo a cargo de la jueza letrada de Primera Instancia en lo Penal, Dra. Marcela Vargas.
La actuación de la policía
Nico había llegado a Montevideo como tantos otros jóvenes del interior que vienen a estudiar, trabajaba en un supermercado y vivía en una residencia del centro. Había venido hace seis meses de Young con el sueño de graduarse en Bellas Artes. Era muy apegado a su madre, policía retirada, su padre agricultor y sus dos hermanas, que también trabajan en Montevideo. Primero vivió con ellas en un apartamento en Cordón y luego se mudó a una residencia en el centro.
“La policía actuó desde un primer momento con absoluto prejuicio, confundieron a un estudiante que fue salvajemente asesinado de siete puñaladas con un indigente y cerraron el caso en el mismo instante sin siquiera pedir las imágenes a las cámaras de los comercios de la zona donde ocurrió el crimen”.
"Nunca pudieron explicarme cómo se puede confundir con un indigente a un estudiante perfectamente vestido, con ropa limpia y un tratamiento de braquets", comenta Silvia.
La familia presentó una denuncia en Asuntos Internos de la policía que no prospera pese a la insistencia de la madre, tampoco tuvo éxito la presentación realizada en Fiscalía para que se reabra la investigación ante la cantidad de nuevas pruebas aportadas. "La única respuesta fue extraoficial: la causa ya fue archivada".
Silvia Castro está convencida de que Fiscalía no cumplió con la obligación de dar participación a la familia de la víctima en el proceso penal, permitirle ser asistida por un abogado y asegurarle un trato digno e igualitario, como exige la ley, por eso asegura que llegará hasta donde haga falta para que los involucrados asuman sus responsabilidades.
La familia de Nicolás Fabio Domínguez, "Fabito" para sus amigos y amigas que lo recuerdan con cariño como un chico bueno, generoso y alegre, jura que no bajará los brazos ni permitirá que el brutal asesinato de un joven de 22 años lleno de sueños quede archivado como si hubiera sido un ajuste de cuentas entre indigentes como quiere hacer creer la policía y la justicia. Están seguros que Nico no lo merece, ni la sociedad uruguaya tampoco.