Paradoja
“Qué paradójico el estar acá, o más bien el haber estado trabajando en la enfermedad que hoy padezco”, reflexionó Moratorio ante la audiencia. Con voz serena, reconoció la dificultad de su situación, pero también la fortaleza con la que la encara: “No es para nada fácil, pero lo tomo como una señal de que puedo contra esto”.
Apuesta a la ciencia
Lejos de centrarse sólo en lo personal, el virólogo dirigió un mensaje al sistema político y a la sociedad uruguaya: “Esto refuerza mi idea de la necesidad de apostar por la ciencia. No existe desarrollo a nivel país si no invertimos en investigación y en nuestras propias capacidades”. Insistió en la importancia de “creer en nosotros” y desterrar la mentalidad de que el progreso es inalcanzable.
Moratorio no ocultó las dificultades físicas que atraviesa: “Casi no pude subir la escalera”, dijo, apoyado en su bastón. Sin embargo, arrancó sonrisas al afirmar: “Estoy hecho un Ferrari en comparación con lo que era hace dos meses”. Una frase que sintetiza el espíritu con el que enfrenta su enfermedad y el mismo que lo llevó, años atrás, a ser una de las voces más influyentes de la ciencia uruguaya en tiempos de pandemia.