En la casa de Antonio y Yolanda, la política fue parte de la convivencia en charlas cotidianas, sin marco teórico pero con sustancia de cotidianidad. Así las cosas, «Javito» desde chico trató de entender las causas de las injusticias y desigualdades y se propuso cambiar el mundo. Creció entre fábricas textiles del barrio, con sonidos y olores proletarios, en tiempos donde la URSS se resquebrajaba y los informativos hablaban de perestroika y glasnost. Ese mundo lo ayudó a observar el mundo con más preguntas que dogmas. Después la vida hizo lo suyo.
Un día llegó a una obra en Pocitos para hacer un trabajo ocasional y ahí conoció la organización sindical. De a poco se fue impregnando de la ética sindical de un sindicato obrero y clasista. «Aprendí todo con referentes como el “Chimango” Rodríguez y tantos otros que marcaron mi vida». Como suelen explicarlo quienes pertenecen al Sunca, ser parte es comprender una forma de vivir, respetar y transitar la vida.
Escenario
El secretario general del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA), Javier “Javito” Díaz, sostiene que el Gobierno de coalición «ha profundizado la desigualdad a niveles nunca vistos» y que “durante este mandato, tanto la riqueza como la pobreza han crecido simultáneamente, algo que nunca había ocurrido antes, lo cual es brutal”. Además, cuestionó que, en plena campaña electoral, el presidente de la República, junto a sus asesores, reconociera al movimiento sindical y prometiera no interferir en la negociación colectiva ni en los Consejos de Salarios pero, sin embargo, modificó la Ley de Negociación Colectiva, “favoreciendo claramente a los empresarios. Además, en los años más oscuros de nuestro país, el conjunto del movimiento obrero y sindical tuvo que defender derechos, conquistas y leyes obtenidas mediante la organización y la lucha, enfrentando al fascismo en las calles”, afirmó.
El dirigente sindical recordó que el Sunca había participado en la histórica huelga general de junio de 1973 contra el golpe de Estado. “Aquella noche del 27 de junio de 1973, el entonces presidente Juan María Bordaberry anunciaba, en cadena nacional de radio y televisión, la ilegalización del Sunca, y nuestro local sindical se convirtió en un centro de detención y tortura tras ser expropiado. Después de 10 años de lucha de los trabajadores organizados y del pueblo uruguayo, se logró reconquistar el local. A esto se sumaron miles de trabajadores desocupados, exiliados, detenidos y desaparecidos. Nuestros compañeros y compañeras en aquel momento defendieron una conquista que les cambió la vida para siempre”.
Afirmación de derechos
“Hoy, al igual que entonces, en el marco de la movilización, la organización y la lucha, seguimos afirmando y defendiendo derechos conquistados, como, por ejemplo, la posibilidad de que el último domingo de octubre las trabajadoras y los trabajadores de la construcción votemos la papeleta blanca del ‘Sí’ a la reforma de la seguridad social, porque implica darle carácter constitucional a una conquista que es nuestra”, expresó.
Díaz también recordó que en la década de los 90 “se endurecieron las condiciones para acceder a la jubilación común, al elevarse de 30 a 35 los años de servicio necesarios, con 60 años de edad. Esto provocó que ocho de cada diez trabajadores de la construcción no pudieran acceder a la jubilación común, y se retiraran por edad avanzada o por discapacidad”. Añadió que fue una década en la que también se intentó privatizar la seguridad social, lo que llevó a los trabajadores de la construcción a una huelga de 89 días para defender la negociación colectiva y la convocatoria de los Consejos de Salarios. “Hubo que luchar mucho para construir, entre 2006 y 2008, un profundo diálogo social que permitió reconquistar la posibilidad de jubilarnos con 60 años de edad y 30 años de trabajo. Además, se creó el subsidio por inactividad compensada, para que un trabajador con 58 años de edad, 28 años de trabajo y un año sin empleo no quedara desprotegido y pudiera prejubilarse. También se logró que a una trabajadora se le computara un año por hijo”, detalló.
“Hoy, como ayer, los trabajadores y las trabajadoras de la construcción estamos en la calle, movilizados junto al movimiento obrero y sindical, para defender y afirmar un derecho que no cayó del cielo, sino que es el resultado de la organización y la lucha de miles de trabajadores, lo que incluyó el acuerdo de todo el sistema político y las organizaciones sociales”, remarcó.
El dirigente sindical denunció que el Gobierno de coalición "ha gobernado para el 5 % más rico de la población, dejando como resultado que el 95 % de los uruguayos está peor que en 2019". Añadió que, en el ámbito laboral, “más de 500.000 trabajadores ganan menos de 25.000 pesos por mes”, por lo que aseguró que las políticas llevadas adelante por el Gobierno “han profundizado la desigualdad”.
Cuestionó además que el Gobierno haya decidido no fiscalizar los laudos básicos mínimos. “Por un lado, dicen que no están de acuerdo con que la informalidad campee, pero, al mismo tiempo, con una medida de este tenor terminan favoreciendo a quienes quieren pagar por debajo del laudo”.
El dirigente del Sunca también señaló que “el Gobierno redujo en un 50 % las multas a las empresas que incumplen”, y añadió que “los números son alarmantes: hay cerca de un 8 % de desempleo, y en seis departamentos el promedio supera el 10 % de desocupación, según datos del Instituto Nacional de Estadística”. Además, como si fuera poco, “la informalidad supera el 21 %, cuando se había prometido eliminarla en este período, y en los departamentos fronterizos se duplica”.
La reforma jubilatoria y el Sunca
Díaz destacó que el Sunca ha reclamado insistentemente una reforma profunda de la seguridad social, un diálogo social amplio, y que la industria de la construcción sea considerada de manera especial, generando un régimen jubilatorio diferenciado. Explicó que en este sector existe “envejecimiento prematuro, se trabaja en espacios confinados y las condiciones de seguridad y salud siguen siendo duras, a pesar de los avances logrados por los trabajadores”. Además, señaló que muchos obreros deben trabajar en la informalidad, lo que les impide acumular los años requeridos para jubilarse. “La tasa de densidad de aportes en la industria de la construcción es del 42 %, lo que significa que, por cada 10 años, solo se aportan cuatro. Esto provoca que muchos trabajadores del sector no alcancen a reunir los años necesarios y deban trabajar hasta el último día de sus vidas, o terminar jubilándose por discapacidad o por edad avanzada”, cuestionó.
El secretario general del Sunca agregó que, desde el Gobierno, dicen que los trabajadores ahora quieren “fundir al país” por aumentar las jubilaciones mínimas. “Es parecido a lo que ocurrió a principios del siglo, cuando se aprobó la ley de 8 horas de trabajo, decían que sería poco menos que el fin del país. Lo peor de todo es que nadie se hace responsable de las acusaciones temerarias, porque, al día siguiente de que triunfe el plebiscito, van a mejorar las jubilaciones, se va a eliminar el lucro y se va a proteger a los jubilados; el país no se va a fundir, seguramente habrá un profundo diálogo social, donde todos podremos opinar, participar, y donde el Parlamento podrá legislar”, pero no habrá desmentidos ni pedidos de disculpa, acotó.
Campañas de miedo
En otro orden, Díaz se refirió a las campañas propagandísticas que buscan imponer el miedo en la población. “Cuando se aprobó la Ley de Responsabilidad Penal Empresarial se hablaba de los ‘cucos’, que todas las inversiones se irían, que no se construiría más nada en Uruguay, y no fue eso lo que sucedió. Por el contrario, se evitaron muertes”.
“Ahora vuelven a agitar ‘cucos’. Dicen que la reforma de la seguridad social haría que las inversiones se vayan. Es increíble, porque, en realidad, el planteo del movimiento sindical es proteger las jubilaciones mínimas. Este punto no estaría en la papeleta de no haberse interrumpido, por decisión política de este Gobierno, el congelamiento y la rebaja de las jubilaciones. Entre 2006 y 2019 pasamos de una Base de Prestación y Contribución (BPC) a tres BPC. A los jubilados se les daba un adelanto de un 3 %, que a final de año no se les descontaba, pero el Gobierno resolvió interrumpirlo. Aparte de eso, como las jubilaciones se ajustan por el Índice Medio de Salarios y hubo una profunda rebaja salarial, también bajaron las jubilaciones”, lamentó y agregó que el oficialismo “prefiere hacer una campaña de miedo, y una vez más, atacar al movimiento sindical organizado, tal como sucedió en los años más oscuros, cuando se intentaba arrebatar los derechos por la fuerza”.
Profundización de desigualdad
Díaz acotó que el Gobierno ha profundizado la desigualdad a niveles nunca vistos. “Durante este mandato, tanto la riqueza como la pobreza han crecido simultáneamente, algo que nunca había ocurrido antes, lo cual es brutal. Además, recuerdo que en plena campaña electoral, el presidente de la República, junto a sus asesores, reconoció públicamente al movimiento sindical y prometió no interferir en la negociación colectiva ni en los Consejos de Salarios. Sin embargo, en este período, el gobierno modificó la Ley de Negociación Colectiva, favoreciendo claramente a los empresarios. Esto se refleja en los números: en el 90 % de las mesas de los Consejos de Salarios, el Gobierno votó junto a los empresarios, y solo en el 10 % lo hizo con los trabajadores. Al final, tenemos un gobierno que, como el tero, canta en un lado pero pone el huevo en otro. Ha declarado no tener problemas con los trabajadores organizados, pero ha tomado medidas constantemente en contra de los derechos que ellos han conquistado”.
Dijo que estamos en una campaña electoral donde, aunque el movimiento sindical mantiene su independencia, no es indiferente. “Nosotros, desde nuestra independencia de clase, nunca hemos sido indiferentes. Sabemos que nada nos ha sido regalado; sin la lucha organizada de los trabajadores, los derechos no caen del cielo. Es cierto que hemos tenido gobiernos más sensibles a las demandas de los trabajadores, y las diferencias entre este Gobierno y los anteriores son abismales. Para darte un dato, este ha sido el período en el que menos leyes se han votado a favor de los trabajadores, comparado con los años anteriores”.
“De cara al futuro, se habla mucho de libertad, especialmente desde sectores de derecha, pero al mismo tiempo se aprueban leyes como la 20.130, que obliga a afiliarse a una AFAP. Aunque algunos mencionan el modelo de Milei, creo que no estamos exactamente en ese punto”, expresó.
Alertó que los trabajadores se enfrentan a un modelo que no está aislado, sino uno vinculado a las políticas de las derechas a nivel continental e internacional. “Este Gobierno incluso invitó a golpistas a su asunción. Sectores del herrerismo, del Partido Colorado y de la coalición de derecha que tienen componentes que están claramente vinculados a una agenda continental, influenciada por fuerzas como Vox a nivel global. Por eso, nuestra lucha, aunque nacional en su forma, es internacional en su contenido. Nos enfrentamos a una agenda que no es sólo local, sino que está alimentada por políticas internacionales. Por eso mantenemos una fuerte vinculación con organizaciones de trabajadores de todo el mundo”, sentenció.
TEXTOS: ALFREDO PERCOVICH
FOTOS: MANU AMENGUAL