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Sociedad violencia | campaña |

"No creas que no les duele"

¿Cómo impacta la violencia de género en niñas, niños y adolescentes?

Unicef presentó este miércoles "No creas", una campaña que, a través de historias reales, confirma que la violencia de género deja marcas en las infancias y las adolescencias.

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“Mi padre era un vecino solidario. Era el primero en ofrecerse a donar sangre si alguien lo necesitaba, o prestar el auto para hacer una mudanza o un mandado. Quiero decir que mi padre era un tipo que no pasaba desapercibido en nuestro pueblo. En mi casa tampoco pasaba desapercibido: apenas llegaba, se ponía a gritar, insultaba, rompía cosas. Se la agarraba con mi madre porque había tenido un mal día. La empujaba para sacarle plata. Nosotros nos encerrábamos en el cuarto para no tener que escuchar sus gritos”. Estos recuerdos pertenecen a la infancia de Leonor, una de las voces protagonistas de “No creas”, la nueva campaña institucional de Unicef que el organismo presentó este miércoles en el Teatro Solís.

“No creas” busca visibilizar cómo la violencia de género afecta a niños, niñas y adolescentes y de qué forma repercute en sus trayectorias futuras. "Vivenciar cómo alguien ejerce violencia hacia sus madres y otras mujeres a cargo de su cuidado tiene el mismo impacto en niños, niñas y adolescentes que si la violencia estuviera intencionalmente dirigida hacia ellos mismos", explicaron desde el organismo.

Leonor contó que denunciaron a su padre varias veces, pero que siempre lo soltaban porque nadie se animaba a dar declaraciones en contra de un hombre que, a los ojos del barrio, era solidario. También contó sobre las estrategias que desplegaba junto a sus hermanos para resistir a la violencia, como dormir vestidos por si a la noche “pasaba algo” y debían salir rápido.

“Mi abuela vivía cerca de casa. Y me encantaba ir a dormir con ella. Los sábados, lo recuerdo como si fuera hoy, a las seis de la tarde yo empezaba a decir que tenía sueño para poder irme antes. Mi padre volvía a esa hora así que me ponía una alarma en ese reloj cinco minutos antes”.

A su madre nunca la culpó porque “hacía lo que podía” para calmar la violencia de su padre, que seguía creciendo. “Un día no aguanté más y la puse contra la espada y la pared, y le dije: mamá, o te separas, o me llevo a mis hermanas más chicas. Con el tiempo se separó. Pero las cosas no cambiaron mucho”, contó Leonor.

Un reloj, como el que marcó su infancia, el que la alertaba de la llegada de su padre, forma parte de una de las piezas artísticas de la campaña, que circulará por diferentes salas de espectáculos de Montevideo. Es que esta acción de Unicef tiene un componente fuerte de alianzas con distintos colectivos de organizaciones artísticas.

“No creamos que la violencia contra las madres no afecta a sus hijos e hijas. La violencia que vivió Leonor, cada vez que escucha este reloj, sigue haciendo eco”, finalizó el relato.

Esta es solo una de las tantas historias de niñas, niños o adolescentes que son víctimas de la violencia hacia sus madres. Pero hay muchas más. Actualmente, según cita Unicef basándose en las últimas cifras disponibles, "un 20 % de los niños, niñas y adolescentes del país vive en hogares donde en los últimos 12 meses hubo situaciones de violencia contra la mujer por parte de su pareja o expareja".

Sobre “No creas”

Gran parte de la campaña está inspirada en una investigación de la Universidad de la República llamada "El impacto de la violencia de género en la infancia y la adolescencia: relatos de vida, coordinada por Susana Rostagnol y Mariana Viera Cherro, que reúne testimonios reales de personas adultas que crecieron en hogares donde había violencia contra sus madres.

"Agarrar el teléfono para pedir auxilio era la única manera de lograr que mi padre dejara de pegarle a mi madre. Porque entonces él lo soltaba y venía hacia mí para sacarme el teléfono y romperlo. Creo que rompió 90 teléfonos", expresa otro de los testimonios de la campaña.

Algunos de los relatos se acompañan de intervenciones artísticas que los potencian e invitan a que las personas se ubiquen en el lugar de las víctimas. La campaña también cuenta con un spot publicitario.

"No creas que la violencia sobre una madre no llega a sus hijas e hijos, no creas que no les duele, no creas que no les hiere, no creas que no les acompaña", expresan algunas de las consignas de la campaña.

La presentación de la campaña estuvo a cargo de Francisco Benavides, representante de Unicef Uruguay; Lucía Vernazza, oficial de Protección y Victoria Blanc, oficial de Comunicación, también de Unicef Uruguay.

Benavides explicó qué Unicef decidió este año hacer visible el impacto que tiene la violencia contra la mujer en los derechos y en el bienestar de niñas, niños, adolescentes por considerarlo “un tema extremadamente importante” que requiere “mirar en conjunto los sistemas de prevención y de respuesta de ambas violencias”. En tal sentido, reconoció avances “importantes” en la región y en Uruguay respecto a esta problemática, pero aseguró que “la sociedad aún no visualiza la interrelación que existe entre la violencia contra la mujer y la violencia contra la infancia”.

“La violencia contra la mujer y la violencia contra las niñas, los niños, las y los adolescentes es una violación a sus derechos humanos. En Uruguay, esta violencia tiene aún una prevalencia demasiado alta (…) muchos adultos todavía piensan que la violencia contra una madre no tiene un impacto directo en sus hijos e hijas. Pero la evidencia es contundente. Sufrir violencia deja marcas difíciles de borrar, tanto para las mujeres como para las infancias”, añadió.

El representante de Unicef opinó que si no se corta la violencia de género tampoco se acabará con la violencia hacia los niños, niñas y adolescentes. “Quienes crecen en ámbitos donde hay violencia, además de sufrir hoy, aprenden a relacionarse de manera violenta y tenderán a reproducir los patrones violentos y de poder bajo los que se criaron. Por ello queremos contribuir de manera proactiva en este cambio de normas sociales, tan urgente, tan necesario. Queremos contribuir a que las cosas cambien en casa, en la sociedad”.

A su turno, Vernazza destacó que la campaña “No creas” muestra el impacto que tiene la violencia intrafamiliar en niños y niñas a través de la reconstrucción de las diferentes modalidades, flujos y dinámicas de esas violencias. “Cuando hay violencia contra la mujer muchas veces también las mujeres reproducen esa violencia, y los niños no quieren estar ahí”.

“Todas estas personas que participaron voluntariamente en esta investigación tuvieron la oportunidad de trabajar el tema, hacer terapia y obtuvieron las herramientas para poder contar su historia, pero muchas otras no. Pero lo que queda claro en esta investigación es que la violencia deja marcas”, sentenció.

Por su parte, Blanc señaló que la violencia de género y generaciones “comparten normas sociales que perpetúan la violencia y generan daño”. En tal sentido, sostuvo que la campaña “No creas” busca “cambiar la idea de que lo que ocurre puertas adentro, en la casa donde viven niñas y adolescentes, es un problema privado” para que “pase a ser visto como una problemática social”.

Otro de los objetivos, prosiguió la oficial de Comunicación, es “invitar a la reflexión y generar un cambio de comportamiento”. Y sumó: “Que el mensaje nos interpele y nos haga pensar en qué podemos hacer, cómo vivimos cada uno de nosotros este fenómeno y cómo podemos hacer para cambiarlo. La idea fuerza de la campaña es No creas que no les afecta, un puntapié que invita a ir más allá de lo evidente. Busca visibilizar que niños, niñas y adolescentes son especialmente sensibles a todo lo que ocurre en su entorno, y que la violencia contra sus madres les afecta igual que si hubiera sido ejercida contra ellos mismos”.

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Victoria Blanc, oficial de Comunicación de Unicef. 

Victoria Blanc, oficial de Comunicación de Unicef.

Tipos de violencia y sus efectos

El estudio en el que se inspira la campaña “No creas”, El impacto de la violencia de género en la infancia y la adolescencia: relatos de vida, distingue los diferentes tipos de violencia ejercida en la pareja adulta y su relación con la violencia hacia niños, niñas y adolescentes. Estas son: violencia verbal, una de las violencias más frecuentes y normalizadas; la violencia física, la psicológica y la sexual.

La investigación concluye en que “todas estas formas de violencia impactan en el desarrollo de niños, niñas y adolescentes, a nivel tanto cognitivo como afectivo y emocional”. Señala también que “las marcas que deja la violencia se manifiestan de distintas maneras y varias de ellas no son directamente visibles, lo que muchas veces dificulta el reconocimiento”.

Dificultades para dormir, pesadillas, miedo a dormir solos, problemas en la alimentación, falta de apetito o ansiedad con la comida, angustia, depresión, llanto, baja autoestima, irritabilidad, bajo rendimiento escolar, vivir en estado de alerta y dificultades para interactuar con otras personas son algunos de los efectos más comunes que se registran en infancias y adolescencias expuestos a situaciones de violencia.

Además, afirma el estudio, en casos extremos, pueden manifestar comportamientos agresivos con otras personas o autolesionarse para calmar la ira, el enojo o el dolor que genera la violencia.

Sentirse responsables de la situación de violencia que padecen, sentir culpa por actuar o por la inacción, sentir miedo a denunciar o asumir roles no adecuados para su edad al dedicarse al cuidado de hermanos, madre o integrantes de la familia son otras de las consecuencias.

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Pieza artística de la campaña "No creas"

Pieza artística de la campaña "No creas"

Algunas cifras

De acuerdo a la segunda encuesta nacional de prevalencia sobre violencia basada en género y generaciones, más de 7 de cada 10 mujeres (76,7 %) sufrieron violencia de género a lo largo de su vida.

Más de 1 de cada 3 encuestadas (37,1 %) vivió situaciones de violencia específicamente durante su infancia, lo que hoy representa a 540.000 mujeres de 15 años y más.

Un 19,5 % de las mujeres (1 de cada 5) declara haber sufrido violencia por parte de su pareja o expareja en los últimos 12 meses. De ese total, un 28,8 % declara que esas agresiones sucedieron en presencia de estos.

Unos 228.000 niños, niñas y adolescentes viven en hogares donde existe violencia contra las mujeres.

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