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En el mes de febrero de este año, la Justicia dispuso dicha condena por reiterados delitos de atentado violento al pudor, abuso sexual y un delito de abuso sexual especialmente agravado, todos en reiteración real.
El caso del religiosos se hizo conocido en septiembre de 2019, cuando tres menores de edad, cuyo hogar era frecuentado por el sacerdote desde 2014, relataron las situaciones a su hermano mayor quien finalmente realizó la denuncia penal.
Desde diciembre de 2020, Melgar estaba suspendido de sus funciones y desde marzo de 2021, cuando fue imputado por abuso sexual a solicitud de la fiscal Viviana Maqueira, cumplía prisión domiciliaria.
En el dictamen fiscal, difundido por El País, consta que Melgar “mediante la intimidación y el abuso de poder que ostentaba en virtud de oficiar como referente religioso de la familia, en reiteradas ocasiones realizó tocamientos de índole sexual a las víctimas”.
También se indica que en una ocasión el sacerdote “ingresó a la habitación de una de las víctimas y abusó sexualmente de ella, por lo que la víctima salió corriendo de su habitación aterrorizada y logró encerrarse en el baño”.
En tanto, en una resolución de un Tribunal de Apelaciones se señalaba que las víctimas no contaban “con la protección de su madre, quien aparece marcadamente volcada a favorecer los intereses del imputado”.