La muerte de un hombre de aproximadamente 80 años en unAbitab ubicado en la esquina de Constituyente y Rodó, causó fuerte consternación en las empleadas y público asistente, que cuestionaron la demora de la policía, que recién llegó al lugar después de tres llamadas realizadas mientras la persona agonizaba.
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Según aportaron a Caras y Caretas los vecinos y empleados del local, se trataba de un cuidacoches que residía en una pensión de la zona y había concurrido al Abitab presuntamente a cobrar su jubilación.
Ingresó al local poco antes de las 13 horas, auxiliado por una persona que lo ayudó a sentarse mientras esperaba el turno para ser atendido. Aparentemente el anciano se descompensó y quedó sentado con los ojos cerrados y sin moverse.
Los clientes que a esa hora se encontraban en el local de pagos, se alertaron por la falta de reacción del hombre y le tomaron el pulso advirtiendo que estaba vivo, por lo que pidieron a las cajeras que llamaran a la policía y notificaran que el anciano estaba grave.
La situación se fue poniendo tensa al transcurrir el tiempo sin novedades, y al ver que no mostraba señales de vida, volvieron a llamar y reiteraron la urgencia del hecho a la policía.
Según los testimonios de los testigos, pasó alrededor de una hora y se volvió a llamar por tercera vez porque ya se temía lo peor. En ese momento se solicitó también el servicio de una emergencia médica que al llegar constató que el hombre ya había fallecido.
Al llegar la policía constató la muerte del cuidacoches y comenzó los procedimientos. Hasta el momento en que se escribe esta nota, pasadas las 17, el cuerpo del anciano permanecía tirado en el piso del Abitab, mientras comenzaban a llegar sus familiares desde el interior del país.
"Esta persona se murió en un lugar lleno de gente y sin recibir ninguna asistencia, pese a que se notificó tres veces a la policía porque tardaba muchísimo en llegar", señaló una joven que fue testigo del suceso a Caras y Caretas.
Desde el Abitab se aclaró que por protocolo de seguridad se llamó primero a la policía, pero también se procedió luego a solicitar el servicio del SEMM.
Un dato no menor aportado por quienes reiteraron las llamadas fue que resultó evidente que la palabra "indigente" con que se aludió al anciano, "cambió la alerta de la policía".