El Instituto de Higiene, en su Sala Gezuele, fue el escenario elegido para llevar a cabo el evento académico titulado "Desarrollo y Producción Nacional de Vacunas: la experiencia del Instituto Finlay", el pasado 15 de setiembre. Este encuentro estuvo enmarcado en el acuerdo de cooperación y complementación para Investigación y Desarrollo de Vacunas establecido entre Uruguay y Cuba.
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El Dr. Yuri Valdés y la Dra. Dagmar García, destacados científicos cubanos, fueron los encargados de ofrecer la conferencia sobre el desarrollo de vacunas en el Instituto Finlay, así como compartir la extensa trayectoria y experiencia acumulada a lo largo de décadas en áreas de investigación, ciencia, industria y comercialización de vacunas.
En la gráfica de correlación entre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el ingreso per cápita en América Latina, destaca Cuba como un caso excepcional al tener un IDH elevado a pesar de un ingreso per cápita relativamente bajo. Así comenzó su intervención el Dr. Valdés, quien puso de relieve la importancia de llevar la evidencia científica más allá de los laboratorios y aplicarla en la vida cotidiana, especialmente en el ámbito de la salud.
En este sentido el experto resaltó que el sistema de salud cubano se basa en cuatro componentes, la atención primaria de salud, los policlínicos comunitarios, la atención hospitalaria y el desarrollo biotecnológico y farmacéutico. En Cuba, se cree que la salud no debe ser un lujo, sino un derecho universal al que todos deben acceder.
Valdés destacó la importancia de la medicina preventiva, donde las vacunas desempeñan un papel crucial. Precisamente, el Instituto Finlay proporciona a Cuba y a otras naciones vacunas de alta calidad y asequibles.
La experiencia del Instituto Finlay
El Instituto Finlay de Vacunas no se considera simplemente una entidad que produce vacunas, sino una parte integral de un sistema más amplio que abarca desde la investigación hasta la producción y la distribución. Esta institución, que lleva el nombre del ilustre epidemiólogo cubano Carlos J. Finlay, opera desde 1980 y es fundamental para el desarrollo de diversas vacunas, incluyendo la vacuna Meningocócica y la vacuna contra el Haemophilus influenzae tipo B (Hib).
Una de las contribuciones más notables del Instituto Finlay ha sido justamente la creación de una vacuna conjugada contra el Hib a partir de un antígeno completamente sintético, un logro que es ampliamente reconocido a nivel mundial. Esta vacuna ha demostrado su eficacia y sigue siendo esencial para la salud pública en Cuba y más allá.
Otro logro significativo del Instituto Finlay es la creación de una vacuna conjugada contra el Streptococcus pneumoniae (neumococo) con múltiples serotipos. Este desarrollo representa un avance importante en la lucha contra las enfermedades neumocócicas y es un ejemplo de cómo la innovación científica puede tener un impacto positivo en la salud global.
Vacunas cubanas contra la COVID-19
Cuba desarrolló y produjo la primera vacuna anticovid en América Latina. Fue el primer país en inmunizar a su población pediátrica entre dos y 18 años y ello marcó un hito no solo para la nación del Caribe, sino para el mundo.
El Instituto Finlay desarrolló dos prototipos de vacunas, la vacuna Soberana 02, que es una vacuna conjugada que combina el RBD con toxoide tetánico, y la vacuna Soberana Plus, que es una versión mejorada de la anterior.
La Dra. Dagmar García explicó cómo lograron conjugar el RBD de manera específica para crear una presentación epitópica al sistema inmunitario y cómo encontraron que la cisteína libre en la molécula permitía la formación de un dímero natural, mejorando aún más la respuesta inmunológica.
El desarrollo clínico de estas vacunas incluyó ensayos en adultos jóvenes, pero la Dra. García se centró en los resultados en población pediátrica, destacando que esta era una de las partes más cruciales. Señaló que la vacuna Soberana demostró una eficacia del 92% en la prevención de la enfermedad sintomática causada por el SARS-CoV-2.
Uno de los aspectos fundamentales del trabajo del Instituto Finlay fue demostrar la seguridad, la inmunogenicidad, la eficacia, la efectividad y el impacto de la vacuna. García explicó que la investigación clínica no termina con el registro de la vacuna, y que se han realizado múltiples estudios y ensayos para respaldar su efectividad a lo largo del tiempo.
Durante su intervención la experta también abordó la seguridad de la vacuna en niños, destacando que más del 90% de los eventos adversos fueron leves y consistieron principalmente en dolor local en el lugar de la inyección. Se compararon estos resultados con las vacunas de Pfizer y Moderna, destacando las diferencias en términos de seguridad entre las vacunas de ARNm y las vacunas proteicas desarrolladas en el Instituto Finlay.
La doctora también presentó datos sobre la respuesta inmunitaria en niños, destacando la importancia de la vacunación en esta población y cómo la vacuna Soberana 02 indujo una inmunidad de larga duración.
La Dra. García enfatizó el importante logro del Instituto Finlay al obtener la autorización de uso de emergencia para vacunar a la población pediátrica el 4 de septiembre de 2021. Esta autorización marcó el inicio de una campaña masiva de vacunación en Cuba, en la que se inmunizó a 1,8 millones de niños, con edades comprendidas entre los dos y los 18 años. El objetivo principal de esta campaña era preparar el terreno para la reapertura segura de las escuelas, con una cobertura de vacunación del 95%.
Además, se llevó a cabo un estudio de casos que demostró la efectividad de la vacunación en la prevención de la enfermedad sintomática causada por el virus.
Los datos recopilados indicaron que la vacunación pediátrica en Cuba tuvo una alta efectividad en la prevención de la enfermedad sintomática, con un efecto aún más impresionante en la prevención de la enfermedad severa, con un 95% de efectividad. También se observó que la respuesta inmunitaria de los niños vacunados era similar a la de los adultos jóvenes, con altos títulos de anticuerpos neutralizantes incluso contra las variantes de preocupación.
El Instituto Finlay de Vacunas es un ejemplo destacado de cómo la ciencia, la investigación y la colaboración pueden marcar una diferencia significativa en la salud de la población. Su compromiso con la calidad, la accesibilidad y la innovación continúa siendo un faro de esperanza en el campo de la medicina y la salud pública, no solo en Cuba, sino en todo el mundo.
Cuba y Uruguay: cooperación en desarrollo de vacunas
El Departamento de Desarrollo Biotecnológico del Instituto de Higiene de la Universidad de la República (Udelar) de Uruguay y el Instituto Finlay de Vacunas de Cuba formalizaron esta importante alianza el pasado 20 de junio durante el evento VacciPharma2023, celebrado en La Habana, Cuba.
Los signatarios de este Memorando de Entendimiento son el Dr. José Alejandro Chabalgoity, director del Departamento de Desarrollo Biotecnológico de Udelar, y el Dr. Vicente Verez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas.
El principal objetivo de este acuerdo es fomentar y fortalecer la cooperación entre estas dos prestigiosas instituciones en el ámbito de la investigación y desarrollo de vacunas. La colaboración entre el Departamento de Desarrollo Biotecnológico de Udelar y el Instituto Finlay de Vacunas de Cuba promete dar lugar a avances significativos en la lucha contra diversas enfermedades y la mejora de la salud pública en ambas naciones.
Este acuerdo representa un paso importante en la promoción de la investigación científica y la innovación médica en la región, y se espera que tenga un impacto positivo en la salud de la población en un momento en que las vacunas desempeñan un papel crucial en la mitigación de la propagación de enfermedades infecciosas.
Con esta iniciativa de colaboración, Cuba y Uruguay demuestran su compromiso con la ciencia, la salud pública y la solidaridad internacional en la lucha contra las enfermedades a través de la investigación y el desarrollo de vacunas.